lunes, 29 de agosto de 2022

Un entorno económico favorable sostuvo la recuperación de la actividad bancaria en el 2T22

 

Banca y sistema financiero
Gerónimo Ugarte Bedwell / Mariana A. Torán Flores / Iván Martínez Urquijo
29 de agosto de 2022

En el 2T22, la recuperación sostenida del empleo formal y los salarios compensaron parcialmente el entorno de mayores tasas de interés y el peor desempeño de algunos componentes de demanda agregada. La recuperación de la actividad crediticia se apoyó principalmente en el financiamiento de a los hogares (consumo y vivienda), mientras que el financiamiento a empresas aún muestra un dinamismo moderado.

La reactivación del consumo ha moderado la acumulación de saldos líquidos a través de depósitos a la vista y el atractivo relativo del incremento en las tasas de interés se ha reflejado con rezago en el dinamismo de los depósitos a plazo. Aunque algunos agentes todavía cuentan con una reserva de recursos líquidos, el ahorro acumulado podría verse mermado ante condiciones adversas, aun considerando el atractivo relativo de mayores tasas de interés. Una mayor recuperación de los ingresos, a la par de una menor inflación que permita mantener el rendimiento real de los instrumentos serán necesarios para observar una recuperación más sólida de la captación bancaria tradicional.

Si bien el dinamismo del financiamiento de la banca comercial al sector privado no financiero (SPNF) observado en los últimos meses permite hablar de una recuperación, cabe señalar el carácter parcial de la misma. Al cierre del primer semestre de 2022 (1S22), los saldos reales de las carteras de crédito al consumo y a las empresas son 8.9% y 7.2% menores a los registrados en febrero de 2020, respectivamente.

El incrementosostenido del ingreso disponible de los hogares y las empresas es una condición necesaria para consolidar un sano crecimiento de la demanda crediticia a mediano y largo plazo.Esto es, el incumplimiento de los acreditados se mantendrá acotado en la medida en que el dinamismo actual de los saldos esté estrechamente relacionado con un ingreso disponible que crece a pesar de los elevados niveles de inflación.

Los riesgos para la actividad crediticia de la banca comercial en su conjunto están sesgados a la baja ante la posibilidad de una desaceleración de la actividad económica y el empleo, así como a un deterioro del poder adquisitivo de hogares y empresas que pudiera alterar las decisiones de gasto de los hogares e impactar negativamente la demanda por financiamiento bancario.

1.    La captación bancaria tradicional recuperó dinamismo en el segundo trimestre del año (2T22).

En junio de 2022, la captación tradicional (depósitos a la vista + plazo) registró una tasa de crecimiento real anual de 2.1% (10.2% nominal), hilando tres meses en terreno positivo y promediando en el trimestre un crecimiento real de 1.8%, una mejora respecto a la caída de -0.5% registrada en el 1T22 y la contracción observada el mismo trimestre del año previo (-6.6%). En el 2T22, los depósitos a la vista se mantuvieron como la principal fuente de impulso , pues aportaron 2.3 puntos porcentuales (pp) al crecimiento promedio del trimestre. Estos fueron parcialmente compensados por la caída de 0.5 pp registrada por los depósitos a plazo.

En su composición por monedas, destaca que la captación tradicional en moneda nacional (M.N., 84% del total) recuperó dinamismo durante el trimestre, promediando una tasa de crecimiento real de 1.7%, la cual superó la caída de 1.1% registrada durante el primer trimestre del año. Por su parte la captación tradicional en moneda extranjera (M.E.) logró mantener el crecimiento registrado desde finales de 2021, ya que en el 2T22 promedió un crecimiento real de 2.3% ligeramente menor al 2.6% reportado el trimestre previo.

La reactivación del consumo, el dinamismo del empleo y el ciclo de alzas en las tasas de interés han influido en el desempeño de los distintos tipos de depósitos que integran la captación tradicional, mas se puede afirmar que en el agregado esta sigue consolidando su recuperación aun descontando el efecto de una mayor inflación.

Los depósitos a la vista mantienen en el agregado un desempeño similar al observado en el 1T22

Los depósitos a la vista de la banca comercial lograron un crecimiento real de 2.9% en junio, con lo cual promediaron en el 2T22 una tasa real de crecimiento de 3.5%, prácticamente igual a la registrada en el primer trimestre del año (de 3.6%). Al crecimiento promedio del trimestre, los depósitos a la vista de las personas físicas contribuyeron con 1.7 pp, los de las empresas con 1.3pp, el sector público no financiero con 0.4 pp y otros intermediarios financiero no bancarios aportaron 0.2 pp.

Los depósitos a la vista de las personas física (46.3% del total) mejoraron su dinamismo, al mostrar un crecimiento promedio en el 2T22 de 4.3%, mayor al 3.7% registrado en el 1T21. Estos resultados reflejan el desempeño de las distintas fuentes de ingresos de los hogares: el empleo formal promedió un crecimiento anual de 4.5% en el 2T22, el salario real mantuvo un dinamismo de 3.0% y las remesas continuaron registrando tasas de crecimiento de doble dígito. A junio de 2022, el saldo de los depósitos a la vista de las personas físicas ascendió a 2,293.5 miles de millones de pesos (mmdp), 20.8% real por encima del saldo observado en febrero de 2020.

Es decir, aun descontando el efecto de la inflación, los particulares aún mantienen parte de la liquidez que acumularon durante la pandemia. Un mayor dinamismo del consumo o la desaceleración del crecimiento de las distintas fuentes de ingreso de las familias podría reducir el crecimiento de este tipo de depósitos.

En el caso de los depósitos a la vista de las empresas (38.2% del total), en el 2T22 la tasa de crecimiento real anual fue de 6.3%, menor a la registrada en el trimestre anterior (8.1%). Este menor dinamismo se observa tanto en los saldos en M.N como en los denominados en M.E.

En el caso de los depósitos en M.N, su crecimiento real promedio se redujo de 4.2% en el 1T22 a 2.3% en el 2T22, reflejo, en parte, de la desaceleración de algunas fuentes de ingresos de las empresas, como lo muestran los indicadores de ingresos por el suministro de bienes y servicios. En el caso del comercio al por mayor, dichos indicadores redujeron su crecimiento anual promedio de 8.3% a 6.0% en el periodo de referencia, el del comercio al por menor pasó de 5.6% a 4.6% y en el caso de los servicios disminuyó de 4.6% a 3.5%.

Por su parte, los depósitos a la vista en M.E. (37% del total de los depósitos a la vista de las empresas) redujeron su tasa real de crecimiento promedio de 15.6% en el 1T22 a 13.9% en el 2T22. Cabe señalar que el dinamismo observado en el primer trimestre del año respondió a la apreciación del tipo de cambio, que fue aprovechada por las empresas para acumular liquidez en M.E. La leve depreciación del tipo de cambio en el 2T22 redujo el incentivo de las empresas a seguir incrementando sus saldos en M.E. y afectó a la baja la valuación de sus saldos.

Para el sector público no financiero (10.7% de los depósitos a la vista) se observó una significativa recuperación, pues su crecimiento anual real promedio en el 2T22 fue de 7.3%, mayor al 0.5% registrado en el trimestre previo. El dinamismo de estos saldos refleja en parte el desempeño de los flujos de recursos del sector. En particular, el crecimiento real del gasto presupuestal se redujo de 10.3% en el 1T22 a 5.4% en el 2T22, mientras que los ingresos presupuestales incrementaron su dinamismo de 5.7% a 9.3% en el mismo periodo de comparación.

Finalmente, los depósitos a la vista de otros intermediarios financieros (4.9% del total) son los únicos que no muestran señales de recuperación: su caída a tasa anual real promedió fue de 23.5% en el 2T22, deteriorándose respecto a la contracción de 17.8% observada en el trimestre previo. La debilidad del otorgamiento de crédito de estos intermediarios ha limitado su capacidad de generación de ingresos, lo cual se ha reflejado en una reducción de sus saldos líquidos, la cual acumuló a junio de 2022, 17 meses consecutivos de caídas.

Depósitos a plazo dan mayores señales de recuperación en el 2T22.

En junio de 2022, los depósitos a plazo registraron una variación real anual de 0.4%, el primer crecimiento de los saldos desde agosto de 2020. Este resultado no fue suficiente para compensar las caídas registradas en abril y mayo por lo que en el promedio en el 2T22 aún se registra una caída promedio de 1.6%, que implica una significativa recuperación respecto a la contracción real promedio de 8.3% observada en el 1T22.

Los depósitos a plazo de las personas físicas (46.0% del total de los depósitos a plazo) acumularon dos meses consecutivos de crecimiento y en promedio son los únicos que muestran una variación real positiva en el 2T22, que ascendió a 0.8%, mejorando respecto a la caída promedio de 6.7% del trimestre previo.

El incremento en las tasas de interés de estos instrumentos de ahorro paulatinamente empieza a mejorar su atractivo relativo. Con información a junio de 2022 el saldo de los depósitos a plazo de los particulares ascendió a 1,055.0 mmdp, que al descontar el efecto de la inflación se encuentra 15.2% por debajo del saldo observado en febrero de 2020. La preferencia por liquidez y el impacto negativo sobre el flujo de ingresos de los hogares durante la pandemia llevo al uso de los recursos acumulados en este tipo de ahorro, lo que se reflejó en una contracción de los saldos que, si bien aún no recuperan su nivel pre-pandemia, ya muestran una mejora respecto a su punto más bajo (registrado en diciembre de 2021, cuando el saldo valuado a precios constantes ascendió a 999.7 mmdp)

En el caso de las empresas, sus depósitos a plazo (35.2% del total) continúan registrando caídas reales a tasa anual, aunque estas se han moderado. En promedio, la contracción real de los saldos de este segmento en el 2T22 fue de 1.5%, mejorando respecto a la caída real promedio de 7.0% registrada en el 1T22.

Si bien en el agregado la variación real anual de estos depósitos aún no logra tocar terreno positivo, ya se observa una mejora en su composición por monedas. En particular, los depósitos a plazo de las empresas en M.N. (82% del total), registraron en promedio un crecimiento anual real de 5.6% en el 2T22, por encima de la caída de 3.0% reportada el trimestre previo. Esta recuperación no logró compensar la contracción en los saldos en M.E. que promedió en el 2T22 24.1%, mayor a la caída de 20.6% observada en el 1T22.

Considerando el total de monedas, el saldo de los depósitos a plazo de las empresas en junio ascendió a 804.9 mmdp, 5.6% por debajo al saldo registrado en febrero de 2020 (valuado a pesos constantes). La lenta recuperación de los depósitos a plazo de las empresas, a pesar del incremento en las tasas de interés, refleja en parte una débil recuperación de sus ingresos, que limita su capacidad para destinar una parte de los mismos a inversiones financieras de mayor plazo.

En junio de 2022, el saldo de los depósitos a plazo de otros intermediarios financieros (18.3% del total) registró por primera vez en 25 meses una variación real positiva, que no fue suficiente para compensar las reducciones que se observaron en abril y mayo, por lo que, en promedio, la variación anual real en el 2T22 se mantuvo en terreno negativo (-2.8% en términos reales).

Sin embargo, este resultado representa una mejora respecto al 1T22, cuando la contracción promedio a tasa anual fue de 9.7%. La debilidad en los ingresos de estos intermediarios, que aún no registran una recuperación sólida en su actividad crediticia que les permita lograr un flujo más constante de recursos, sigue mermando el ahorro acumulado de estos agentes. En junio, el saldo de los depósitos a plazo de este sector ascendió a 403.3 mmdp, 30.3% por debajo (en términos reales) del monto registrado en febrero de 2020.

Si bien el incremento en las tasas de interés hace más atractivo el ahorro a plazo respecto a otros instrumentos de inversión, el incremento en la inflación ha impactado negativamente el rendimiento real de los depósitos a plazo. Aunado a ello, la recuperación de los ingresos de los distintos agentes parece aún no ser suficiente para permitirles mantener un excedente en ahorro a mayor plazo que permita ver una recuperación más sólida en el saldo agregado de estos instrumentos.

El ahorro en fondos de inversión se redujo en el 2T22, aunque a un menor ritmo

En el 2T22, la variación real anual promedio de los fondos de inversión de deuda fue de -2.2%, mejorando respecto a la caída promedio real de -5.5% registrada en el 1T22. A pesar de que un entorno de mayor inflación se ha reflejado en tasas de interés elevadas, la caída en la tenencia de estos instrumentos de inversión no se ha profundizado. Un entorno menos volátil, que ha descontado parcialmente el ciclo monetario, aunado a un menor atractivo relativo de los instrumentos de renta variable, parecen haber moderado la caída en la tenencia de los FIDs en el 2T22. Hacia delante y dado que persiste el riesgo de una mayor volatilidad de los mercados financieros, parece complejo que el saldo de los fondos de inversión de deuda logre consolidar este año una senda de crecimiento más vigorosa.

2. El crédito bancario al SPNF muestra una recuperación en todos sus agregados al cierre del primer semestre

En junio de 2022, el saldo nominal de la cartera de crédito vigente otorgado por la banca comercial al sector privado no financiero (SPNF) creció 11.1% anual (2.9% en términos reales). Aunque en términos nominales se han registrado crecimientos durante todo el primer semestre de 2022 (1S22), éstos han sido en gran parte resultado del efecto nominal de la alta inflación durante el período y únicamente en el segundo trimestre de 2022 (2T22) se explican también por un dinamismo por encima de la inflación. Durante el 1S22, la cartera vigente al SPNF registró un aumento promedio de 7.9%, mientras que, en términos reales, dicho promedio fue de apenas 0.3%. Las aportaciones al crecimiento nominal promedio de las carteras que integran este tipo de financiamiento fueron (en orden descendente): empresas (3.1 pp), vivienda (2.4 pp) y consumo (2.3 pp).

El incremento en la inflación durante el 1S22 ha exacerbado el crecimiento de los saldos nominales. Sin embargo, en la cartera a empresas se observaron crecimientos reales hasta mayo de 2022, tras 20 meses de caídas. Si bien la variación real promedio de los saldos a empresas fue de -1.9% durante el 1S22, dicha dinámica refleja una mejoría sustancial si se compara con la contracción real promedio de -13.4% durante el 1S21. El crecimiento de la inversión de enero a mayo de este año (último dato disponible al cierre de esta publicación) sustentaría gran parte del dinamismo observado en la cartera a empresas, más que compensando el efecto del alza en las tasas de interés, que impacta el desempeño de esta cartera.

En el caso del crédito al consumo, la expansión de la demanda por este tipo de financiamiento ante el dinamismo del empleo formal y el consumo privado, sustentarían el aumento real de los saldos, que en promedio fue de 3.2% durante el 1S22 (-11.7% en el 1S21). Finalmente, en el caso de crédito a la vivienda, la variación real promedio en el 1S22 fue de 3.3%, una ligera desaceleración respecto al 3.5% del 1S21, quizás debido al efecto rezagado de la contracción del empleo formal desde los primeros meses de la pandemia y hasta marzo de 2021.

El mejor desempeño del crédito a empresas se ha visto mitigado por las contracciones en el financiamiento a las actividades secundarias

 

El saldo real vigente de la cartera de crédito a empresas creció en junio de 2021 por segundo mes consecutivo, al registrar una variación anual de 1.9%, un mayor dinamismo que el registrado en el mes inmediato anterior (MIA) cuando el crecimiento fue de 1.1% real, y al cierre del 1T22, cuando los saldos reales aún caían a una tasa de -3.1%. Dicho incremento es mucho mayor en términos nominales, al incluir en las cifras el efecto contable de la inflación, registrando un crecimiento de 5.6% en junio y constituyendo el octavo mes con una variación anual nominal positiva.

En cuanto a la variación mensual, en junio de 2022, el aumento nominal fue de 1.2% (0.4% real), una desaceleración respecto a las variaciones de 2.1 y 1.2% (1.5 y 1.2% real, respectivamente) registradas durante abril y mayo de 2022.

En junio de 2022, la depreciación del peso en términos interanuales magnificó el aumento de los saldos nominales vigentes de la cartera empresarial en moneda extranjera. Expresada en pesos, dicha cartera presentó un crecimiento nominal de 14.9% (9.1% en el mes inmediato anterior (MIA) y -28.1% en junio de 2021), que en dólares equivale a 13.6% (10.4% en el MIA y -16.6% en junio de 2021). Por su parte, los saldos nominales vigentes en moneda nacional aumentaron 8.7% en junio (tras haber registrado incrementos de 8.8% en el MIA y una contracción de -6.7% en junio de 2021).

Sin embargo, los saldos vencidos en moneda extranjera han aumentado sustancialmente, presentando una variación nominal anual de 108.7% (106.3% en USD), acumulando un semestre de incrementos mayores al 100%, aunque, desde febrero, cada mes de menor magnitud. En particular, la cartera a personas físicas con actividad empresarial (PFAE) ha disminuido sus saldos vencidos (que se encuentran ya cercanos al cero), apuntando a que las empresas son las protagonistas de dichos incumplimientos.

La mayor movilidad de la población y la recuperación del consumo privado han implicado una recuperación de la actividad económica que ha beneficiado principalmente a las actividades terciarias, sectores estrechamente relacionados con el consumo privado, como el comercio y la hostelería. Ante un entorno que sugiere un comportamiento menos precautorio por parte de los consumidores, las empresas han visto impulsados sus ingresos corrientes y el flujo futuro esperado de los mismos y, como demandantes de crédito, ello implica una mayor demanda de fondos prestables.

En el caso del crédito al comercio (15.9% de la cartera empresarial), la variación nominal anual durante junio fue de 8.9%, sexto mes consecutivo con incrementos nominales. En términos reales, los saldos del sector comercio presentaron un crecimiento de 0.9%, primer registro en terreno positivo desde diciembre de 2019.

Dentro de las actividades terciarias, dicho patrón se observa de manera similar en el financiamiento a los servicios inmobiliarios, cuyos saldos nominales presentaron un aumento anual de 8.6%, equivalente a 0.5% real. El dinamismo observado en el 1S22 en las ventas de establecimientos comerciales[1], con un crecimiento nominal anual promedio de 12.4% (4.6% real), son consistentes con la mayor demanda por financiamiento empresarial, pero dicha tendencia podría ser acotada, ante la desaceleración de los ingresos en junio y la caída en términos en el índice de confianza empresarial (ICE) del sector comercio publicado por el Inegi.

Durante junio, los saldos vigentes de las manufacturas (21.1% de la cartera empresarial) presentaron un crecimiento nominal anual de 7.1%, el mayor desde junio de 2020, aunque en gran parte debido al efecto inflacionario. En términos reales, la cartera cayó -0.8% (-1.7% en el MIA y -22.2% en junio de 2021), el décimocuarto mes de reducción en la magnitud de la caída y consistente con la mejoría en los indicadores de opinión empresarial del sector durante la primera mitad del año en términos anuales.

Si bien las carteras de casi todos los grandes subsectores manufactureros presentaron crecimientos nominales anuales durante junio de 2022, en términos reales, el desempeño es heterogéneo. El crédito a la fabricación de equipo de transporte registró un incremento anual nominal de 21.5% (-12.5% real). Las industrias de fabricación de alimentos y bebidas y metálica registraron aumentos reales anuales de 4.2% y 0.3%, respectivamente. Las industrias química y de productos no metálicos presentaron contracciones en términos reales de -0.1 y -1.3%, respectivamente, volviendo ambas a terreno positivo tras más de un año de contracciones.

Durante junio, el sector construcción (17.3% de la cartera a empresas) presentó un crecimiento anual en los saldos nominales vigentes de 6.8% (-1.1% real), acentuando su caída real respecto al MIA, un retroceso en la tendencia de reducción de las contracciones desde febrero. En términos mensuales, los saldos nominales vigentes del sector construcción crecieron 0.9%, lo que equivale a un incremento real mensual de 0.1%. La caída mensual en el ICE del sector podría explicar parcialmente la desaceleración mensual y el rezago en la recuperación del financiamiento a la construcción.

En el caso de la minería (1.1% de la cartera a empresas), la variación anual promedio de los saldos nominales vigentes fue de 1.4% (-6.1% real) durante junio, volviendo a terreno positivo tras la caída nominal de -13.7% en mayo. Por su parte, el sector de generación, transmisión y distribución de electricidad, agua y gas presentó un crecimiento nominal anual de 0.4% (-7.0% real), reforzando el estatismo que el sector ha mostrado en cuanto a recuperación de su cartera. En términos mensuales, la cartera del sector minería aumentó 3.4% nominal (2.6% real), mientras que los saldos de la industria de electricidad, agua y gas presentaron un incremento nominal de 0.4% (-0.4% real).

En el caso de las actividades secundarias, la persistencia en los cuellos de botella en las cadenas de suministro globales ha frenado la recuperación de la actividad, especialmente en las manufacturas. Aún más drástico es el caso de la construcción y la minería, sectores cuya actividad aún se encuentra por debajo de los niveles registrados antes de la pandemia. Por su parte, los saldos nominales de crédito al sector agropecuario (4.3% de los saldos a empresas) registraron una variación anual de 14.4% (6.0% real) durante junio. En términos mensuales, el incremento nominal fue de 1.3% (0.5% real), desacelerándose por segundo mes consecutivo.

En lo que respecta a los servicios, la cartera al sector de hoteles y restaurantes presentó en junio un crecimiento nominal anual de 10.5% (2.4% real), menor al registrado en el MIA de 10.7% (2.8% real). En variaciones mensuales, los saldos nominales vigentes del sector presentaron un aumento de 3.2% (2.3% real). El financiamiento para cubrir la operación durante el período vacacional de verano explica gran parte del crecimiento de esta cartera durante mayo y junio, mientras que los ingresos durante julio y agosto podrían potencialmente sustituir parte del financiamiento al gasto corriente en el sector.

No obstante, el comportamiento menos precautorio de los consumidores y la baja de casos de covid-19, podrían apuntalar la recuperación del sector en términos de actividad y, por ende, generar una mayor demanda por financiamiento de las empresas hosteleras.

En cuanto a la calidad de la cartera, el índice de morosidad (IMOR) del crédito a empresas en junio de 2022 fue 2.4%, ligeramente menor al 2.5% del MIA, aunque mayor al 2.1% observado en junio de 2021. La comparación interanual posee un componente de ruido, debido a la adopción de los criterios contables bajo IFRS9 (en el caso de empresas, la permisión de reclasificar cartera hacia un mayor deterioro al inicio de 2022 implicó un salto discreto de 1.1 pp entre diciembre de 2021 y enero de 2022)

Es importante señalar que, si bien se observa un rezago en la recuperación del crédito a empresas, el mes de junio mostró el segundo mes consecutivo de crecimientos reales. Asimismo, dicha recuperación no está exenta de riesgos: la persistencia inflacionaria podría afectar el poder adquisitivo de los consumidores al grado de alterar sus patrones de consumo, lo cual disminuiría el flujo de ingresos esperados para las empresas y podría contraer la demanda de financiamiento bancario.

El incremento real promedio de los saldos de financiamiento al consumo fue de 11.0% durante el 1S22

El saldo nominal del crédito vigente de la banca comercial al consumo en junio de 2022 presentó un crecimiento de anual de 13.4% (5.0% en términos reales). En el primer semestre del año, las variaciones anuales reales del saldo de crédito al consumo lograron mantenerse en terreno positivo, reflejando, en gran medida, la recuperación del consumo privado y los indicadores de empleo durante el período. La reactivación de la demanda por este tipo de financiamiento es aún más evidente si se compara con la contracción real promedio de -11.7% durante el 1S21.

El ritmo en la recuperación de las distintas carteras que conforman este agregado de crédito se ha homogeneizado, con casi todos los segmentos presentando en junio un dinamismo real superior al 5.0%. Si bien la recuperación del empleo ha impulsado a la demanda por financiamiento en todos los segmentos, la pérdida de poder adquisitivo debido al incremento de la inflación podría mitigar sus efectos en el mediano plazo.

Adicionalmente, el segmento de financiamiento para la adquisición de bienes de consumo duradero (ABCD), que incluye al crédito automotriz, sigue contrayéndose debido a la falta de inventarios generada por la persistencia de los cuellos de botella en las cadenas de suministro globales, que impacta fuertemente a la producción automotriz.

En el sexto mes del año, el crédito otorgado a través de tarjetas (36.4% del total del crédito al consumo) registró una variación anual nominal de 13.8%, mayor al crecimiento registrado de 13.0% en mayo y manteniendo una tendencia de aceleración que el segmento ha registrado desde septiembre de 2021. Dicha aceleración implicó un crecimiento nominal anual promedio de 11.2% (3.4% real) durante el 1S22, muy superior al -8.3% (-12.7% real) registrado en el 1S21.

Aun filtrando el efecto de la creciente inflación, las variaciones reales han mostrado una aceleración desde enero de 2022, mes en que volvieron a terreno positivo. El indicador de consumo privado en el mercado interno presentó crecimientos promedio de 8.1% durante 2022 con datos a mayo, lo cual es consistente con la mayor demanda por financiamiento a través de tarjetas. La utilización de tarjetas de crédito para financiar gasto corriente ante los elevados niveles de inflación puede haber dotado de un impulso adicional a este tipo de financiamiento. Por ende, la dinámica inflacionaria de los próximos meses y la velocidad de convergencia al objetivo de inflación puede tener implicaciones significativas en la evolución de los saldos y los incumplimientos del segmento.

En el caso del saldo vigente de los créditos de nómina (26.5% del crédito al consumo), se registró un crecimiento anual nominal de 13.8% en junio, para alcanzar un promedio de 12.1% durante el 1S22, sustancialmente mejor que el -1.7% registrado durante el 1S21. En términos reales, esta cartera presentó un crecimiento de 5.4% en junio, acumulando 8 meses de incrementos reales, tras 17 meses de contracción durante la crisis por covid-19.

Por su parte, los créditos personales (16.6% del crédito al consumo), registraron en junio un crecimiento anual nominal de 13.6%, para llegar a un promedio de 9.3% en el 1S22. En términos reales, el aumento fue de 5.2% en junio y 1.6% promedio durante el semestre. Al igual que los créditos de nómina, el aumento registrado aún no es suficiente para alcanzar los saldos reales previos a la pandemia, aunque, en términos nominales, los saldos de créditos de nómina de febrero de 2020 se volvieron a alcanzar desde julio de 2021. Para consolidar la recuperación de los saldos en estos tipos de financiamiento, es necesario un buen desempeño del empleo formal de forma sostenida.

En cuanto al crédito para la adquisición de bienes de consumo duradero (ABCD, 16.2% de la cartera de crédito al consumo), en junio, los saldos nominales vigentes registraron una variación nominal anual de 7.6%, para alcanzar un promedio de 6.5% en el 1S22, una mejoría respecto al 0.9% registrado en el 1S21. No obstante, en términos reales, la contracción de junio fue de -0.3%, con la cual el promedio en el 1S22 fue de -0.9%, menor a la caída promedio de -3.9% durante el 1S21.

Dentro de esta cartera, el crédito automotriz (13.4% del crédito al consumo) continuó registrando contracciones reales, aunque ya muestra una tendencia más alentadora, al haber reducido la magnitud de las contracciones en los saldos durante los últimos meses. En junio, la caída real fue de -4.9%, una contracción de menor magnitud que el -7.1% promedio registrado en junio de 2021. El desempeño de esta cartera ha mostrado una fuerte inercia en su recuperación, fenómeno relacionado con el mal desempeño de las ventas automotrices, cuya contracción promedio se ubicó en -11.9% durante el primer semestre del año. En junio, el número de unidades vendidas alcanzó 36,252 unidades, su nivel más bajo desde las 35,067 registradas en junio de 2020).

Respecto a la morosidad de la cartera de consumo, ésta exhibió un IMOR de 2.9% en junio de 2022, igual al promedio del 1S22. Al cierre de junio, la morosidad más alta se observó en el segmento de bienes muebles (4.7%), seguido de los créditos personales (4.2%). Cabe señalar que, durante 2021, los saneamientos permitieron reducir la cartera vencida, conteniendo el crecimiento de la morosidad y mejorando su nivel respecto a años previos. Asimismo, la implementación de los criterios contables bajo IFRS9 contribuyeron a reducir la morosidad del segmento de tarjetas de crédito, al aumentar el plazo a 90 díaspara que un crédito sea considerado en Etapa 3 (antes, para ser considerado cartera vencida, deberían haber transcurrido 60 días). Las perspectivas menos favorables para la actividad económica en 2022 y 2023 podrían implicar un deterioro de la calidad de cartera en el mediano plazo.

La cartera de vivienda presenta crecimientos nominales de doble dígito, aunque el incremento en términos reales parece estabilizarse

En junio de 2022, el crecimiento nominal anual del saldo de la cartera de crédito vigente otorgado por la banca comercial a la vivienda fue de 11.7% (3.4% real). Este crecimiento fue mayor al del MIA (11.4%), así como al de junio de 2021 (8.9%).

El desempeño de la cartera de vivienda se explica por el aumento en los saldos asociados al segmento de vivienda media-residencial (95.8% de la cartera hipotecaria total), que continúa exhibiendo un mayor dinamismo mes a mes desde marzo de 2021, con un aumento nominal promedio de 12.1% (4.3% real) durante el 1S22.

En el caso de la cartera para vivienda de interés social, en junio registró una caída anual nominal de -5.9% (-12.8% real), menor en magnitud a los períodos anteriores, pero sin señales inminentes de una reactivación. La mayor pérdida de empleos entre los trabajadores de menores salarios durante 2020 podría explicar el comportamiento divergente del financiamiento entre ambos segmentos de vivienda. Las mayores tasas de interés podrían implicar un menor dinamismode este tipo de crédito, aunque se espera que se los saldos mantengan crecimientos interanuales en el mediano plazo.

Como se ha mencionado anteriormente, la dinámica inflacionaria registrada durante el último año ha mermado el poder adquisitivo de los hogares, quienes se están viendo obligados a priorizar sus decisiones de gasto. El mayor ingreso destinado al gasto para la adquisición de bienes y servicios de inmediata necesidad implicarían una menor demanda efectiva por vivienda, lo que podría reflejarse en un deterioro en la dinámica de los saldos de financiamiento a la vivienda.

Al cierre de junio de 2022, el IMOR del financiamiento a la vivienda se ubicó en 2.8%, menor al 2.9% del MIA y 20pb por debajo del observado en junio de 2021. Por segmentos, la morosidad de la cartera a la vivienda media-residencial fue de 2.7% (2.8% en el MIA), mientras que el del financiamiento a la vivienda de interés social fue de 5.1% (5.0% en el MIA).



[1] Según el crecimiento nominal en ventas de tiendas iguales publicado por la Asociación Nacional de Tiendas de Autoservicio y Departamentales (ANTAD).

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