viernes, 29 de enero de 2021

Nota Especial ¿Debe Banxico crear una moneda digital? 1


En los últimos dos años ha habido un acelerado interés de buena parte de los
bancos centrales en el mundo por evaluar la conveniencia de crear versiones
digitales de las monedas de uso universal de los propios bancos centrales, como
complemento de los billetes y monedas físicas.
 

Sergio Kurczyn
 

Concluiremos que es probable que Banxico vea la conveniencia o se vea
presionado a emitir un peso digital. Y también, que hay múltiples diseños
potenciales de esa moneda digital con implicaciones diferentes para el sistema
financiero y para la política monetaria.  1
1.-Publicado originalmente en la revista Examen de la Situación Económica de México. Cuarto trimestre del 2020. No. 1079.

¿Debe Banxico crear una moneda digital?
La reflexión de los bancos centrales sobre crear una moneda digital se debió en buena medida al auge de los
sistemas de pagos privados digitales, al uso extensivo de los teléfonos móviles, y en particular al de las cuasi-
monedas privadas digitales de uso global, cuyos ejemplos más destacables son la criptomoneda bitcoin (2009) y el
proyecto de moneda global estable privada Libra (2019); igualmente, ha constituido una cierta presión el esfuerzo
de China por crear un yuan digital, el cual se encuentra en desarrollo avanzado, incluyendo un amplio programa
piloto (2020).
Una moneda digital de un banco central (MDBC) sería un instrumento (un pasivo) de estas instituciones,
denominado en la unidad de cuenta nacional, ofrecida a las personas y empresas bajo la forma digital para sus
pagos corrientes al menudeo. Tal moneda digital complementaría al efectivo (los billetes y monedas), que es la
forma física de la moneda del banco central. 2
Las necesidades a satisfacer y los desafíos a enfrentar de esas monedas digitales potenciales de los bancos
centrales son en cierta medida diferentes para los países de monedas fuertes (países desarrollados grandes) que
para los países en desarrollo. Cada país o región pueden concluir sobre la conveniencia de crear o no la moneda
digital de su banco central. Pero es claro que si algún país grande o región (o bajo ciertas circunstancias, un país
vecino) deciden crear su moneda digital, por ejemplo, un dólar o un euro digital, ello podría presionar a otros países
a emitir la propia, dependiendo de su diseño.
Recordemos que el banco central ya emite una moneda digital/electrónica, pero es de uso restringido, concentrado
en los bancos (depósitos de los bancos en el propio banco central), y ajeno por tanto a la población en general,
quienes solo acceden a los billetes y monedas del banco central. Cuando hablamos en esta nota sobre moneda
digital de los bancos centrales, nos referimos a una de uso universal.
Las monedas privadas digitales
Los depósitos bancarios de los bancos privados (la mayor parte de M1) pueden ser considerados cuasi-monedas
digitales/electrónicas. Sirven en gran medida como medios de pago y depósitos de valor. No son unidad de cuenta,
pues los depósitos se miden en pesos del banco central. Son títulos de deuda emitidos por los bancos privados, a
partir de los cuales se puede exigir su transformación en moneda del banco central: la creación de esos depósitos
está respaldada y regulada por el banco central, quien puede actuar como prestamista de última instancia, en un
contexto en que buena parte de los mismos está protegida por un seguro.
En contraste, el dinero público, emitido por el banco central (los billetes y monedas) cumple en condiciones
normales (vg sin dolarización / inflación muy elevada), con las tres funciones de una moneda: unidad de cuenta,
medio de pago y depósito de valor. Hay confianza en su aceptación general (efecto de red) a partir de la
obligatoriedad establecida por parte del Estado. Hay un emisor central, el cual accede a la ganancia de emitir algo
que tiene un valor mucho mayor a su costo de emisión (señoriaje). Tiene el problema de que es difícil de transferir a
grandes distancias o en grandes cantidades, a diferencia de los medios de pago basados en los depósitos
bancarios o en el crédito (tarjetas de crédito o débito, cheques).
La culminación de una moneda privada digital sería aquella que cumpla las tres funciones del dinero en un alto
grado. Debe reconocerse que muchas monedas públicas, emitidas por bancos centrales, no necesariamente
cumplen las tres funciones, y muchas veces son desplazadas parcialmente por otras monedas de bancos centrales
o por un commodity como el oro. Hay una continuidad en el grado en que un instrumento cumple con esas tres
funciones.
2 ECB,
Report on a digital euro. Octubre 2020; Varios bancos centrales, Central bank digital currencies: foundational principles and core features. 2020.
Estudios Económicos
2Nota Especial
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La visión de las criptomonedas ha evolucionado desde que apareció el Bitcoin hace poco más de diez años. El
hecho de no tener a un emisor central gubernamental, hizo que sufriera inicialmente de los efectos de red, pues no
hay un gobierno que obligara a su uso: poco aceptado y con un valor muy inestable, lo ha hecho poco propicio
como depósito de valor a largo plazo y como medio de pago; se han añadido los riesgos que representa su uso
para actividades ilegales. Pero la situación ha cambiado paulatinamente. De reconocerse solo el valor de la original
tecnología que utilizaba (libros de registro –blockchain—criptografiados que no requieren de un organizador
central), ahora es incorporado poco a poco, tanto bitcoin como algunas otras criptomonedas, en carteras digitales
de algunas grandes instituciones. Ha implicado que se vaya creando un sistema de pagos alrededor de esas
criptomonedas. Y muy importante, son instrumentos globales.
Los intentos por crear monedas privadas digitales cuyo valor sea relativamente estable, las tornan más viables para
cumplir con las funciones de moneda citadas. Pero si la estabilidad se logra a costa de referenciarlas a monedas de
bancos centrales, las hace aproximarse a los depósitos bancarios. El proyecto Libra es el intento más ambicioso
para crear una moneda así. Busca ser estable (con respaldo de monedas fuertes) y rompe desde el inicio con los
problemas de red, dada el alcance de su principal promotor, Facebook, con más de 2 billones de potenciales
usuarios. Los reguladores en muchos países, ya reaccionaron con mayor decisión frente a lo que lo hicieron frente
al Bitcoin y otras criptomonedas, dado el enorme alcance potencial de Libra. De ahí que establecieron condiciones
de regulación significativas, que han obligado a cambiar muchas de sus características iniciales.
La perspectiva de desarrollo de monedas privadas digitales de alcance global, con un ecosistema de pagos
ambicioso, llevó a la reflexión natural de los bancos centrales no sólo sobre cómo regularlas, sino sobre si no sería
conveniente crear una moneda digital pero pública, del banco central.
La reflexión de los bancos centrales sobre crear su moneda digital (MDBC)
En una encuesta de inicios del 2020 con 66 bancos centrales por parte del Banco de Pagos Internacionales 3 con 21
bancos centrales de economías desarrolladas y 45 de en desarrollo (Banxico no participó) el 80% dijo estar ya
investigando el tema y la mitad añadió que ya ha superado la etapa conceptual y que comenzaron a realizar
programas pilotos. Un 10% de los bancos dijeron que era probable que emitieran una moneda digital del banco
central (MDBC) en el corto plazo (hasta tres años) y un 20% en el mediano plazo (hasta seis años). Recientemente
la Presidenta del Banco Central Europeo señaló que tenía la intuición que dentro de dos a cuatro años podría ser
emitido un euro digital. 4
Formalmente, en un reporte sobre el tema, Lagarde señaló que requieren estar listos para introducir un euro digital,
“por si surgiera la necesidad.” 5 Una de esas necesidades eventuales citadas era que monedas digitales extranjeras
desplazaran a los medios de pago existentes en la zona euro. Un yuan digital podría ser la primera moneda digital
de un banco central de gran relevancia internacional. Suecia, uno de los países donde el uso de efectivo ha
disminuido significativamente, podría ser uno de los primeros dentro de los países desarrollados a emitirla.
Las principales motivaciones declaradas en esa encuesta para emitir una MDBC fueron varias: seguridad y
eficiencia de los pagos en el país y con el exterior y estabilidad financiera. Hay un factor que contrasta entre los
bancos centrales de los países en desarrollo y desarrollados naturalmente: para los primeros a la inclusión
financiera se le asigna mucha importancia como razón de emitir una moneda digital, mientras que a esa razón se le
asigna una menor importancia en los países desarrollados.
Codruta B. et al, Impending arrival --a sequel to the survey on central bank digital currency. Enero 2020. BIS papers.
Bloomberg, Lagarde says her “hunch” is that ECB will adopt digital currency. 12 de noviembre 2020.
5 ECB, Report on a digital euro. Octubre 2020.
3
4
Estudios Económicos
3Nota Especial
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En un reporte conjunto de 7 bancos centrales de países desarrollados, incluido el Banco Central Europeo y la
Reserva federal de EUA, de inicios de 2020, señalan que buscan entender los pros y contras de emitir una MDBC al
público en general, en un contexto cambiante de un mundo crecientemente digital. 6
El punto de partida es que la existencia y uso extendido de la moneda del banco central actual es relevante
(moneda física; aquí se deja de lado el tema de las reservas de los bancos en el banco central, las cuales son
electrónicas), aún en un contexto de sistemas de pagos sofisticado. Actúa como soporte del conjunto del sistema de
pagos en caso de fallas o ataques cibernéticos, de la red de pagos electrónica. Además, en algunos países, hay
una tendencia al menor uso del efectivo.
La existencia de una MDBC sería funcional a esa tendencia y no quedaría relegada la moneda del banco central en
efectivo frente al resto del sistema de pagos, donde además aparecieron las monedas privadas digitales. Una
MDCB requeriría usar lo menos posible el mismo sistema electrónico que la banca privada para crear redundancias
en caso de fallas o ataques. No obstante, en la mayoría de los países, incluso en los desarrollados, no existe esa
tendencia a menor uso de efectivo hasta ahora, a pesar de las múltiples y crecientes alternativas en el sistema de
pagos.
Un punto independiente del anterior es la idea de que una MDBC puede facilitar las transacciones que el efectivo no
puede hacer, como es hacer expedito su uso a grandes distancias. Las cuentas universales de MDBC podría
enriquecer la diversidad del sistema de pagos y, dependiendo de su diseño, aumentar la eficiencia de las
operaciones internacionales.
Una MDBC podría hacer más eficiente la política monetaria. Si las cuentas de las personas y empresas pagaran
una tasa de interés, los movimientos de la esa tasa de interés fijada por el banco central tendrían un mayor efecto,
además del tradicional donde juegan un rol privilegiado los bancos. Estos incluso se verían incentivados a actuar
rápidamente en el mismo sentido: aumentaría el traspaso de tasas del banco central a las tasas bancarias y a las
decisiones de las familias y empresas. También la existencia de cuentas con la MDBC permitiría llegar a fijar tasas
de interés nominales negativas, aunque el arbitraje con el efectivo (por definición de tasa de interés nominal cero)
seguiría presente en cierto grado; esto en función de los montos de la moneda pública física versus la digital. Se
podrían facilitar apoyos directos a la población en general bajo ciertas circunstancias, concretando la idea incluso
del llamado “dinero helicóptero” de M. Friedman.
El tema de la inclusión financiera considerado como razón para apoyar un eventual MDBC sobre todo en los países
en desarrollo, parte de que, con la tecnología actual, y el hecho de que en muchos países hay mayor red telefónica
y uso de teléfonos inteligentes que cuentas bancarias, sería atractivo para la población acceder a tal moneda digital,
que requiere también una cuenta, en principio con el banco central.
Los dilemas y riesgos
No es aún claro si conviene que el acceso universal a una MDBC debe hacerse a través de abrir cuentas, con el
banco central, a todas las personas. Significaría que aumenta el peso del mismo en el sistema financiero, ahora el
de menudeo. Una alternativa es que tales cuentas se abran a través de los bancos privados. El incentivo para estos
sería promover una serie de servicios alrededor de una cartera digital por ejemplo, o el beneficio que daría el
conocimiento y contacto con esos clientes. Esas cuentas estarían separadas de los depósitos bancarios y no
podrían ser base para crear otros depósitos bancarios a través de préstamos. Hay también la idea de modelos
híbridos, que combinen ambas alternativas. 7
Un punto crucial es en qué consiste el acceso universal antes señalado. En particular, está el tema de si extranjeros
podrían acceder a esas cuentas y si el sistema de transferencias entre países se desarrolla. Igualmente importante
es si esas cuentas tienen límites.
6
7
Varios bancos centrales, Central bank digital currencies: foundational principles and core features. 2020.
Didenko. A., After Libra, digital yuan and covid 19: central bank digital currencies and the new world of money and payment systems. 2020.
Estudios Económicos
4Nota Especial
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A mayor acceso a extranjeros, ello apoya a la moneda de la región o del país, pues habría flujos que demandan
esas cuentas; aunque claro, una revaluación de la moneda emitida no siempre es lo deseable para tales países o
regiones. En contraposición, en el caso de monedas fuertes (a nivel mundial, o incluso a nivel regional), ello puede
crear vulnerabilidades en los países con monedas menos fuertes, sobre todo cuando se encuentren en situaciones
de incertidumbre o crisis. Un acceso significativo a extranjeros por ejemplo con cuentas que pagan una tasa de
interés flexible puede llevar a aumentar la influencia del país que establezca la MDBC sobre la política monetaria de
los países de esos extranjeros. 8
Por otro lado, hay un dilema entre poner montos elevados, elevado acceso (no solo personas sino también
empresas) y tasas positivas en las cuentas universales de la MDBC (que impulsan la inclusión financiera, y hacen
más efectiva la política monetaria y pueden eficientar el sistema de pagos local e internacional) versus la
desintermediación bancaria que puede ocasionar: si hay migraciones importantes de cuentas bancarias a cuentas
de la moneda digital (sobre todo si las cuentas con el banco central de las personas y empresa no están mediadas
por los bancos privados), los préstamos bancarios estarían en mayor medida fondeados en el mercado, y se
alterarían los modelos de negocio, con los riesgos de estabilidad financiera que ello puede generar. Además, en
situaciones de crisis, la moneda digital de los bancos centrales puede facilitar las corridas contra instituciones
financieras con y sobre todo las que no tienen seguros de depósitos o los montos por arriba de los límites del
seguro.
En lo que respecta a los límites, hay debate sobre si poner un límite fijo (por ejemplo, hay ilustraciones de que 3,000
euros en la zona euro son suficientes para el uso de la MDBC como medio de pago), o descomponer la cuenta en
dos partes: una que recibiría una tasa de interés positiva y otra parte que no lo haría: incluso, bajo ciertas
circunstancias, se podría desestimular el uso de esa parte de la cuenta a través de tasas negativas. 9
El efectivo emitido por el banco central tiene la característica del anonimato en su uso, lo que es deseado por
muchas personas, con fines legítimos. 10 La contrapartida es el uso del anonimato por motivos ilegales. Podría ser
que la conclusión de la mayoría de los bancos centrales sea la de una MDBC con un sesgo claro: proteger la
privacidad en general sobre el uso de la MDBC pero no así frente a las autoridades cuando se justifique por razones
de combate al lavado de dinero y financiamiento al terrorismo: la MDBC no intentará competir con el bitcoin y otras
cripto-monedas, que reivindican no solo la ausencia de emisor central y gubernamental sino el anonimato.
Conclusiones
Se ha acelerado la reflexión en el mundo, y la implementación de programas piloto, sobre la conveniencia de emitir
una moneda digital por parte de los bancos centrales tanto de países desarrollados como en desarrollo.
Muchos países verán la conveniencia de emitirla independientemente de lo que hagan otros países. Pero también
es cierto que la probable aparición de esas monedas forzará a reaccionar a países que no le hayan encontrado
utilidad. Más aún cuando aparezca una moneda fuerte, como un euro o dólar digitales.
En el caso de México destaca la necesidad de reflexionar especialmente respecto a su relación con la inclusión
financiera, la cual es baja en términos absolutos y relativos a su nivel de desarrollo. Así como respecto al acceso
que podrían tener los mexicanos que laboran en EUA y sobre el tipo de acuerdos con ese país respecto a las
transferencias.
8
9
V. Ferrari M. et al, Central bank digital currency in an open economy. Septiembre 2020.
Bindseil U. y Panetta F., Central bank digital currency remuneration in a world with low or negative nominal interest rates. Octubre 2020.
10
En una encuesta en 13 países la protección de la privacidad aparece en segundo lugar entre las características que la opinión pública considera más
importantes de un instrumento de pago (después de la de “seguridad frente al fraude o robo”). V. OMFIF, Digital currencies: A question of trust. 2020.
Estudios Económicos
5Nota Especial
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Banxico debe desarrollar su propia reflexión y promoverla de forma general, incluyendo a los participantes en el
sistema financiero y al propio Congreso, pues potencialmente podría cambiar sustancialmente el diseño del sistema
financiero, además de que se requerirían cambios en las leyes.
El efecto sobre el sistema monetario y financiero mexicano dependerá del diseño de las MDBC: el peso
internacional del país donde se emita, montos, límites por persona/empresa, acceso por no residentes de esos
países donde se creen, acuerdos internacionales.
Aunque tiene ventajas no empezar primero, pues los dilemas planteados son múltiples y complejos, y se puede
aprender de las experiencias de otros países, retrasarse en la reflexión también puede ser costoso. Dado el
contexto global actual reseñado tanto de la reflexión sobre la conveniencia de emitir una moneda digital, y las
intenciones de muchos bancos centrales, es probable que Banxico emitirá un peso digital en el mediano o largo
plazo.

Las estimaciones, pronósticos o proyecciones referidos en esta publicación se realizan tomando en cuenta, entre otras cosas, el
comportamiento histórico de diversas variables tanto económicas como financieras de origen nacional e internacional y los
supuestos para su comportamiento futuro. Estos supuestos toman el escenario internacional propuesto, principalmente de las
publicaciones mensuales “Global Economic Outlook and Strategy” y “Emerging Markets Economic Outlook and Strategy” publicados
por Citi Research en la plataforma de Citivelocity así como sus posibles actualizaciones publicadas en la misma plataforma. Para el
escenario local, nuestros estimados consideran principalmente la información publicada en la tabla “Pronósticos Anuales” y
“Pronósticos Macroeconómicos” de nuestra publicación semanal “Perspectiva Semanal” así como sus actualizaciones publicadas por
nuestra dirección.

 

 

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