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Inspectores de PROFEPA constataron que una persona resultó mordida por
una Cobra de Monóculo, en su domicilio; el reptil no presentaba marcaje,
aparentemente
fue adquirido ilegalmente.
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El ejemplar fue trasladado a un herpetario a de la CDMX para su
atención y cuidados necesarios, en instalaciones seguras y protocolos de
atención en caso de alguna contingencia por fuga accidental.
+ La Cobra de Monóculo es
considerada de alta peligrosidad al ser un ejemplar venenoso y por los efectos que tiene el veneno; su mecanismo de toxicidad actúa directamente en
el sistema nervioso, lo que conduce a una necrosis muscular aguda, causando parálisis y hasta la muerte.
La
Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (PROFEPA) aseguró una
Cobra de Monóculo luego de que ésta mordiera a su poseedor
(hospitalizado) en la Ciudad de México. El espécimen de
la Familia Elapidae fue entregado a un
herpetario en la CDMX.
Cobra es el nombre común de algunas serpientes venenosas, conocidas por su aspecto intimidante y su mordedura mortal. Es
considerada de alta peligrosidad, por los efectos que tiene el veneno (neurotóxico y miotóxico),
ya que su mecanismo de toxicidad actúa directamente en
el sistema nervioso, lo que conduce a una necrosis muscular aguda en donde fue inyectado el veneno, causando parálisis
y hasta la muerte.
Inspectores
de la Zona Metropolitana del Valle de México se constituyeron en un
domicilio en la colonia Vallejo, Municipio de Gustavo A. Madero, Ciudad
de México, donde se reportó un accidente
ofídico (causado por la mordedura de serpientes que poseen e inoculan sustancias tóxicas).
Personal de la PROFEPA constató que una persona resultó mordida por una Cobra de Monóculo (Naja kaouthia) en su domicilio, lugar donde fue entregado el ejemplar adulto, el cual no
presenta marcaje y se encuentra en buen estado físico.
El
ejemplar fue trasladado a un herpetario de la CDMX, con el objeto de
darle la atención y cuidados necesarios, contando además con
instalaciones seguras, así como el plan de manejo aprobado
para la especie por parte de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos
Naturales (SEMARNAT), el cual entre otras cosas contempla las medidas o
protocolos a seguir en caso de contingencias como puede ser la fuga de
este tipo de ejemplares o en su caso la atención
en caso de algún accidente ofídico, contando con los elementos
necesarios para cubrir estos supuestos.
La especie
Naja kaouthia se encuentra listada en el Apéndice II de CITES y
no se encuentra listada dentro de la NOM-059-SEMARNAT-2010 al tratarse
de una especie exótica, cuya distribución natural no pertenece a nuestro
territorio nacional.
Estos reptiles --viven en Filipinas, el sur
de Asia y África--
se reconocen por un tipo de caperuza que despliegan cuando están
irritadas o se sienten amenazadas, que se forma por extensión de las
costillas de la parte trasera de su cabeza.
Se trata de una especie
venenosa de comportamiento agresivo y hábitos nocturnos, puede llegar a medir 2 metros y habita en bosques,
en tierras bajas, campos de cultivo y colinas, pudiéndose encontrar alrededor de asentamientos urbanos; se alimenta de
roedores, sapos, lagartos
y aves, entre otros.
Tienen colmillos fijos anteriores que se encuentran adaptados para introducir veneno, compuesto principalmente de
neurotoxinas y citotoxinas,
sustancias tóxicas para las células que bloquean la transmisión de los
nervios, lo cual lleva a una parálisis e incluso la muerte por fallo
respiratoria en los individuos que son mordidos por la especie Naja kaouthia.
La
PROFEPA invita a la ciudadanía a no comprar este tipo de animales si no
cuenta con la experiencia necesaria para el manejo de este tipo de
especies, ni con los planes de manejo autorizados por la
SEMARNAT, ya que son consideradas especies de alto riesgo y que pueden
no solo representar una amenaza para el poseedor, sino para la población
en general.
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