Fernando Castro Merino
El pasado 18 de octubre cuando miembros del Movimiento
Antorchista del municipio de Mexicali se disponían a entrar a las oficinas del
Ayuntamiento Municipal para atender la solicitud de las familias adheridas a
esta organización en una gestión, policías de esta institución gubernamental se
interpusieron y negaron la entrada a los miembros de Antorcha, bajo la
directriz instruida por Ernesto Traslaviña Urías, se negó de tajo dicho acceso.
A pesar de que por diferentes medios de comunicación se ha
dicho que las oficinas de gobierno son la casa de todos, espacios públicos y
que toda persona sin importar sexo, afiliación política, situación económica,
etc., aquí en Mexicali se niega el acceso, negando con ello la oportunidad de
que las familias más pobres y desprotegidas tengan la oportunidad de exigir lo
que por derecho les corresponde.
No es lugar común el que a los antorchistas se les amedrente
de dicha forma, sin embargo, esta postura que ha tomado el gobierno panista que
encabeza Gustavo Vázquez Sánchez, pone de relieve el trato que se le da a los
cachanillas más pobres que exigen cosas tan indispensables como agua potable,
luz, pavimentaciones, apoyos asistenciales, becas, entre otras demandas de
carácter asistencialista que hacen menos tortuosa la vida mísera en la que los
tienen sumidos la pobreza y el desinterés político.
Esta acción que demuestra el desinterés y la apatía en
querer resolver los problemas sociales de nuestro municipio, también manifiesta
el carácter que ha tomado el Ayuntamiento ante la necesidad de querer cambiar
las condiciones sociales y materiales del pueblo cachanilla; hoy los
antorchistas tenemos prohibida la entrada al edificio del Ayuntamiento,
violándose con ello un derecho constitucional que por el simple hecho de ser
mexicanos tenemos; haremos valer la ley para denunciar esta prohibición, porque
hoy más que nunca se necesita y es urgente que existan líderes que encabecen al
pueblo pobre y este manifieste su inconformidad ante los problemas que los
agobian.
A los habitantes de Mexicali y a la opinión pública en
general le consta que nuestras manifestaciones han sido siempre de carácter
pacífico, sí de denuncia y exigencia, pero siempre bajo las líneas y respetando
la Ley; no existe argumento acusatorio por el que se nos prohíba la entrada al
edificio que hemos construido, a exigirle a los funcionarios, a los cuales con
nuestros impuestos le pagamos, que hagan su trabajo y eleven en esta capital
del Sol, colonias, ejidos, pueblos y fraccionamientos para las capas más
pobres, de lo contrario se lo seguirán demandando con los antorchistas a la
cabeza y no habrá puerta que nos detenga.
Por eso, el próximo 14 de noviembre, los antorchistas de
Mexicali nos manifestaremos para hacer respetar nuestro derechos
constitucional, pero principalmente para hacer valer y encontrar una respuesta a las demandas
sociales que hemos planteado desde hace dos años sin solución alguna, de lo
contrario seguiremos denunciando por todos los medios que nos sean posible la
falta de atención al pueblo pobre, él puso en el poder de Gustavo Vázquez,
también el pueblo lo puede quitar, las condiciones políticas y sociales nos
favorecen.
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