CEPAL actualizó sus proyecciones de crecimiento para los países de la región.
(17 de octubre, 2018)
La
Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) revisó las
proyecciones de crecimiento de la actividad económica de la región
para 2018 y espera una expansión promedio de 1,3% en América Latina y
el Caribe durante este año, levemente inferior a la pronosticada en
agosto pasado (1,5%). Para 2019 se prevé una tasa de crecimiento del
1,8%, según informó hoy mediante un comunicado de
prensa.
Como
es habitual, la dinámica del crecimiento mostrará diferencias entre
países y subregiones, indica la CEPAL. Las economías de América del Sur,
especializadas
en la producción de bienes primarios, en especial petróleo, minerales y
alimentos, crecerían a una tasa positiva (0,7%) este año, levemente
inferior al año anterior. Para el año 2019 se espera un mejor desempeño
en esta subregión, que crecería 1,6% en promedio.
Por
su parte, para las economías de Centroamérica se estima una tasa de
crecimiento de 3,2% para este año y de 3,3% para el 2019. Si se toma en
cuenta
Centroamérica más México, la proyección para 2018 es de 2,4% y para
2019 de 2,5%.
Para
el Caribe de habla inglesa u holandesa se espera un crecimiento
promedio de 1,9% para 2018, cifra revisada al alza respecto de la
proyección de agosto,
principalmente por un mayor dinamismo en el sector petrolero de
Trinidad y Tabago, la mayor economía de la subregión, e influida en
algunos casos por esfuerzos de gasto para la reconstrucción post
desastres naturales. Para 2019, la tasa prevista para el Caribe
es de 2,1%.
Las
proyecciones para 2019 se dan en un contexto de aumento de la
incertidumbre y de los riesgos en el mediano plazo, indica la CEPAL. Un
riesgo que subsiste
para las economías emergentes en general y, dentro de estas, para
América Latina y el Caribe en particular, es el de un mayor deterioro
del ambiente financiero internacional. Los altos niveles de deuda
corporativa y soberana acumulados a lo largo de años de
condiciones financieras globales laxas, constituyen un riesgo para
algunas economías más expuestas a los cambios en el escenario financiero
(mayores necesidades de financiamiento externo, mayor proporción de la
deuda en moneda extranjera, mayor proporción
de deuda de corto plazo, entre otros).
Además,
en los últimos meses han venido escalando las tensiones comerciales.
Aunque éstas todavía solo se han visto reflejadas en moderadas
revisiones
a la baja del volumen proyectado de comercio mundial y de la actividad
económica global para el año 2019, constituyen un riesgo para la
actividad económica regional. Las tensiones comerciales suponen un
riesgo no solo para el volumen de comercio global y la
tasa de crecimiento del mundo a mediano plazo, sino también para los
precios de las materias primas y para las propias condiciones
financieras globales -que suelen estar vinculadas a la mayor o menor
percepción de riesgos.
Ante
este escenario internacional, la demanda interna jugará un papel
importante en el crecimiento de la región durante el próximo año, agrega
la CEPAL.
Aunque con diferencias entre países, se espera un mayor aporte de la
inversión y también que el consumo privado siga siendo un motor
relevante de la demanda interna en 2019.
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