Foto: CEPAL.
La
Secretaria Ejecutiva de la Comisión Económica para América Latina y el
Caribe (CEPAL), Alicia Bárcena, destacó hoy en Nueva York el rol de las
comisiones regionales de las Naciones Unidas y sus tres funciones
claves: como plataformas intergubernamentales, como generadores de ideas
e innovación y como portadoras de cooperación técnica en las tres
dimensiones de desarrollo sostenible.
El encuentro convocó a los Jefes de Agencias como el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD); el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF); el Programa Mundial de Alimentos (PMA) y la Organización Internacional del Trabajo (OIT), y a la actual coordinadora de las cinco comisiones regionales que encabeza la CEPAL durante el año 2018.
Durante el diálogo interactivo con los países, celebrado en el marco de la reunión del Segmento de Actividades Operacionales para el Desarrollo del Consejo Económico y Social (ECOSOC) del organismo multilateral, la Señora Bárcena subrayó que si bien la implementación de la Agenda 2030 requiere de acciones a nivel nacional, sobre todo en la dimensión social, la globalización ha transformado profundamente el contexto en el cuál se accede a los medios de implementación, como financiamiento y comercio.
Precisó que las comisiones regionales pueden facilitar la integración sustantiva que es necesaria para el cumplimiento de la Agenda 2030 en materia económica, social y ambiental, particularmente a través del análisis de los desafíos específicos asociados a su implementación.
Bárcena resaltó que “las comisiones tienen las capacidades estadísticas para apoyar a los países miembros y sus sistemas nacionales de estadísticas para lograr el monitoreo periódico y la evaluación de progreso de los ODS, sus metas e indicadores.”
En este punto destacó la importancia de que las comisiones y agencias regionales de las Naciones Unidas unifiquen datos y análisis, para consolidar una sola voz ante los requerimientos de los Estados miembros, y faciliten los procesos de formulación de políticas y toma de decisión basados en evidencia.
Por ejemplo, añadió, si bien algunos de los medios de implementación de la Agenda 2030 se articulan a nivel nacional, muchos de ellos operan en verdad a escala internacional, global y regional, entre ellos, el comercio, el financiamiento y la tecnología.
Alicia Bárcena afirmó que la globalización, si bien ha resultado en beneficios importantes en relación a los niveles globales de reducción de la pobreza en muchos países, también generó desafíos tales como una creciente concentración de la riqueza en pocas manos y con ello un aumento de múltiples desigualdades.
“La complejidad e interdependencia del orden global actual llevan a concebir el desarrollo sostenible como un proceso que va más allá de la dimensión nacional, donde los desafíos económicos, sociales y ambientales deben ser abordados no solo por los países en desarrollo sino de forma universal”, afirmó.
Recordó que las comisiones regionales de las Naciones Unidas ya tomaron medidas concretas para reorientar y alinear sus programas de trabajo con la Agenda 2030 y ser más eficientes en la ejecución de sus recursos a través de los órganos de gobierno de la Secretaría de las Naciones Unidas mediante la adaptación de sus estructuras y el realineamiento con la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible.
Destacó, además, que las comisiones regionales poseen tres funciones interconectadas: de convocatoria inter-gubernamental, de centro de pensamiento (“think tank”) y de apoyo técnico y operativo.
“Al ejercer nuestras funciones, nos enfocamos en entregar nuestro valor agregado a los países, entre ellos, la naturaleza inclusiva y universal de nuestras plataformas como bloques de construcción sólidos para el multilateralismo; la naturaleza multisectorial de nuestros productos de análisis y conocimiento, nuestro desarrollo de capacidades y asesoramiento de políticas, y el apoyo a la cooperación regional, sur-sur y triangular y los esfuerzos de integración a nivel regional y subregional”, afirmó la alta funcionaria de las Naciones Unidas.
En el marco de la función de convocatoria, subrayó la creación en 2016 del Foro de los Países de América Latina y el Caribe, cuya segunda reunión se celebrará en abril en la sede central de la CEPAL en Santiago, Chile, y que representa una plataforma multi-actor de aprendizaje entre pares sobre la implementación y el seguimiento de la Agenda 2030 a nivel regional y como un puente importante entre los niveles nacional y global, particularmente una contribución al Foro Político de Alto Nivel sobre Desarrollo Sostenible.
Enfatizó la importancia de las actividades de las comisiones a nivel subregional, destacando las acciones de la CEPAL en El Caribe y en Centroamérica y la importancia de lograr una coordinación eficaz entre los Fondos y Programas, las Agencias Especializadas y las Comisiones Regionales con base en los mandatos, las capacidades.
El encuentro convocó a los Jefes de Agencias como el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD); el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF); el Programa Mundial de Alimentos (PMA) y la Organización Internacional del Trabajo (OIT), y a la actual coordinadora de las cinco comisiones regionales que encabeza la CEPAL durante el año 2018.
Durante el diálogo interactivo con los países, celebrado en el marco de la reunión del Segmento de Actividades Operacionales para el Desarrollo del Consejo Económico y Social (ECOSOC) del organismo multilateral, la Señora Bárcena subrayó que si bien la implementación de la Agenda 2030 requiere de acciones a nivel nacional, sobre todo en la dimensión social, la globalización ha transformado profundamente el contexto en el cuál se accede a los medios de implementación, como financiamiento y comercio.
Precisó que las comisiones regionales pueden facilitar la integración sustantiva que es necesaria para el cumplimiento de la Agenda 2030 en materia económica, social y ambiental, particularmente a través del análisis de los desafíos específicos asociados a su implementación.
Bárcena resaltó que “las comisiones tienen las capacidades estadísticas para apoyar a los países miembros y sus sistemas nacionales de estadísticas para lograr el monitoreo periódico y la evaluación de progreso de los ODS, sus metas e indicadores.”
En este punto destacó la importancia de que las comisiones y agencias regionales de las Naciones Unidas unifiquen datos y análisis, para consolidar una sola voz ante los requerimientos de los Estados miembros, y faciliten los procesos de formulación de políticas y toma de decisión basados en evidencia.
Por ejemplo, añadió, si bien algunos de los medios de implementación de la Agenda 2030 se articulan a nivel nacional, muchos de ellos operan en verdad a escala internacional, global y regional, entre ellos, el comercio, el financiamiento y la tecnología.
Alicia Bárcena afirmó que la globalización, si bien ha resultado en beneficios importantes en relación a los niveles globales de reducción de la pobreza en muchos países, también generó desafíos tales como una creciente concentración de la riqueza en pocas manos y con ello un aumento de múltiples desigualdades.
“La complejidad e interdependencia del orden global actual llevan a concebir el desarrollo sostenible como un proceso que va más allá de la dimensión nacional, donde los desafíos económicos, sociales y ambientales deben ser abordados no solo por los países en desarrollo sino de forma universal”, afirmó.
Recordó que las comisiones regionales de las Naciones Unidas ya tomaron medidas concretas para reorientar y alinear sus programas de trabajo con la Agenda 2030 y ser más eficientes en la ejecución de sus recursos a través de los órganos de gobierno de la Secretaría de las Naciones Unidas mediante la adaptación de sus estructuras y el realineamiento con la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible.
Destacó, además, que las comisiones regionales poseen tres funciones interconectadas: de convocatoria inter-gubernamental, de centro de pensamiento (“think tank”) y de apoyo técnico y operativo.
“Al ejercer nuestras funciones, nos enfocamos en entregar nuestro valor agregado a los países, entre ellos, la naturaleza inclusiva y universal de nuestras plataformas como bloques de construcción sólidos para el multilateralismo; la naturaleza multisectorial de nuestros productos de análisis y conocimiento, nuestro desarrollo de capacidades y asesoramiento de políticas, y el apoyo a la cooperación regional, sur-sur y triangular y los esfuerzos de integración a nivel regional y subregional”, afirmó la alta funcionaria de las Naciones Unidas.
En el marco de la función de convocatoria, subrayó la creación en 2016 del Foro de los Países de América Latina y el Caribe, cuya segunda reunión se celebrará en abril en la sede central de la CEPAL en Santiago, Chile, y que representa una plataforma multi-actor de aprendizaje entre pares sobre la implementación y el seguimiento de la Agenda 2030 a nivel regional y como un puente importante entre los niveles nacional y global, particularmente una contribución al Foro Político de Alto Nivel sobre Desarrollo Sostenible.
Enfatizó la importancia de las actividades de las comisiones a nivel subregional, destacando las acciones de la CEPAL en El Caribe y en Centroamérica y la importancia de lograr una coordinación eficaz entre los Fondos y Programas, las Agencias Especializadas y las Comisiones Regionales con base en los mandatos, las capacidades.
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