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Audi e-tron con un equipamiento especial escala la legendaria pista de esquí alpino, donde se disputan los descensos más impactantes del mundo
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Tracción eléctrica a las cuatro ruedas con dos motores eléctricos en el eje trasero
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Mattias Ekström, campeón del mundo de Rallycross, logra hazaña al volante del SUV eléctrico
Ingolstadt,
22 de febrero de 2019. A finales del pasado mes de enero, Audi envió
su primer SUV de propulsión eléctrica a las pistas en las que los
mejores esquiadores compiten por la victoria en la Hahnenkamm Race.
El Audi e-tron, especialmente equipado para la ocasión, conquistó
el “Mausefalle” en la legendaria pista “Streif”. Con una
gradiente del 85%, se trata de la sección con mayor pendiente de
este espectacular descenso.
“Ya
pusimos a prueba la capacidad del SUV eléctrico el pasado año en
distintos eventos Audi e-tron extreme. Desde Pikes Peak a las salidas
de Namibia, pasando por una prueba de alto voltaje en Berlín, el
Audi e-tron prototype superó los mayores desafíos”, explica Peter
Oberndorfer, responsable de Comunicaciones de Producto y Tecnología
de AUDI AG. “Con el sensacional impulso del ‘Mausefalle’, hemos
superado aún más los límites, demostrando las posibilidades
técnicas de la tecnología quattro en un automóvil eléctrico”,
añade.
Con
una gradiente del 85%, el ‘Mausefalle’ es la sección con mayor
pendiente del famoso descenso que tiene lugar en la legendaria pista
“Streif”, en Kitzbühel. Para escalar esta “pared”, el Audi
e-tron estaba equipado con un tren motriz quattro especial, con dos
motores eléctricos en el eje trasero y uno en el delantero, capaces
de rendir una potencia total de sistema de hasta 370 kW (503 hp) y un
par máximo de 8.920 Nm. Esto aseguró el rendimiento necesario para
afrontar la subida de una pendiente tan pronunciada. Audi también
modificó el software en lo referido a la entrega del par motor y a
su distribución a las ruedas, para adaptarse a las exigencias de una
pista tan especial como el de la “Streif”. Los rines de 19
pulgadas equipados con neumáticos con clavos desarrollados
específicamente para este desafío se encargaron de proporcionar el
agarre necesario sobre la nieve y el hielo.
“Al
principio, superar una pendiente con un desnivel del 85% parece
imposible”, comenta Mattias Ekström, encargado de pilotar el Audi
e-tron adaptado. “Incluso me impresionó la forma en la que este
vehículo se desenvuelve en un terreno tan desfavorable”, agrega el
campeón del mundo de Rallycross y bicampeón del DTM, que considera
esta prueba como una de las experiencias más extraordinarias de su
vida.
Para
la mayor seguridad posible, el Audi e-tron también estaba equipado
con una jaula especial antivuelco y con un asiento de competencia
dotado de un cinturón de arnés con seis puntos de anclaje. También
se añadió un sistema de seguridad adicional mediante un cable de
sujeción. En ningún momento intervino ningún dispositivo de
tracción.
Audi
contó con un colaborador de excepción para este proyecto: la marca
austríaca de bebidas energéticas Red Bull. Las dos compañías
mantienen una asociación en la Hahnenkamm Race, y afrontaron juntas
este desafío. El Audi e-tron también ilustró esta colaboración
luciendo una decoración muy particular.
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