* El oficial Pablo Ramírez
perdió una pierna en un accidente vial en 2011.
* Ahora es instructor en
el gimnasio de la Subsecretaría de Tránsito y entrena para ser uno de los
mejores 8 del mundo en remo adaptado.
* En sus tiempos libres da
pláticas motivacionales a personas con discapacidad, a otros deportistas y en
escuelas.
La
discapacidad no es ninguna limitante, asegura Pablo Ramírez Lemus, un policía
de tránsito y atleta de alto rendimiento que perdió una pierna tras un
accidente. Su tenacidad lo ha mantenido vigente en su labor, y está cerca de
participar en los Juegos Paralímpicos de Tokio 2020.
Pablo
intenta contagiar a sus compañeros su amor por el deporte. Es apasionado de las
motocicletas, y trabajar en la Policía es un sueño que tuvo desde niño. Se
siente agradecido porque a pesar del grave accidente que sufrió tuvo una
segunda oportunidad de vivir, y por ello en sus tiempos libres da pláticas
motivacionales a personas con discapacidad, a otros deportistas y en escuelas.
En
la Secretaría de Seguridad Ciudadana (SSC) inició como motopatrullero a los 19
años, pero también ha realizado labores administrativas, manejo de archivos,
traslado y supervisión de personal en eventos masivos.
Con
siete años de servicio, Pablo tiene la licenciatura de Perito Criminalista, y
actualmente es instructor en el gimnasio de la Subsecretaria de Control de
Tránsito, donde se encarga de mantener en buena condición física a sus
compañeros.
Ha
corrido en los Maratones y Medios Maratones de la CDMX y en todo tipo de
carreras que se organizan en la Ciudad de México, incluso en las Spartan Race
con obstáculos de por medio.
“Con
una discapacidad no te debes de esconder ni sentir menos. Es una lección dura
que te cambia todo lo que ya conocías, pero aun así debes salir adelante porque
sigues vivo y eso es lo que te permite disfrutar las cosas que amas, como la
familia, los amigos o las pasiones, como el deporte lo es para mí”, dice.
EL
ACCIDENTE QUE CAMBIÓ SU VIDA
Todo
pasó sin darse cuenta. Era su día de descanso y circulaba en moto sobre una
avenida principal. Metros adelante había ocurrido un accidente, había
ambulancias estacionadas y varios vehículos hacían fila, intentando
incorporarse a los carriles habilitados.
Pablo
bajó la velocidad, se detuvo detrás de uno de los autos y mientras miraba el
espejo, calculando el momento en el que podría cambiarse de carril, sintió un
golpe seco en la espalda: un vehículo no alcanzó a frenar y lo prensó contra el
de enfrente.
El
golpe lo dejó inconsciente y sufrió fractura de fémur expuesta, pero además
pasó una semana en coma y con pocas probabilidades de sobrevivir, pues adquirió
una bacteria que lo mantuvo hospitalizado durante cuatro meses y fue sometido a
28 operaciones para intentar salvarle la pierna.
Pablo
tuvo que decidir entre seguir los tratamientos para conservar su extremidad o
dejar de exponer su vida.
“No
importa si no tengo piernas o brazos, lo que quiero es seguir viviendo”, dijo a
los médicos.
VIDA
DE DEPORTISTA
Pablo
es asiduo al deporte desde su infancia. Practicó atletismo, ciclismo y
acrobacia freestyle en pista, y a partir del accidente continuó con el
atletismo y empezó a practicar remo adaptado, deporte con el que dice
experimentar la sensación de libertad que tenía al correr en moto.
Entrena
tres veces al día y su meta es ser parte de los ocho mejores del mundo en remo
adaptado para llegar a los Juegos Paralímpicos en Tokio 2020.
“En
el Mundial Paralímpico pasado, que se realizó en Bulgaria, quedamos en el
noveno lugar. Estamos muy cerca, y con los entrenamientos y la intensa
concentración que estamos llevando, empecé a bajar mis tiempos, creo que hay
muchas posibilidades de llegar y seguir representando a México y a la
Secretaría”, dice Pablo.
Asegura
sentirse agradecido por la oportunidad de seguir siendo parte de la institución
y por permitirle prepararse deportivamente para competir.
“Doy
gracias de que la Secretaría sea de las instituciones que apoya a las personas
con discapacidad, no nada más por mí sino por compañeros que se han lesionado y
se mantienen vigentes al tener un cambio de actividades. Todos estamos
propensos a tener una discapacidad ya sea por accidente, enfermedad o por la
edad, y aquí en la Policía de la CDMX se trabaja mucho para que no exista la
discriminación”, señala.
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