miércoles, 30 de agosto de 2017

El águila calva que se robó una GoPro



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El nombre “águila calva”, un símbolo omnipresente de la libertad, nos remite a una elusiva y misteriosa creatura de la naturaleza. Pocos se han topado con esta majestuosa ave de presa, y menos personas aún han podido experimentar algo parecido a un encuentro cercano o íntimo. Sin embargo, un poco de inteligencia y un tanto de suerte pueden hacer la diferencia.


En mayo del 2015, la región de Juneau, Alaska, estaba despertando de su largo invierno, teniendo ya a la primavera en el horizonte. Matthew J. Beedle había acabado de cenar cuando tuvo una idea. Salió y llevó consigo sobras de salmón y las colocó en un tronco que estaba fuera de la casa de su familia, puso su GoPro HERO4 Silver cerca y empezó a grabar. Eso lo llevo a recibir una lección de geografía desde un punto de vista muy inesperado: el talón de un águila calva.

Matthew es, por mucho y literalmente, un experto en geografía, ya que cuenta con un Doctorado en la materia por la Universidad de Colorado. Sin embargo, nunca había tenido una experiencia como ésta. El águila calva no sólo tomó y elevó el salmón, sino que también atrapó la GoPro con su talón y se la llevó, mostrándole una nueva vista de la salvaje belleza de Alaska.

Una vez que el águila aterrizó, comenzó la verdadera aventura para encontrar la cámara. El ave voló con la GoPro hasta un abeto que estaba como a medio kilómetro, en dirección de unos humedales del lugar. El padre de Matthew había logrado capturar algunas fotos fijas del águila con la GoPro en sus garras y pudo ver en qué rama se posó. Además, ninguno de los dos vio que ésta dejara caer la cámara, así que mantuvieron la esperanza de poder encontrarla.

El águila volvió a volar unos minutos más tarde y entonces ambos comenzaron la búsqueda entre los árboles durante horas, hasta que oscureció. Al no tener suerte, decidieron continuar a la mañana siguiente. En cuanto despertaron, regresaron a los mismos árboles para seguir la búsqueda. Esta vez, Matthew trajo también su equipo de escalar para subir a las copas de los árboles.

¡No se iban a dar por vencidos! Aunque, después de una hora de buscar entre las ramas y las hojas de un árbol, la cámara aún se escondía. Al estar descendiendo, Matthew sacudía cada rama esperando que eso hiciera caer la GoPro y su papá pudiera levantarla del piso. Incluso, su papá le pidió que dejara caer un mosquetón desde lo alto del árbol para tener una idea de dónde pudo haber aterrizado la cámara. Y, por increíble que parezca, el plan funcionó. Al buscar cerca del lugar donde cayó el gancho, la encontraron.

Nosotros estamos felices de que ambos hayan perseverado tanto, porque lo que su GoPro capturó es verdaderamente sobresaliente. Para ver el video de esta aventura, da clic aquí.

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