La calidad educativa y la solidez en el sistema de enseñanza son
elementos clave que definen el destino de una nación, así como las
oportunidades de desarrollo para su gente. Limitar cualquier avance
en materia educativa es condenar el futuro de las nuevas
generaciones, sobre todo, en un mundo globalizado y fuertemente
competido como el que acontece en la actualidad.
Hoy, en México, la calidad de la enseñanza se está viendo
seriamente amenazada ante la eventual aprobación en el Senado de la
República sobre el conjunto de disposiciones legales para modificar
las Leyes Secundarias en Materia Educativa. Con ello, se están
poniendo en riesgo los derechos de nuestros niños y jóvenes,
quienes deben tener garantizado el acceso a una enseñanza de
calidad, con los mejores maestros, las mejores escuelas y los mejores
contenidos pedagógicos.
En Coparmex –en plena coincidencia con diversos organismos de la
sociedad y expertos en materia educativa– externamos nuestra
preocupación profunda ante este grave acontecimiento que, no
solamente viola los principios y fundamentos establecidos en los
artículos 3º, 7º y 9º de nuestra Constitución, sino que
garantiza un serio retroceso para la educación de nuestro país.
De manera específica, señalamos tres atentados a la educación de
México, en caso de que los legisladores aprueben estas disposiciones
legales, en los términos que actualmente se encuentran:
Primero. Se renuncia a una educación con calidad. Con la no
obligatoriedad de la evaluación docente y la reinstalación de
maestros que fueron dados de baja por un mal desempeño en
evaluaciones previas, se pierde lo ganado en varias décadas de
trabajo.
La evaluación fue pensada para ayudar a los propios maestros,
permitiéndoles mejorar continuamente y ver premiados sus esfuerzos.
La Contrarreforma Educativa significa todo lo opuesto y abre la
puerta a docentes en las aulas, sin los conocimientos necesarios.
Lamentablemente, esta situación supone que México seguirá
condenado a permanecer como uno de los peores países calificados en
la prueba PISA. Cabe recordar que, en la última evaluación, en
2015, nuestro país se colocó por debajo del promedio de los
miembros de la OCDE en ciencias, lectura y matemáticas. Con ello, al
menos en estas tres áreas, menos del 1% de los estudiantes en México
lograron alcanzar niveles de competencia de excelencia. Los
siguientes resultados se presentan este año y el panorama actual no
deja tranquilidad sobre lo que pueda suceder en las evaluaciones PISA
subsecuentes.
Segundo. Se entrega la educación a manos de los sindicatos. Aunque
se propone que los aspirantes a plazas docentes participen en
condiciones de igualdad y transparencia buscando lo perfiles idóneos,
en los hechos, se otorgarán plazas seguras a los egresados de las
normales, sin necesariamente demostrar que cuenten con la mejor
preparación.
Además, el Sindicato podrá reclamar plazas a la Secretaría de
Educación Pública, con lo que el Estado pierde rectoría en la
materia y, con ello, retornan la venta, renta y herencia de plazas
docentes. Con la Contrarreforma Educativa estamos restableciendo un
problema que ya había sido superado en años recientes.
Y tercero. Se debilitan las instituciones del Estado a cargo de la
educación. En sustitución del Instituto Nacional para la Evaluación
de la Educación (INEE), se crea la Comisión Nacional para la Mejora
Continua de la Educación que, aunque contará con una Junta
Directiva, un Consejo Técnico de Educación y un Consejo Ciudadano,
con la iniciativa se vulnera su autonomía técnica, operativa,
presupuestaria, de decisión, de gestión y no sectorizada.
Esto, debido a que la Comisión contará con un Comité Consultivo
–presidido por el Secretario de Educación Pública– y con una
Secretaría Ejecutiva (propuesta del mismo titular de la SEP); con lo
que las responsabilidades, funciones y atribuciones que corresponden
a la Comisión y su Junta Directiva, en realidad dependerán de otras
instancias.
La Contrarreforma Educativa no sólo desmantela el INEE –importante
iniciativa impulsada desde la sociedad y también desde Coparmex para
evaluar a los maestros y a todo el sistema educativo–, sino que
además se estará terminando con el Instituto Nacional de
Infraestructura Física Educativa (INIFED) que, hasta el día de hoy,
velaba por la calidad de la construcción de las escuelas, para dar
paso a nuevos esquemas clientelares. Ya que se propone que estos
recursos ahora se vayan directamente a los comités escolares de cada
escuela, para que ellos sean los encargados de desempeñar estas
funciones.
De aprobarse éstas y otras disposiciones, los padres y madres de
familia en todo el país seremos testigos de cómo las escuelas a las
que asisten nuestros hijos reciben nuevamente a maestros reprobados,
respaldados por la venta de plazas y por el poder entregado a los
sindicatos.
Es por ello que, como fieles defensores de la educación de nuestro
país, en Coparmex rechazamos categóricamente la Contrarreforma
Educativa que hoy se discute. En ningún caso, seremos comparsas de
una apuesta por la mediocridad que no le aporta nada a la preparación
educativa que merecen las siguientes generaciones de mexicanos.
Hacemos un llamado respetuoso pero enérgico a las y los Legisladores
Federales, para que continúen analizando y discutiendo los términos
de las Leyes Secundarias en la materia, poniendo en el centro en todo
momento a la niñez y juventud de México. Sin ir más lejos, el
resultado de este diálogo definirá qué herramientas tendrán
nuestros hijos para enfrentar los retos del mañana. De esa dimensión
es la discusión que hoy se tiene en la Cámara de Senadores.
La enseñanza de calidad es una materia que nos corresponde y
compromete a todos. Debemos continuar construyendo una educación
moderna y a la vanguardia, que nos prepare mejor y nos permita
competir con otras naciones. En Coparmex abogaremos en todo momento
para que así sea y para que nadie ponga en riesgo los derechos de
los niños y jóvenes, como es tener acceso a una mejor educación.
Muchas gracias.
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