Rosalba
Pineda Ramírez
Se ha vuelto,
desgraciadamente, una mala costumbre que los que ostentan el poder
político utilicen a los medios de comunicación para agredir,
difamar y calumniar a quienes se atreven a discrepar de ellos. En el
fondo, esa actitud es reflejo de una concepción dictatorial del
poder (pues quien la asume, se siente dueño de la verdad y muy por
encima del resto de los mortales a quienes les asignan el papel de
sumiso pueblo), y eso se ha agravado con la llegada de la 4T y MORENA
al poder: ante los señalamientos a los graves problemas del país se
ha hecho famosa, a lo Eróstrato, la frase de “yo tengo otros
datos”. Solo así se explica la persecución y amenazas contra
varios periodistas -entre ellos Carlos Loret de Mola-, diversas
organizaciones políticas y, en particular. En contra del Movimiento
Antorchista.
¿Cuales son las
principales acusaciones que López Obrador ha lanzado contra
Antorcha? Que vive de los moches, que hacemos negocio con el
huachicol, que los dirigentes de Antorcha tienen cuentas millonarias
en los bancos, ¡ah! y que son ¡la Antorcha Mundial!
Empezaré por esto
último. Desde los primeros días de López Obrador como presidente,
en todo los eventos masivos a los que asistía decía que “no se
dejaría presionar por grupos como la Antorcha Mundial que vivían de
los moches”; pero, bastó que en cada evento asistieran
antorchistas oriundos de la zona y le exigieran que dejará de
agredir y calumniar al Movimiento Antorchista y al señor se le
olvido la frasecita; es decir, no pudo sostener de frente a los
antorchistas la calumnia de que la organización se sostenía de
mochar los programas sociales. Desde entonces quedó claro que todos
los programas sociales gestionados por Antorcha, eran entregados
directamente a la gente por autoridades de los diferentes niveles de
gobierno; jamás los manejó la organización y por tanto nunca les
mocharon nada. Hay que agregar que a dos largos años de López
Obrador en el presidencia, periodo en que los programas sociales
brillan por su ausencia, el Movimiento Antorchista ha crecido y se ha
desarrollado y hoy estamos mas unidos para defender a nuestros
dirigentes y a la organización. El trabajo ordinario de Antorcha
siempre se ha autofinanciado y por ello, en esta pandemia, seguimos
realizando nuestras tareas, educando y organizando al pueblo.
En lo que se refiere a
que los antorchistas hacen negocios con el huachicol, bastó que
PEMEX hiciera revisión puntual del volumen de gasolina y diésel que
compran las gasolineras promovidas por Antorcha, para que dejaran de
manejar ese argumento; es decir, tampoco pudieron demostrar que
Antorcha es huachicolera.
La calumnia que en los
últimos días ha sonado más, pues los medios de comunicación al
servicio de López Obrador y la 4T le han dado vuelo y revuelo, es
que la Unidad de Inteligencia Financiera (UIF) acusa a dirigentes
antorchitas de tener cuentas bancarias con cientos de millones de
pesos, según declaración de Miguel Barbosa “flamante”
gobernador de Puebla, quien empujó a la UIF para que congelara
dichas cuentas. Ante eso, es necesario aclarar que no existen cuentas
de antorchistas que manejen cientos de millones de pesos, y desde
aquí retamos a la UIF, a MORENA o a periodistas, a que nos den un
solo nombre de cualquiera de los dirigentes antorchistas que tengan
ese tipo de cuentas millonarias.
Como ya aclaró el
dirigente nacional del antorchismo, Aquiles Córdova Morán, las 20
cuentas que congelaron suman poco más de 27 millones de pesos; es
decir, en promedio, cada cuenta maneja un millón 350 mil pesos y,
cuando se trata de cuentas de las gasolineras, este dinero representa
la ventas de 69 mil 266 litros de gasolina y/o diésel, entre los
siete días de una semana, lo que implica una venta diaria de 9 mil
895 litros, que equivale a vender penas 412 litros por hora; es
decir, el dinero de cualquiera de las cuentas equivale a la venta
semanal de una modesta gasolinera y se gasta en su inmensa mayoría
en el pago a PEMEX. Entonces, ¿cuál es el delito? ¿Donde esta la
prueba de las tan traídas y llevadas cuentas millonarias? No hay
pruebas, se trata de la vieja maniobra de repetir mil veces una
mentira para que los tontos o los ingenuos la crean.
¡Basta de calumniar a
los antorchistas y a sus lideres! Si quieren acabar con Antorcha y
sus dirigentes, terminen con la miseria, con la pobreza y satisfagan
las necesidades de la gente; solo entonces ya no será necesaria la
organización del pueblo.
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