(7 de diciembre, 2018)
La
igualdad debería ser considerada como uno de los motores del desarrollo
regional y como una estrategia
para cerrar brechas estructurales en términos de ingreso, capacidades,
productividad y acceso a bienes públicos, dijo este viernes 7 de
diciembre Alicia Bárcena, Secretaria Ejecutiva de la Comisión Económica
para América Latina y el Caribe (CEPAL), durante
la XIII Conferencia
Internacional sobre Desarrollo de la Agencia Francesa de Desarrollo (AFD)
celebrada en París.
Bárcena
fue una de las expositoras en el primer panel del
evento junto con James K. Galbraith, economista estadounidense y
académico en la Universidad de Texas (Austin); Nizar Baraka, Presidente
del Consejo Económico, Social y Ambiental del Reino de Marruecos; y
Lucas Chancel, Codirector del World Inequality Lab
en la Escuela de Economía de París.
Erradicar
la cultura del privilegio que caracteriza a América
Latina y el Caribe requiere abordar la desigualdad en el ingreso y en
la distribución de la riqueza, así como la evasión fiscal, que
representa 340.000 millones de dólares al año en la región (6,7% de su
PIB), señaló la máxima representante del organismo regional
de las Naciones Unidas en el encuentro dedicado a analizar “las
desigualdades y la cohesión social”.
Estos temas son abordados en profundidad en el documento
La ineficiencia
de la desigualdad, la más reciente reflexión
institucional de la CEPAL, presentada durante su trigésimo
séptimo período de sesiones
realizado en La Habana, Cuba,
en mayo de este año. Allí se señala que la desigualdad es ineficiente y
un obstáculo para el crecimiento, el desarrollo y la sostenibilidad en
América Latina y el Caribe.
La
primera década del siglo XXI estuvo marcada por avances
en materia de desarrollo social en la región, ha explicado Bárcena. Se
redujo la pobreza, se llevaron a cabo reformas a favor de la solidaridad
en los sistemas de protección social, creció el consumo y se registró
una mejora en la distribución del ingreso.
No
obstante, en esta segunda década ha surgido una mayor
resistencia hacia la promoción de la igualdad de derechos y la
profundización de las reformas sociales, alertó, con recortes en el
gasto social y limitaciones de los derechos laborales, entre otras
medidas.
Las
cifras del coeficiente de Gini, que mide la concentración
del ingreso, son reveladoras en este sentido. La desigualdad promedio
de la región se redujo 1,5% por año entre 2002-2008, 0,7% por año entre
2008-2014 y solo 0,4% por año entre 2014-2016.
Entre
2002 y 2008, 14 países registraron una disminución
del 1% o más por año en el coeficiente de Gini, mientras que entre 2014
y 2016 solo 5 países registraron descensos de tal magnitud.
Pero
la desigualdad no solo se manifiesta en la distribución
del ingreso, insiste la CEPAL, sino también en una multiplicidad de
ámbitos como el trabajo decente, la educación, la salud, el acceso a
servicios básicos de calidad y a la protección social, en el uso de
nuevas tecnologías, en la participación política y
en el derecho a vivir en un medio ambiente limpio, por nombrar algunos.
Las
desigualdades estructurales que persisten en la región,
enfatizó Bárcena, impiden superar la llamada “trampa del ingreso medio”
(como se le denomina a las dificultades que enfrentan las economías en
desarrollo para encontrar nuevas fuentes de crecimiento tras haber
alcanzado niveles medios de ingresos).
Urge aumentar los niveles de productividad a través de la
innovación, el cambio tecnológico y la producción de bienes y servicios intensivos en conocimiento, sostuvo.
La
conferencia en París fue inaugurada por Rémy Rioux,
Director General de la AFD, y Stefano Manservisi, Director General de
Cooperación Internacional y Desarrollo de la Comisión Europea, y contó
con la participación de personalidades como François Bourguignon,
Profesor Emérito y ex Director de la Escuela de Economía
de París, y Shanta Devarajan, Director Superior de Economía del
Desarrollo del Grupo del Banco Mundial, entre otros.
Más información en
www.cepal.org.
No hay comentarios:
Publicar un comentario