Columna de opinión de Alicia
Bárcena, Secretaria Ejecutiva de la CEPAL.
7 de marzo de 2019|Columna de
opinión
Reconocer los derechos de las
mujeres, esencial para el desarrollo inclusivo y sostenible
Alicia Bárcena, Secretaria
Ejecutiva de la CEPAL
Desde inicios del siglo XX
marzo ha sido un mes clave para las luchas por los derechos de las
mujeres quienes, a pesar de los persistentes obstáculos, han
alcanzado enormes logros en la búsqueda por garantizar su autonomía
física, económica y en la toma de decisiones.
En América Latina y el Caribe
las mujeres han sido capaces de sobrellevar obstáculos, de
organizarse, y de construir una mirada regional, a la vez que han
participado activamente en los debates globales. A pesar de todos
estos esfuerzos, la desigualdad de género sigue siendo un rasgo
estructural de nuestra región.
En nuestros países la
discriminación y la violencia contra las mujeres se mantiene como
una problemática que se manifiesta en los hogares, en los espacios
públicos, en los lugares de estudio y de trabajo y que impacta de
manera decisiva en sus posibilidades de generar ingresos propios, de
emprender, de superar la pobreza y de desarrollarse profesional y
personalmente.
Hoy, en nuestro continente, la
pobreza tiene aún rostro de mujer: por cada 100 hombres en esa
condición, hay 118 mujeres que no logran traspasar la línea de las
privaciones. Un tercio de las mujeres latinoamericanas (29%) no logra
generar ingresos y son económicamente dependientes y cerca de la
mitad no tiene vínculo con el mercado laboral. Además, más allá
de los esfuerzos de reducción de la brecha salarial en las últimas
décadas, las mujeres perciben salarios 16,1% menores a los de los
hombres en la misma condición. Esta brecha se acentúa en las
mujeres con mayores años de estudio.
En materia de autonomía
física, el fenómeno extremo del feminicidio ha sido imposible de
detener en la región y tampoco muestra señales de disminución a
pesar de los importantes avances normativos y de política pública.
Al menos 2.795 mujeres fueron asesinadas en 2017 por razones de
género en 23 países de la región, según datos oficiales
recopilados por el Observatorio de Igualdad de Género de América
Latina y el Caribe (OIG) de la CEPAL. La tasa de fecundidad en
adolescentes es una de las más altas del mundo, solamente superada
por los países del África subsahariana. En general, los países
latinoamericanos y caribeños poseen una tasa de maternidad en
adolescentes que está por encima del 12%, dato que tiende a ser más
expresivo en el grupo de adolescentes de menores ingresos y menor
nivel educativo.
En cuanto a la autonomía en
la toma de decisiones, algunos procesos electorales en la región han
permitido contar con una mayor presencia de mujeres en los
parlamentos. No obstante, las mujeres siguen subrepresentadas en los
espacios de toma de decisión. Los datos más recientes muestran que
ellas son solamente la cuarta parte entre los ministros de Estado, y
que su participación en los gabinetes suele concentrarse en carteras
de carácter social y cultural, más que en las referidas a la
materia económica. Además, según los indicadores para el
seguimiento y monitoreo de los Objetivos de Desarrollo Sostenible, la
región cuenta con 29,2% de mujeres concejalas electas en gobiernos a
nivel local.
En la CEPAL tenemos la
convicción de que la desigualdad de género, además de ser injusta,
es profundamente ineficiente, es un obstáculo que conspira para
alcanzar el desarrollo sostenible. Por ello, en esta nueva
conmemoración del Día Internacional de la Mujer, insistimos en la
urgencia de reconocer los derechos de las mujeres y la igualdad como
elementos centrales y transversales de toda acción del Estado para
fortalecer la democracia y para un desarrollo inclusivo y sostenible.
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