Ciudad de México, 07 de marzo de 2019.-
El Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) y la Entidad
de las Naciones Unidas para la igualdad de género
y el empoderamiento de las mujeres (ONU Mujeres), convocaron a
instituciones del Estado, cuerpo diplomático y representantes de la ONU
presentes en el país, con el objetivo de compartir los resultados del
estudio “Violencia y feminicidio de niñas y adolescentes”[1]
y generar un diálogo que construya rutas de colaboración para prevenir,
atender, sancionar y erradicar la violencia contra las mujeres y las
niñas en México.
Asistieron
representantes de la Secretaría de Gobernación; del Secretariado
Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública; de la Secretaría de
Salud; del Consejo Nacional
de Población (CONAPO); del Instituto Nacional de las Mujeres
(INMUJERES); del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI);
de la Procuraduría Federal de Protección de Niñas, Niños y Adolescentes;
del Consejo Nacional Para Prevenir la Discriminación
(CONAPRED). También se contó con la presencia de la Secretaría
Ejecutiva del Sistema Nacional de Protección de Niñas, Niños y
Adolescentes; la Delegación de la Unión Europea en México; la Embajada
de Irlanda; la Embajada de Canadá; la Embajada de Suecia; USAID
México; y varias agencias de la ONU.
En
la reunión se presentó el análisis de los datos sobre violencia y
feminicidio de niñas y adolescentes en México. A lo largo de sus vidas,
las mujeres, las niñas y las
adolescentes sufren diversos tipos de violencia en todos los ámbitos:
en el hogar, en el espacio público, en la escuela, en el trabajo, en el
ciberespacio, en la comunidad, en la política y en las instituciones.
Este
continuum de violencia surge de la discriminación y la desigualdad de género.
El
porcentaje de atenciones por violencia sexual registrada por la
Secretaría de Salud es cinco veces mayor en las niñas que en los varones
menores de 18 años; de 2011 a
2016 en comparación con otros grupos de edad, el porcentaje de
necropsias practicadas a niñas menores de 5 años fue el más bajo; el
análisis muestra que en 2016 ocurrieron 276 Defunciones Femeninas con
Presunción de Homicidio (DFPH) lo que representó una tasa
de 1.4 DFPH por cada 100 mil niñas y adolescentes, mientras que en 2017
se incrementó el número a 341 DFPH con una tasa de 1.7; las niñas
menores de 5 años son las que presentan los niveles más altos de
violencia familiar en el periodo de 2011 a 2017, con
excepción de 2016[2].
Estos datos son algunos resultados del estudio sobre “Violencia y feminicidio de niñas y adolescentes” de ONU Mujeres[3],
el cual busca ser una herramienta que brinde insumos para el diseño,
implementación, monitoreo y evaluación de políticas públicas para
eliminar la violencia contra las niñas y las adolescentes, desde un
enfoque de derechos humanos.
Asimismo,
se abordó que es fundamental que todas las estrategias en contra de la
violencia de género y los feminicidios incorporen transversalmente un
enfoque de género y de derechos de la infancia;
se propongan acciones intersectoriales para prevenir y atender todas
las formas de violencia en contra de ellas; asignen responsabilidades
específicas a las instituciones sectoriales de protección y justicia;
y provean los recursos financieros, materiales y humanos suficientes para implementar la estrategia.
En este
sentido, las agencias de la ONU resaltaron que la violencia contra las
mujeres y las niñas para el Sistema de Naciones Unidas es un tema de la
mayor relevancia y es por ello que han establecido líneas de trabajo
para contribuir a
la prevención, atención y erradicación de este problema. Como parte de
estas líneas y en conjunto con la Unión Europea, buscan implementar la
iniciativa
Spotlight que tiene por objetivo la reducción de los
feminicidios en el país, con un énfasis en el ámbito municipal y
buscando coordinar las diferentes acciones gubernamentales y el
acompañamiento de las organizaciones de la sociedad civil.
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