DEPRESIÓN FELINA
En el marco del Día Internacional del Gato se hace conciencia de su cuidado y atención, no solo de su salud física sino también de la emocional, porque puede repercutir en el bienestar de nuestros gatitos. Recordemos que a estos maravillosos seres se les reconoce tres veces al año y el 29 de octubre es el tercer día a nivel mundial.
Por ello, te dejamos algunos signos que pueden orientarte a identificar si tu felino presenta depresión:
- Tras una pérdida: La depresión felina puede surgir tras la muerte de un compañero, una separación prolongada o cambios importantes en su entorno, como una mudanza o incluso la llegada de nuevos miembros a la familia que los haga sentir desplazados. Estos cambios alteran la rutina y el sentido de seguridad de los gatos, quienes, al igual que los humanos, sienten el vacío de la pérdida.
- Salud: Es común que dejen de acicalarse, lo cual puede llevar a problemas de salud serios, como infecciones de piel. Pueden dejar de comer por muchos días y poner su vida en grave riesgo y afectarse su hígado. En ocasiones, el duelo puede prolongarse y derivar en enfermedades físicas como cistitis por estrés.
- Comportamiento: Su comportamiento puede volverse errático, pueden ser más vocales o, por el contrario, más silenciosos de lo habitual. Los gatos deprimidos a menudo muestran signos de apatía, dejan de comer, se esconden, evitan jugar y exploran menos su entorno, prefiriendo permanecer en zonas seguras y silenciosas.
Es fundamental prestar atención a estos signos y ofrecer apoyo emocional. Mantener una rutina estable, dar tiempo de calidad individual, colocar feromonas, proporcionar un ambiente enriquecido y, en algunos casos, buscar la ayuda de un etólogo especializado, puede ser clave para ayudar a un gato a superar la pérdida y prevenir problemas a largo plazo.
La depresión felina es un recordatorio de que los michis son seres emocionales complejos que sufren cuando pierden a aquellos con los que han formado un vínculo y su bienestar emocional merece tanta atención como su salud física.
No olvides llevarlos a atención médica veterinaria periódicamente, por lo menos dos veces al año, mantener su cartilla de vacunación actualizada y brindarles todo lo necesario para que tengan una condición de vida favorable.
Por: Dra. Claudia Edwards, etóloga y directora de programas
Humane Society International México (HSI/México)
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