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Más
de 150 productores de biofertilizantes, bioestimulantes y
bioplaguicidas participaron en un encuentro nacional propiciado por la
Secretaría de
Agricultura en el marco del Grupo Intersecretarial de Salud,
Alimentación, Medio Ambiente y Competitividad (GISAMAC).
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Llama
el subsecretario Víctor Suárez a establecer colaboración entre
productores de bioinsumos para avanzar hacia un sistema agroalimentario
justo,
sustentable y saludable
Con la participación y
colaboración estrecha de las instituciones integrantes del Grupo
Intersecretarial de Salud, Alimentación, Medio Ambiente y Competitividad
(GISAMAC), más
de 150 productores de bioinsumos se reunieron para debatir en torno a
normatividad, investigación y mecanismos de masificación de uso de estos
productos (que implican, entre otros, bioplaguicidas, biofertilizantes y
bioestimulantes, todos libres de elementos
químicos), con la intención de generar juntos, gobierno y sociedad, un
plan de trabajo que propicie su desarrollo con estándares y normas
adecuadas, y que fortalezca su demanda de parte de los usuarios de los
productores agropecuarios.
En el Encuentro
Nacional de Productores de Bioinsumos, Agreocología y Agricultura
Campesina, realizado en las instalaciones de la Secretaría de
Agricultura, el subsecretario de
Autosuficiencia Alimentaria, Víctor Suárez Carrera, afirmó que estas
deliberaciones son parte de un cambio de paradigma, de un cambio
estructural del sistema de producción agroalimentaria que ha imperado en
las décadas recientes bajo la marca de “revolución
verde”, donde todo se daba en “paquete” (semillas, agroquímicos,
fertilizantes, mecanización, etcétera) y se soslayaba el papel del
campesino, del productor, que debe ser protagonista.
“El cambio que hoy
impulsamos involucra insumos, bajo un esquema integral, es pasar de una
agricultura de insumos a una agricultura de conocimientos, donde se
valoren los conocimientos
ancestrales de los campesinos para que interactúen con las aportaciones
científicas. Y así como en el gobierno se está dando una colaboración
ejemplar entre instituciones (las participantes en el GISAMAC), debe
haber un intercambio abierto y generoso entre
los productores de bioinsumos para que esta industria crezca, esté bien
regulada y que quede en manos de micro, pequeñas y medianas empresas,
que no sea adueñada por las grandes industrias”, dijo el subsecretario.
Afirmó que debe México
avanzar hacia una agricultura sustentable, de forma gradual, respetando
las decisiones de los productores del campo y poniendo a éstos como los
personajes
centrales, los protagonistas.
El director en jefe del
Servicio Nacional de Sanidad, Inocuidad y Calidad Agroalimentaria
(Senasica), Francisco Javier Trujillo Arriaga, subrayó que el organismo
de Agricultura
trabajará activamente con los productores para apoyarlos en los
procesos de certificación orgánica.
Indicó que la
armonización de los sistemas, con los modelos europeo y estadounidense
sirve como parámetro de cumplimiento, lo que ayudará establecer una
oferta de bioinsumos eficiente
y asequible y, por consecuencia, será un éxito para los productores.
El director general de
Logística y Alimentación de Agricultura, Héctor Robles, y por la
Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales, Cecilia Elizondo,
destacaron que este
encuentro se realiza en el marco del GISAMAC, que nació en febrero
pasado como un esquema de trabajo intersecretarial para propiciar un
sistema agroalimentario y nutricional justo, sustentable y saludable.
Elizondo precisó que la
productividad agrícola se incrementó en el mundo desde el siglo pasado
debido al uso intensivo de insumos químicos. Esto es, la revolución
verde, pero ha
tenido graves costos sociales y económicos, con una degradación de los
recursos naturales y de los servicios ecosistémicos, y con exclusión de
los campesinos, además de que este sistema ha derivado en el surgimiento
de una epidemia sin precedentes de obesidad
y enfermedades asociadas como la diabetes.
El GISAMAC trabaja por
modificar radicalmente esto, dijo Héctor Robles, y en este marco se
ubican los esfuerzos por impulsar la producción agrícola sustentable.
En GISAMAC participan
las secretarías de Agricultura, Medio Ambiente y Recursos Naturales,
Salud, Trabajo, Economía, Bienestar y Educación; el Consejo Nacional de
Ciencia y Tecnología
(Conacyt); el Senasica; Seguridad Alimentaria Mexicana (Segalmex); el
Instituto Nacional de Investigaciones Forestales, Agrícolas y Pecuarias
(INIFAP); el Instituto Nacional de Salud Pública (INSP); el Instituto
Nacional de Ciencias Médicas y Nutrición Salvador
Zubirán (INN); el Instituto Nacional de Pueblos Indígenas (INPI); la
Comisión Nacional para el Conocimiento y Uso de la Biodiversidad
(Conabio); el Instituto Nacional de Economía Social (INAES), y el
Sistema Nacional para el Desarrollo Integral de la Familia
(DIF):
El presidente de la
Asociación Mexicana de Productores, Formuladores y Distribuidores de
Insumo Orgánicos, Biológicos y Ecológicos (AMPFYDIOBE), Guillermo Cadena
Ávila, afirmó
que la producción de bioinsumos es importante sobre todo en Estados
Unidos, Canadá y la Unión Europea, pero hay una tendencia creciente
global que se observa en particular en América Latina, con una tasa de
aumento de 18 por ciento anual.
Esto ocurre debido a la
cada vez mayor consciencia social e interés por un ambiente limpio y
una alimentación sana y por una restricción creciente a los plaguicidas
químicos. La
producción mayor de bioinsumos ocurre tanto en los bioplaguicidas o
productos de microbiología como en los bioestimulantes y
biofertilizantes, aseguró.
Cadena Ávila, quien
representa a micro, pequeños y medianos productores de bioinsumos, dijo
que en el mundo éstos se utilizan en la producción de alimentos
orgánicos, en la producción
agroecológica, en estrategias para evitar residuos de plaguicidas y
permitir la inocuidad alimentaria y en mecanismos para evitar la
resistencia a químicos.
En el mundo el valor de
los bioinsumos fue de tres mil millones de dólares en 2018, para el
2020 se prevé que alcancen los cinco mil millones y se estima que en
cinco años más
llegarán a 11 mil millones de dólares. Los bioinsumos han demostrado
efectividad respecto de plaguicidas químicos y otros insumos químicos,
refirió el directivo.
En las conclusiones de
las mesas de discusión se destacó: en materia de normatividad, la
necesidad urgente de que se agilicen los trámites ante Cofepris, y que
se modifique la
Ley General de Salud para que se establezcan requisitos diferenciados a
los plaguicidas químicos y a los bioplaguicidas e insumos vegetales.
En materia de
investigación, que se establezca una comunicación asertiva entre
instituciones de ciencia e investigación y productores de bioinsumos, y
que se dé un acompañamiento
de instancias como el Conacyt hacia los productores de bioinsumos desde
la investigación hasta obtener el producto final, a fin de que se
compartan metodologías y se hagan eficientes los procesos en nuevos
desarrollos.
Respecto al tema de
masificación de uso de bioinsumos, que se propicie que los agricultores
tengan mayor información y conocimiento de sobre las bondades y eficacia
de estos productos
para que sean más abiertos a su utilización.
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