El cirujano
plástico Fernando Guerrero Burgos nos comparte el top five de
equivocaciones que se cometen antes, durante y después de la
aplicación de tratamiento antiedad.
Saber si eres
candidata a un tratamiento, conocer los productos que se usarán,
elegir a un profesional y reconocer tus expectativas es indispensable
para un buen resultado.
CDMX, diciembre
2019.- Cada vez resulta más común que surjan conversaciones
alrededor de quienes antes eran sinónimo de belleza y ahora lucen
rostros irreconocibles tras someterse a tratamientos para aminorar la
huella del paso del tiempo. Inyectarse en el rostro bótox, ácido
hialurónico u otras sustancias se ha convertido en una tendencia;
sin embargo, existen casos donde el arrepentimiento es el único
resultado, con procesos que no tienen reverso por la falta de
información de las pacientes.
El doctor Fernando
Guerrero Burgos, especialista en Cirugía Plástica, Estética y
Reconstructiva, nos comparte el top five de los errores comunes que
se cometen en la sinergia entre paciente y un profesional que promete
o sucumbe ante falsas expectativas.
1.- Seleccionar mal
a la candidata
Cuando llegas al
consultorio sabes qué quieres cambiar de tu rostro; sin embargo, es
el experto quien te debe guiar respecto a si se puede lograr y con
qué productos deberán trabajar. “No todas las áreas del rostro
están hechas para alojar algún producto inyectado. Por ejemplo, una
toxina botulínica (bótox), sirve para el tercio superior de la cara
en mayor proporción que para la zona inferior. Como profesionales la
usamos para suavizar las expresiones, no con el fin de paralizarlas.
Se debe conocer también la temporalidad de cada inyección, para
indicar al paciente fechas y zonas de retoque”, comparte el
experto.
Señala que algunas
pacientes serán candidatas a mejorías sólo con estos tratamientos
inyectados, aunque se debe explicar que “la cirugía arrojará
mayores resultados en manos expertas. La cara traduce errores de
asimetrías, inflamación, edema, mala cicatrización y cuando me
refiero a elegir bien a las candidatas es porque debemos conocer sus
hábitos y estilo de vida para anticipar los resultados”.
2. Sucumbir ante
falsas expectativas
Si bien con la era
digital muchas pacientes piden presupuestos y asesoría en línea, el
doctor Guerrero refiere a la importancia de conocer a la candidata en
persona, ya que además de establecer una historia clínica se debe
descartar que quien pide un cambio en el rostro padezca dismorfobia.
“Esto es una
alteración psiquiátrica en donde la paciente jamás aceptará su
realidad y buscará continuamente un cambio. Como profesional puedo
ayudarle a alcanzar una armonía estética en su rostro, pero si su
pensamiento no va de la mano con la realidad, no tendremos resultados
positivos”.
3. No conocer el
producto
Aunque parezca lugar
común, la mayor parte de las malformaciones en el rostro surgen por
no conocer qué te van a inyectar. En el caso de México es la
Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios
(Cofepris) quien garantiza la calidad de lo que te inyectarás en el
rostro.
“Estos sellos
garantizan que el producto ha pasado por pruebas sanitarias y que
cuentan con un nivel suficiente para el uso en humanos. Bajo ninguna
circunstancia se debe usar un material que no se absorba en el
cuerpo, todo biopolímero (que son las sustancias inertes que no se
absorben) están perfectamente contraindicados, ya que causan una
reacción antígeno anticuerpo y una enfermedad llamada poradyuvante
o modelante, que provoca graves problemas a la salud de manera
sistémica y local”, subraya el doctor.
La selección de los
productos permite conocer la profundidad en la que será colocado, ya
sea de manera subperióstica (por encima del hueso) con una duración
de hasta tres años, o en una capa subdérmica (por debajo de la
piel), donde las inyecciones se aplican para dar volumen definir
ciertas áreas. También hay productos que van en la capa más
superficial de la piel, tal es el caso de la toxina botulínica, que
actúa a nivel de la placa neoromuscular para detener la acción de
la contracción del músculo y lograr así una expresión más suave.
4. Elegir mal a tu
experto
“Si nosotros vemos
a un cirujano plástico que exagera en su manera de hablar, vestir o
de actuar, es evidentemente el reflejo de lo que va a darle a sus
pacientes. Invito a que sean selectivas y usen la lógica cuando
están frente a un profesional, ya que esa imagen que proyecta es la
que va a plasmar en ustedes”, afirma el doctor.
En su experiencia,
“si a un profesional le parece bien que las narices tengan que ser
en exceso respingadas y los labios luzcan gruesos, seguramente traerá
ese look y repetirá esa imagen sobre el paciente, aunque éste no lo
pida. Como pacientes hay que ser cautos y definir si el concepto de
belleza que tiene el profesional es realmente lo que quiero que haga
en mí. Pregunten de su trabajo, busquen recomendaciones, revisen
otros procesos que hayan hecho con fotos del antes y el después,
además de evidentemente verificar sus certificaciones”.
5. No seguir las
recomendaciones después del proceso
Por falta de
comunicación entre doctor y paciente, por desconocimiento de quien
te hizo el tratamiento o por no seguir las recomendaciones, un
tratamiento de inyecciones en el rostro puede tener consecuencias
negativas.
“Las
recomendaciones post operatorias son básicas en toda la inyección
de cualquier producto que elijamos, hay sustancias que tienden a
migrar si no se esperan por lo menos cuatro horas en el sitio de
aplicación sin tallar la cara, sin hacer esfuerzos, sin agacharse o
durmiendo en una posición semisentada”, detalla el experto.
Por ejemplo, si tras
una inyección de bótox cerca de las cejas haces un esfuerzo, te
agachas o te tallas, la sustancia puede subir a otro músculo
ocasionando cambios en la forma del párpado.
Recuerda que los
tratamientos antiedad son una herramienta para mejorar ciertos
aspectos del rostro; sin embargo, estos cinco puntos te servirán
para tomar las decisiones correctas y obtener realmente los
resultados positivos que buscas, sin parecer que deformaste tu
aspecto.
Dr. Fernando Iván
Guerrero Burgos
Médico Cirujano,
Universidad Panamericana
Cédula Profesional
3918958
Especialidad en
Cirugía Plástica y Reconstructiva, UNAM
Cédula especialidad
6323727
El doctor Fernando
Guerrero es egresado de la Universidad Panamericana como Médico
Cirujano. Su internado de pregrado lo realizó en el Centro Médico
ABC y previo a su titulación realizó servicio social en Guerrero.
Su primera especialidad en Cirugía General la realizó en el
programa de la Facultad de Medicina de la Universidad Nacional
Autónoma de México (UNAM), y la segunda fue en el programa de la
Universidad La Salle.
Se especializó
durante tres años en el programa de Cirugía Plástica y
Reconstructiva, nuevamente por la UNAM; y siguió su preparación en
el Fellowship en Cirugía de Quemados por la Universidad de
California.
Sus conocimientos
tienen certificación por el Consejo Mexicano de Cirugía Plástica
Estética y Reconstructiva desde febrero de 2010, con una
rectificación en julio de 2015.
Forma parte del
International College of Surgeons (ICS), la Asociación Mexicana de
Quemaduras (AMQ), la Asociación Mexicana de Cirugía Plástica
Estética y Reconstructiva (AMCPER), la American Burn Association
(ABA), la Federación Latinoamericana de Quemaduras (FELAQ), la
Sociedad de Médicos Hospital Médica Sur, la International Society
of Burn Injuries (ISBI), el Grupo Hospitalario Ángeles y la
Asociación Médica del Centro Médico ABC.
Como parte de su
desempeño profesional, además de atender a sus pacientes en
consultorio en el Hospital Ángeles del Pedregal, Hospital Médica
Sur y Centro Médico ABC, ha sido Médico Adscrito al Servicio de
Cirugía Plástica Reconstructiva del Hospital Shriners para Niños
México; Jefe de División Quirúrgica del Centro Nacional de
Investigación y Atención a Quemados en el Instituto Nacional de
Rehabilitación SSA; profesor adjunto de la Maestría de Heridas,
Estomas y Quemaduras en la Universidad Panamericana; profesor adjunto
del Diplomado de Cuidado Integral de Heridas y Estomas de Eliminación
de la Asociación Mexicana para el Cuidado Integral y Cicatrización
de Heridas (AMCICHAC); así como ponente nacional e internacional de
diferentes temas de Cirugía Plástica Estética y Reconstructiva.
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