lunes, 12 de agosto de 2019

La inflación acumulada en 2019, de las más bajas en las últimas dos décadas: BBVA México


El elevado diferencial de tasas ajustado por riesgo sigue dando soporte al peso, pero existe un riesgo al alza del tipo de cambio, principalmente por Pemex.

      En línea con lo previsto, la inflación recuperó su tendencia a la baja en mayo, tras alcanzar su máximo del año en abril, y ya se encuentra por debajo de 3.8%.
      En un contexto de inflación a la baja, el Banco de México podría iniciar un ciclo de bajadas de 50pb iniciando en este trimestre del año y 100pb en 2020.

El Informe “Situación México” del tercer trimestre de 2019 señala que la inflación mostró una muy buena dinámica en la primera mitad el año: el aumento acumulado enero-julio es el más bajo desde 2015-16, años en los que la inflación alcanzó promedios mínimos históricos de 2.7% y 2.8%, respectivamente ayudada por la disminución en precios como resultado de la reforma en telecomunicaciones.
En lo que se refiere a la inflación general, BBVA México destaca que ha tenido un desempeño muy favorable en los primeros siete meses del año, con un aumento acumulado de 0.7pp en el periodo de enero-julio y es el tercero más bajo de los últimos nueve años.
El estudio explica que la inflación subyacente también ha tenido un buen comportamiento pues se ha mantenido estable en los últimos dos años, lo cual indica que no se presentaron efectos de segundo orden derivados de los aumentos en precios de combustibles. BBVA México prevé que la inflación continuará evolucionando favorablemente; se mantienen sin cambios las previsiones para 2019 y 2020: la inflación general cerrará el año en 3.4% y la subyacente en 3.3%. Los pronósticos para el cierre de 2020 siguen siendo 3.5% y 3.3%, respectivamente. 
Los cambios en el tono del Banco de México muestran una mayor flexibilidad y una mejor caracterización de la evolución reciente de la inflación y su desempeño más probable hacia delante es el de una tendencia a la baja. La institución financiera sigue anticipando 50pb de bajadas en la tasa monetaria (a 7.75% a fin de año), comenzando con una reducción de 25 puntos base en el tercer trimestre de 2019. Para 2020 prevé un recorte acumulado adicional de 100pb que llevaría la tasa de política monetaria a 6.75%.
Hay varias razones para esperar este ciclo de bajadas: i) la Reserva Federal recortó su tasa de referencia en julio y dejó claro que no retomará un ciclo de subidas al menos en lo que resta del año; este movimiento amplió aún más el elevado diferencial de tasas de interés entre México y EE.UU. ii) el tipo de cambio está relativamente estable a pesar de los riesgos y del reciente aumento (depreciación acumulada de 3% por tensiones comerciales y aversión al riesgo global); iii) como se previó, la inflación general ya se ubica debajo de 4.0% y mantendrá tendencia a la baja el resto del año; la subyacente retomará tendencia bajista de forma más clara en el cuarto trimestre pero en el tercero es previsible que descienda al rango estrecho en el que fluctuó entre 2T18 y 1T19; iv) la economía está dando muestras claras de debilidad (crecimiento del PIB de apenas 0.3% en la primera mitad del año) y, en consecuencia, la mayor debilidad de la posición cíclica de la economía se está traduciendo en un aumento de la brecha del producto (crecimiento observado en relación al crecimiento potencial), no solo acotando los posibles riesgos alcistas sino inclinándolos a la baja; y v) la política monetaria es hoy altamente restrictiva: la tasa de política monetaria real e se ubica por encima de 4.0% (en 4.3% en julio), un nivel elevado para estándares históricos, y significativamente mayor a la estimación de 2.2.5% de la tasa neutral.
En este contexto, BBVA México señala que el caso para una postura menos restrictiva de la política monetaria es cada vez más potente y señala que Banxico flexibilizará significativamente su comunicación en agosto y comenzará a relajar de forma gradual y cautelosa su postura monetaria en septiembre.
Si bien el tipo de cambio está siendo afectado por el significativo aumento reciente de la aversión al riesgo global derivado de los conflictos comerciales entre Estados Unidos y China, su evolución reciente muestra un mejor comportamiento al de otras monedas emergentes. De hecho, desde el 7 de junio, cuando se disipó el riesgo de la posible imposición de aranceles a las exportaciones de México a EE.UU., el peso ha tenido un mejor desempeño que el resto de las divisas de países emergentes grandes. Es importante reiterar que los riesgos para el peso continúan sesgados al alza, y están principalmente relacionados con PEMEX (el gobierno aún debe abordar los problemas de PEMEX de manera creíble), el nulo crecimiento en la productividad, la calificación soberana, la ejecución del presupuesto 2019 y las presiones fiscales en el futuro, y un posible retraso en la ratificación del acuerdo comercial de Norteamérica en el Congreso de EE.UU., pero con la Reserva Federal al margen el contexto para las monedas de emergentes mejorará cuando se moderen las tensiones comerciales entre EE.UU. y China.

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