La
comisión económica mantuvo la tendencia al alza de la pobreza en
América Latina y llamó a renovar la construcción de pactos sociales
integrales y universales, durante el lanzamiento
hoy en Chile de su informe Panorama Social 2019.
(28 de noviembre, 2019)
“Por
casi una década, la Comisión Económica para América Latina y el Caribe
(CEPAL) ha posicionado a la igualdad como fundamento del desarrollo. Hoy
constatamos
nuevamente la urgencia de avanzar en la construcción de Estados de
Bienestar, basados en derechos y en la igualdad, que otorguen a sus
ciudadanos y ciudadanas acceso a sistemas integrales y universales de
protección social y a bienes públicos esenciales, como
salud y educación de calidad, vivienda y transporte. El llamado es a
construir pactos sociales para la igualdad”, dijo hoy Alicia Bárcena,
Secretaria Ejecutiva del organismo regional, durante el lanzamiento del
informe
Panorama Social de América Latina 2019.
La
disminución de la desigualdad de ingresos es clave para retomar la
senda de reducción de la pobreza y cumplir las metas establecidas en el
Objetivo de Desarrollo
Sostenible 1 de la Agenda 2030. “Es necesario crecer para igualar e
igualar para crecer. La superación de la pobreza en la región no exige
solamente crecimiento económico; este debe estar acompañado por
políticas redistributivas y políticas fiscales activas”,
dice la CEPAL en el estudio presentado en conferencia de prensa hoy en
Santiago de Chile.
Siguiendo
la tendencia al alza que se registra desde 2015 en América Latina, un
30,1% de la población de la región se encontraba bajo la línea de
pobreza en 2018,
mientras que un 10,7% vivía en situación de pobreza extrema, tasas que
aumentarían a 30,8% y 11,5%, respectivamente, en 2019, según las
proyecciones de la CEPAL.
Esto
significa que aproximadamente 185 millones de personas se encontraban
bajo el umbral de la pobreza en 2018, de los cuales 66 millones de
personas estaban en
la pobreza extrema, indica el Panorama Social de América Latina 2019.
En 2019, el número de personas en
la pobreza aumentaría a 191 millones, de los cuales 72 millones estarían
en la pobreza extrema. Destaca, en esa evolución, el hecho de que
prácticamente todas las personas que se suman este año a la estadística
de la pobreza se integran directamente a la pobreza extrema.
El
estudio de la CEPAL también señala que la desigualdad en la
distribución del ingreso -expresada en el índice de Gini con base en las
encuestas de hogares- ha
continuado su tendencia a la baja (en promedio cayó de 0,538 en 2002 a 0,465 en 2018 en 15 países),
pero a un ritmo menor que en años recientes: mientras entre 2002 y
2014 se redujo 1,0% anual, entre 2014 y 2018 la caída fue de 0,6% por
año. No obstante, si se corrige el índice de Gini utilizando otras
fuentes de información, capaces de captar mejor los
ingresos del 1% más rico, se observa que la desigualdad es más elevada y
la tendencia al descenso se atenúa en comparación con la estimada
solamente a partir de las encuestas de hogares.
Por
ejemplo, en Brasil, en 2014, la participación del 1% más rico en el
total del ingreso del país alcanzaba a 9,1% de acuerdo con las encuestas
de hogares, porcentaje
que se elevaba a 27,5% tomando en cuenta la información tributaria. En
Chile (dato para 2015), la participación del 1% más rico en el ingreso
total, también medida por las encuestas de hogares, alcanzaba a 7,5%,
proporción que subía a 22,6% considerando la
información de los registros tributarios y a 26,5% en el caso de la
riqueza neta (activos financieros y no financieros menos pasivos) y en
Uruguay (dato para 2014) las proporciones también aumentan: 7,3% (con
encuestas de hogares), 14% (información tributaria)
y 17,5% (riqueza neta).
Por otra parte, el
Panorama Social de América Latina 2019 señala que el gasto
social del gobierno central aumentó de 10,3% a 11,3% del PIB entre 2011
y 2018, alcanzando a 52,5% del gasto público total. América del Sur
tiene el promedio de gasto público social más
alto de la región (13,2% en 2018), mientras que en Centroamérica,
México y República Dominicana esa cifra es de 9,1%. En el Caribe, el
gasto social promedio respecto al PIB es más alto (12,2%), pero en 2018
volvió a niveles de 2014, con un peso equivalente
a 43,2% del gasto público total. El estudio alerta que justamente
aquellos países que enfrentan mayores desafíos para cumplir las metas de
la Agenda 2030 son los que presentan niveles más bajos de gasto social.
Finalmente,
el documento llama a atender las causas estructurales de la migración y
a reforzar la cooperación multilateral para asegurar la protección
social y la
inclusión social y laboral de las personas migrantes en todas las
etapas del ciclo migratorio. Entre 2010 y 2019, el número de personas
migrantes en América Latina y el Caribe aumentó de 30 a 40,5 millones,
lo que equivale a 15% del total de migrantes a nivel
mundial. Entre 2000 y 2019, la proporción de migrantes intrarregionales aumentó de 57% a 70% del total.
Las
remesas desempeñan un papel importante en el alivio de la pobreza en
varios países, plantea el documento. En El Salvador, Guatemala, Honduras
y República Dominicana,
la incidencia de la pobreza sobre el total de la población sería entre
1,5 y 2,4 puntos porcentuales más elevada si no fuera por estas
transferencias de dinero.
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