Ciudad de México, 20 de febrero del 2019.-
Si bien las últimas investigaciones de la
Comisión Nacional del Agua (CONAGUA) indican que los sitios de donde se
toma el agua, como: ríos, lagos, manantiales o pozos, cuentan con el 41
por ciento del límite aceptable de calidad, existen otros factores que
repercuten para que las personas puedan hacer
uso de este recurso sin preocupaciones.
En
México desafortunadamente existe poco interés en el mantenimiento de
los sistemas de almacenamiento en el hogar, ya sean cisternas, tinacos o
cualquier
otro, en donde se deposita agua potable en favor de evitar enfermedades
y mantener agua de calidad para las diversas actividades que tienen las
personas.
“En
un edificio la limpieza de estos sistemas puede variar de acuerdo con
la administración y del tipo de soluciones que tengan instaladas, pero
los periodos
de tiempo pueden ser de 4 a 6 meses o un año, aunque los inquilinos
no están 100 por ciento seguros de que esto ocurra. Por otro lado, los
habitantes de casas propias realizan un aseo profundo en promedio cada
dos años o no lo hacen”, indica Yazbeth González,
Gerente de Senior de comunicación y publicidad de Rotoplas.
Los
elementos que disminuyen la calidad del agua que se guarda,
generalmente son causados por exceso de minerales, polvo, ramas, hojas,
basura en general,
animales pequeños que quedan atrapados e inclusive heces fecales de
aves, además de los químicos en los productos que se usan para
desinfectar.
Afortunadamente
el tipo de materiales con los que se fabrican actualmente las
soluciones de almacenamiento de agua han evolucionado. Tecnologías
patentadas,
como Expel capa antibacterial que evita la reproducción de bacterias o filtros
Hydronet los cuales retienen tierra y sedimentos; así como, tener
tapas que sellan los tanques de manera perfecta para que no permitan el
paso de animales, heces o basura del ambiente.
Lo
anterior permite prevenir enfermedades como: E-Coli, Salmonella y
parásitos que causan infecciones gastrointestinales, por lo que es
importante seguir
las recomendaciones de los expertos que incluyen:
- La revisión de que los sistemas de almacenamiento no tengan fisuras o estén dañadas.
- La supervisión del correcto funcionamiento de los elementos del sistema con el que se cuente.
- Limpieza de los sistemas de almacenamiento cada 6 meses.
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