domingo, 26 de febrero de 2023

Minuta de la reunión de la Junta de Gobierno del Banco de México, con motivo de la decisión de política monetaria anunciada el 9 de febrero de 2023

 1. LUGAR, FECHA Y ASISTENTES
1.1. Lugar: Reunión celebrada por enlaces virtuales.
1.2. Fecha de la sesión de la Junta de Gobierno:
08 de febrero de 2023.
1.3. Asistentes:
Victoria Rodríguez Ceja, Gobernadora.
Galia Borja Gómez, Subgobernadora.
Irene Espinosa Cantellano, Subgobernadora.
Jonathan Ernest Heath Constable, Subgobernador.
Omar Mejía Castelazo, Subgobernador.
Rogelio Eduardo Ramírez de la O, Secretario de
Hacienda y Crédito Público.
Gabriel Yorio González, Subsecretario de Hacienda
y Crédito Público.
Elías Villanueva Ochoa, Secretario de la Junta de
Gobierno.
Se hace constar que en fechas anteriores a la
celebración de esta sesión, se desarrollaron trabajos
preliminares en los que se analizó el entorno
económico y financiero, así como la evolución de la
inflación, sus determinantes y perspectivas (ver
anexo).
2. ANÁLISIS Y MOTIVACIÓN DE LOS VOTOS DE
LOS MIEMBROS DE LA JUNTA DE GOBIERNO
Entorno Externo
La mayoría mencionó que el crecimiento
económico mundial se moderó durante el cuarto
trimestre de 2022. Coincidió en que ello obedeció
a las afectaciones del conflicto bélico en Ucrania,
al rebrote de contagios en China, y a condiciones
monetarias astringentes. Algunos consideraron
que hay señales de afectaciones al comercio
internacional. Uno apuntó que indicadores
adelantados de manufacturas y servicios para este
año se encuentran en niveles de contracción. No
obstante, la mayoría aseveró que los mercados
laborales en economías avanzadas continuaron
mostrando señales de apretamiento. Algunos
destacaron que en Estados Unidos el último reporte
del nivel de empleo sorprendió al alza. Uno
argumentó que, si bien algunos indicadores
asociados al mercado financiero podrían anticipar
una recesión económica, los datos de empleo
parecerían ser más compatibles con una
desaceleración, que con una contracción larga y
duradera.
La mayoría destacó que las perspectivas de
crecimiento mundial para 2023 siguen apuntando
a una desaceleración. No obstante, especificó
que estas se revisaron al alza respecto de lo
anticipado previamente. Recalcó la mejora en las
expectativas para economías avanzadas. Uno
indicó que se prevé un comportamiento heterogéneo
entre las emergentes. Algunos mencionaron que las
perspectivas para la economía china mejoraron ante
la reapertura de sus actividades. Entre los riesgos
globales, algunos señalaron las condiciones
monetarias y financieras apretadas, así como los
riesgos asociados con un agravamiento de las
tensiones geopolíticas. Uno agregó los riesgos
derivados de la pandemia. Otro consideró que el
balance de riesgos para la economía global continúa
sesgado a la baja.
La mayoría destacó que si bien la inflación
general disminuyó en un amplio número de
economías, esta permanece elevada a nivel
global. Advirtió que esta se mantiene por encima
de los objetivos de los bancos centrales. Atribuyó
la reducción en la inflación general a las menores
presiones en los precios de los energéticos.
Algunos agregaron el efecto de menores
disrupciones en las cadenas de suministro. Uno
apuntó los menores costos marítimos y la menor
escasez de materias primas. Otro añadió las
disminuciones en los precios de los bienes duraderos
y la mayor estabilidad de las expectativas de
inflación. Uno enfatizó la moderación de los precios
de los alimentos. Otro opinó que las acciones de los
bancos centrales han comenzado a tener resultados
sobre la evolución de la inflación.
No obstante, la mayoría destacó que, en diversos
casos, el componente subyacente aún no
muestra un punto de inflexión a la baja. Uno
elaboró que ello se debe a la presencia de presiones
en los precios de los servicios y de las mercancías.
Algunos indicaron que la convergencia de la
inflación a las metas de los bancos centrales se prevé
para finales de 2024 o inicios de 2025. Uno mencionó
que se espera que el descenso en la inflación ocurra
más lentamente en las economías emergentes, que
en las avanzadas. Finalmente, la mayoría señaló
que, si bien se anticipa que la inflación global siga
disminuyendo, persisten diversos riesgos y una
elevada incertidumbre.
La mayoría indicó que la mayor parte de los
bancos centrales continuó incrementando sus
tasas de referencia. No obstante, destacó que en
algunos casos se moderó la magnitud de los
aumentos. Algunos externaron que se anticipa que
continúen los incrementos de tasas de referencia.
Además, la mayoría subrayó que la comunicación

de los bancos centrales apunta a que estas
permanecerán elevadas por un periodo
prolongado. Algunos resaltaron que los mercados
siguen anticipando recortes a la tasa de referencia de
diversos bancos centrales a finales del 2023. En este
sentido, la mayoría advirtió que se está
observando
una
divergencia
entre
las
previsiones del mercado y las de los bancos
centrales en cuanto al rumbo de la política
monetaria, lo que, en su opinión, impone desafíos
importantes para la comunicación de estas
instituciones. Enfatizó que esa divergencia puede
implicar riesgos para el sistema financiero global.
Uno explicó que una corrección abrupta de las
expectativas del mercado podría convertirse en un
factor de inestabilidad financiera hacia delante. Otro
agregó que en el caso de la Reserva Federal existe
incertidumbre sobre si ello obedece a diferencias
esperadas en la velocidad de convergencia de la
inflación o a la probabilidad asignada a una recesión
económica.
Todos comentaron que en su última reunión la
Reserva Federal incrementó el rango objetivo
para la tasa de fondos federales en 25 puntos
base. Algunos precisaron que esto representó una
disminución en el ritmo de apretamiento. Uno resaltó
que ello se presentó en un contexto de menores
cifras de inflación tanto general como subyacente.
Otro notó que el presidente de la Reserva Federal
indicó que la reducción en el ritmo de alzas permitirá
evaluar el progreso de la economía hacia sus
objetivos y determinar la magnitud necesaria de los
aumentos futuros. La mayoría subrayó que dicho
instituto central anticipó aumentos adicionales.
Uno puntualizó que, pese a ello, los analistas habían
incorporado pocos cambios sobre el posible nivel de
la tasa terminal de esta institución.
La mayoría mencionó que las condiciones
financieras internacionales se relajaron en el
periodo. Argumentó que se ha observado un
aplanamiento de las curvas de rendimiento y una
depreciación del dólar. Algunos resaltaron que los
índices accionarios aumentaron. La mayoría señaló
que dicho relajamiento se debió, en parte, a la
perspectiva de los mercados de que los bancos
centrales podrían comenzar a recortar sus tasas
hacia finales de año. No obstante, indicó que las
condiciones financieras continúan en niveles
restrictivos. Algunos notaron que en este contexto
las
economías
emergentes
registraron
un
desempeño positivo, con entradas de capitales hacia
distintas clases de activos. Uno especificó que ello
se debió al renovado interés en activos de mayor
riesgo y a la expectativa de elevados diferenciales de
tasas respecto de la Reserva Federal. Algunos
detallaron que, hacia el final del periodo, los
mercados revirtieron parte de sus ganancias tras la
publicación del reporte de empleo de Estados
Unidos.
Actividad Económica en México
La mayoría destacó que la estimación oportuna
del PIB sugiere que la economía mexicana
continuó creciendo durante el cuarto trimestre de
2022. No obstante, señaló que perdió dinamismo
respecto de lo observado en los trimestres
previos. Argumentó que esto fue resultado de un
debilitamiento de las actividades industriales y de
los servicios. En contraste, uno apuntó que las
actividades primarias se mantienen con dinamismo.
En el interior de la actividad industrial, la mayoría
agregó que el sector manufacturero se ha
moderado. Esto lo atribuyó a la desaceleración de
la demanda de Estados Unidos. Al respecto,
algunos mencionaron la caída en las exportaciones
no automotrices. Uno recalcó también la
desaceleración en las exportaciones automotrices.
Apuntó que los sectores de minería y electricidad
registraron atonía. Otro observó que el sector de la
construcción ha mostrado cierta recuperación. En
relación con los servicios, sostuvo que persistió
heterogeneidad en el desempeño de sus
componentes. Uno precisó que los datos del IGAE
(Indicador Global de la Actividad Económica) a
noviembre sugieren que el débil desempeño de los
servicios puede atribuirse a un menor dinamismo en
el comercio y en el alojamiento y preparación de
alimentos. Sin embargo, especificó que la estimación
oportuna del PIB sugiere una mejoría de los servicios
para diciembre. Para los próximos trimestres, la
mayoría espera que el menor dinamismo
económico a nivel global repercuta en menores
tasas de expansión de la actividad económica
nacional. Respecto de la posición cíclica de la
economía, algunos indicaron que se estima que la
brecha del producto haya continuado cerrándose
ante la recuperación de la economía mexicana. Uno
añadió que, si bien esta se encuentra en terreno
negativo, no es estadísticamente distinta de cero.
La mayoría enfatizó que el consumo privado ha
mostrado una moderación. No obstante, uno indicó
que se mantiene en niveles elevados. Algunos
notaron que el consumo de bienes duraderos y no
duraderos se ha debilitado. Algunos expresaron que
indicadores de determinantes del consumo, como la
confianza del consumidor, las remesas y la masa
salarial, continúan en niveles elevados. Uno advirtió
que en general la desaceleración del consumo y de

los servicios pudiera estar asociada con los altos
niveles de inflación en el país, lo cual puede explicar
que algunos de los sectores donde se observan
mayores presiones inflacionarias son también
sectores con un rezago económico. Otro mencionó
que a pesar de la desaceleración del cuarto trimestre
de 2022, el consumo ha crecido a tasas por encima
de la actividad económica, lo que sugiere la
presencia de presiones de demanda sobre los
precios.
La mayoría aseveró que la inversión fija bruta
continuó mostrando atonía. Uno señaló que,
desde un punto de vista de mediano plazo, el
componente más dinámico ha sido el de maquinaria
y equipo importado, sin el cual la inversión se
encontraría notablemente por debajo de sus niveles
previos a la pandemia. Sin embargo, la mayoría
notó que, en el margen, la construcción tuvo
cierta reactivación. En cambio, algunos indicaron
que la inversión en maquinaria y equipo registró una
caída. Uno argumentó que la falta de inversión ha
limitado la oferta agregada, y aunado a la falta de
condiciones de competencia en muchos sectores,
ello se ha traducido en una demanda inelástica ante
el incremento de precios.
La mayoría coincidió en que el mercado laboral
continúa fortaleciéndose. Describió que la tasa
de participación sigue recuperándose y que las
tasas de desocupación se mantienen en niveles
bajos. Uno añadió que tasas complementarias,
como la de subocupación, siguen disminuyendo.
Otro destacó que la tasa de ocupación avanzó
respecto del tercer trimestre, ubicándose en un nivel
similar al reportado previo a la emergencia sanitaria.
Uno resaltó que el nivel de la tasa de desocupación
se encuentra por debajo de lo registrado antes de la
pandemia. Algunos mencionaron que el mercado
laboral muestra señales de apretamiento. Algunos
consideraron que la información extraída de las
encuestas de opinión empresarial refleja un mercado
laboral dinámico y en crecimiento, considerando la
información que arrojan sobre la evolución de
vacantes, renuncias y despidos. Uno indicó que una
parte del apretamiento en el mercado laboral puede
explicarse por un mayor avance en las tasas de
ocupación, en comparación con la participación
laboral, en especial para los hombres, lo que ha
contribuido a que se observe una tasa de
desocupación más baja. Argumentó que, de acuerdo
con datos de la ENOE (Encuesta Nacional de
Ocupación y Empleo), se observa una menor tasa de
participación respecto de los niveles observados
previo a la pandemia debido a una disminución de la
fuerza laboral tanto en el grupo de jóvenes como en
el de mayor edad. Apuntó que, conforme los grupos
etarios transiten hacia el siguiente rango de edad, es
factible que la participación aumente y algunas
señales de apretamiento disminuyan. Sin embargo,
advirtió que esto puede tomar un tiempo prolongado.
En este contexto, otro detalló que el incremento en
el salario base de cotización y las revisiones de
salarios contractuales se mantienen en niveles
elevados, y destacó que estos incrementos salariales
están generando presiones inflacionarias dado el
deterioro de la productividad laboral.
Inflación en México
Todos resaltaron que en enero la inflación
general alcanzó 7.91%. Añadieron que el
componente subyacente se situó en 8.45%. La
mayoría advirtió que, si bien la inflación general
fue menor a lo previsto, la subyacente sorprendió
al alza. Por otra parte, reconoció que se ha
observado cierto alivio de las presiones
inflacionarias globales. En este contexto, uno
consideró que existen señales de que algunas
presiones sobre la inflación en México, en efecto, han
comenzado a moderarse. Al respecto, mencionó que
las variaciones mensuales desestacionalizadas y
anualizadas de la inflación general se han mantenido
en descenso desde agosto de 2022. Argumentó que
los indicadores de media truncada de las inflaciones
general y subyacente se encuentran por debajo de
las inflaciones observadas, lo cual significa que las
variaciones extremas al alza de algunos
subcomponentes han afectado a los datos
observados, aunque han comenzado a estabilizarse.
Detalló que el número de genéricos que presentan
variaciones superiores a 10% ha seguido
disminuyendo. Otro señaló que, en efecto, el
escenario inflacionario actual contrasta con el
observado hace algunos meses, cuando los choques
al alza eran generalizados. Sin embargo, opinó que,
aunque algunos choques se hayan mitigado, ello no
significa que el problema inflacionario esté próximo a
resolverse. Subrayó que el entorno continúa
caracterizado por presiones inflacionarias profundas
y persistentes. Uno resaltó que la inflación en México
ha adquirido cierta inercia que no puede explicarse
exclusivamente por presiones externas. De este
modo, la mayoría apuntó que la inflación
subyacente, que refleja mejor la tendencia de la
inflación, aún no muestra una tendencia a la baja.
En este contexto, expresó que el entorno
inflacionario sigue siendo complejo e incierto.
Todos consideraron preocupante que la inflación
subyacente continúe en niveles altos y mantenga
una mayor persistencia a la esperada. Uno agregó

que la dinámica de las inflaciones de las mercancías
y de los servicios alerta sobre la baja sensibilidad de
la inflación subyacente a las menores presiones de
precios provenientes del exterior, dada la mitigación
de los efectos de la pandemia y del conflicto bélico
en Ucrania. En su interior, todos indicaron que la
inflación de las mercancías se mantiene elevada
y que su disminución ha sido gradual, en especial
la correspondiente a las mercancías alimenticias.
Algunos opinaron que este componente todavía
podría estar siendo afectado por los choques
externos de la pandemia y del conflicto bélico. Uno
añadió que, si bien algunos de estos choques se
revirtieron parcialmente, los precios internacionales
de referencia siguen en niveles elevados y muestran
volatilidad. La mayoría señaló que los precios
domésticos de estas mercancías parecen
enfrentar efectos asimétricos de los choques,
pues la disminución en las presiones de las
referencias
internacionales
no
se
está
traspasando al consumidor final a la misma
velocidad que la observada con las presiones al
alza. Uno detalló que la inflación de las mercancías
alimenticias sigue ubicándose por arriba del 14%
anual, ya no solo ante presiones externas, sino ahora
también internas.
Todos subrayaron el repunte en la inflación de
servicios durante enero. Algunos mencionaron
que fue mayor a lo previsto. Uno puntualizó que dicho
repunte fue prácticamente cuatro veces más elevado
que el promedio registrado entre 2014 y 2022 para
un mes de enero. Otro destacó que este componente
registró una variación mensual anualizada muy
significativa si se ajusta la serie por estacionalidad.
Además, la mayoría hizo notar que la frecuencia
de las revisiones de precios al alza para los
servicios ha venido aumentando. También resaltó
el incremento en la inflación de servicios de
vivienda. Uno agregó que los servicios de
alimentación continúan presentando variaciones
mensuales muy elevadas. Complementó que las de
los servicios de entretenimiento y de salud y cuidado
personal también mantienen una tendencia al alza.
Especificó que estos últimos componentes no
deberían estar siendo afectados por los choques
externos. Al analizar las presiones que están
resintiendo los servicios, otro indicó que estos han
estado sujetos a una multiplicidad de choques.
Añadió que el incremento en sus precios sugiere que
las presiones externas podrían estar tomando más
tiempo en desvanecerse, al tiempo que otras internas
podrían estar haciéndose más notorias. Al respecto,
uno apuntó que se han acumulado presiones de
costos vinculadas a la adopción de medidas para
contener contagios, a las cuales se han añadido las
resultantes de la fijación de nuevos contratos que
toman como referencia precios más elevados.
Algunos estimaron que posiblemente ahora se esté
observando un mayor traspaso de los costos a los
consumidores que en etapas más tempranas de la
pandemia. Al respecto, la mayoría destacó que
después del confinamiento, la demanda de
servicios se ha incrementado. Algunos
manifestaron preocupación respecto de que el
comportamiento de la inflación de servicios apunte a
presiones por factores domésticos. En particular,
indicaron que los incrementos en los precios de los
servicios, al ser estos no comerciables, responden a
presiones internas.
Algunos destacaron que la inflación no subyacente
se situó en 6.32%. Algunos afirmaron que el
comportamiento de este componente es lo que ha
contribuido en mayor medida a la reducción de la
inflación general. Apuntaron que tanto el subíndice
de agropecuarios como el de energéticos presentan
variaciones anuales menores a las del año pasado.
Uno subrayó que, si bien la inflación de los productos
agropecuarios se ha reducido en comparación con
los niveles observados en el tercer trimestre de 2022,
aún se mantiene en niveles altos. Algunos indicaron
que el componente no subyacente estuvo afectado
en enero particularmente por el comportamiento de
los precios de frutas y verduras.
La mayoría mencionó que para 2023 y 2024 las
expectativas de inflación se incrementaron
nuevamente. Uno señaló que estas mostraron una
diferencia significativa en relación con el pronóstico
de diciembre del Banco de México. Otro enfatizó que
las expectativas se mantienen elevadas en general.
No
obstante,
uno
especificó
que
las
correspondientes a los próximos 12 meses se
redujeron ligeramente. En cuanto a las
expectativas de mayor plazo, la mayoría coincidió
en que estas disminuyeron ligeramente, aunque
permanecen por arriba de la meta. De este modo,
uno recordó que las de largo plazo se han mantenido
ancladas. Algunos precisaron que las disminuciones
mencionadas ocurrieron luego de aumentos
observados en meses previos. Uno detalló que las
expectativas extraídas de instrumentos de mercado
también han disminuido. Otro resaltó que la
compensación por inflación y riesgo inflacionario se
mantuvo por encima del límite superior del intervalo
de variabilidad del objetivo de inflación. Uno
puntualizó que las disminuciones en las expectativas,
si bien son positivas, aún son insuficientes para
asegurar la convergencia de la inflación a la meta.

Todos enfatizaron que, ante un proceso de
desinflación más lento de lo previsto, los
pronósticos para las inflaciones general y
subyacente se ajustaron al alza para todo el
horizonte. Destacaron que la persistencia de la
inflación subyacente sugiere que hacia delante se
observaría una trayectoria, si bien descendente,
más elevada que la previamente anticipada. La
mayoría subrayó que el ajuste responde a la
persistencia de la inflación y a mayores presiones
a las anticipadas en las mercancías alimenticias
y en los servicios. Uno elaboró que aún se anticipa
que la mitigación en las presiones inflacionarias a
nivel global se refleje en una tendencia a la baja de
la inflación, si bien a un ritmo más lento. Algunos
detallaron que la revisión significativa del pronóstico
de inflación requirió posponer un trimestre la
convergencia puntual a la meta. En este contexto,
la mayoría señaló que se anticipa que la inflación
converja a la meta en el cuarto trimestre de 2024.
Entre los riesgos al alza para la inflación, todos
mencionaron la persistencia del componente
subyacente en niveles elevados. Uno consideró
como un reto la sincronización que está
observándose entre los niveles altos de la inflación
de mercancías y el incremento en la de servicios.
Algunos advirtieron el riesgo de mayores presiones
de costos. Al respecto, uno mostró preocupación por
los mayores costos laborales. En particular, detalló
que la brecha del salario mínimo respecto del salario
medio se ha cerrado, a lo que se añaden mayores
costos por primas vacacionales. También consideró
el traslado de las operaciones de carga al nuevo
aeropuerto como una fuente adicional de riesgos de
posibles presiones inflacionarias.
Todos recalcaron que el balance de riesgos para
la inflación se mantiene sesgado al alza. Uno
sostuvo que ello ocurre aun frente al entorno de
desaceleración económica y los incrementos
acumulados en la tasa de referencia. Otro alertó que
el balance ha mostrado un deterioro ante presiones
internas. Afirmó que ello abona a los temores de que
el retorno de la inflación hacia su objetivo tome aún
más tiempo de lo previsto. No obstante, uno destacó
que si bien el balance de riesgos se mantiene
sesgado al alza, este no se ha deteriorado tomando
en cuenta el ajuste a la trayectoria de inflación
prevista. Otro enfatizó la dificultad de precisar el
ritmo al que irán disipándose los choques derivados
de la emergencia sanitaria y del conflicto bélico.
Sostuvo que esta fase de desinflación está rodeada
de una mayor incertidumbre que la que usualmente
se presenta en las fases de reducción de la inflación.
Entorno Macrofinanciero
La mayoría coincidió en que los mercados
financieros nacionales, en general, mantuvieron
un comportamiento ordenado. Algunos señalaron
que lo anterior fue reflejo de un mayor apetito por
riesgo entre los inversionistas internacionales. Uno
resaltó que el índice de condiciones financieras para
México presentó una ligera disminución. Otro recalcó
que las primas por incumplimiento crediticio para
México a 5 años presentaron reducciones en 20
puntos base. La mayoría comentó que el mercado
accionario
presentó
ganancias.
Algunos
precisaron que estas estuvieron impulsadas por los
sectores de consumo e industrial.
La mayoría destacó que, desde la última decisión,
el peso mexicano se apreció con respecto al dólar
estadounidense, alcanzando su nivel mínimo
desde marzo de 2020. Algunos apuntaron que
cotizó en un rango de operación acotado. Uno
agregó que presentó métricas de operación sanas y
un volumen importante. Detalló que se ha encontrado
dentro del rango inferior de la distribución implícita en
opciones a un mes, lo que muestra su estabilidad y
resiliencia. Otro enfatizó que el peso siguió
destacando por su fortaleza entre las divisas de
economías emergentes. Algunos puntualizaron que
el amplio diferencial de tasas de interés entre México
y Estados Unidos ajustado por volatilidad ha
contribuido al buen comportamiento de la moneda
nacional. Uno añadió que también lo han apoyado
los fundamentos macroeconómicos sólidos del país
relativo a otras economías emergentes. No obstante,
otro notó que en los últimos días se ha acentuado el
sentimiento de aversión al riesgo, generando
volatilidad en el tipo de cambio. Uno observó que
sigue siendo sensible a factores globales,
especialmente a la dinámica de los activos
financieros en Estados Unidos.
La mayoría describió que las tasas de interés de
corto plazo aumentaron y que las de mediano y
largo plazos disminuyeron. Uno subrayó que los
movimientos en las de corto plazo han reflejado los
ajustes en la tasa de referencia que ha implementado
el Banco de México. Algunos expresaron que el
comportamiento mixto en las tasas de interés ha
propiciado un aplanamiento de la curva de
rendimientos. Uno agregó que ello profundizó la
inversión de la curva a niveles históricos. Otro
especificó que se observó una reducción en la curva
de rendimientos de instrumentos a tasa real.
En cuanto al financiamiento al sector privado,
algunos mencionaron que el crédito de la banca
comercial continúa expandiéndose, reflejando las

tasas de crecimiento positivas del crédito vigente al
consumo y a las empresas. Uno agregó que el
crédito a la vivienda también mostró crecimiento.
Señaló que este dinamismo se observó a pesar de
que las tasas de interés de aquellos segmentos se
han incrementado ante los aumentos de la tasa de
referencia. Notó que, de acuerdo con la encuesta
EnBan de Banco de México, la demanda de crédito
por parte de empresas grandes continuó
expandiéndose en el cuarto trimestre del 2022.
Sostuvo que los bancos con mayor participación de
mercado reportaron un aumento de la demanda de
crédito vía tarjetas, así como de crédito automotriz y
personal. Añadió que se han registrado estándares
de aprobación menos relajados para algunos de los
segmentos de crédito. Enfatizó que se debe prestar
atención a la evolución de las condiciones de crédito
y financiamiento. Otro observó que los niveles de
morosidad se mantienen en niveles bajos y estables.
En cuanto a la composición de la tenencia de
instrumentos de ahorro por parte del sector privado,
uno externó que las acciones de política monetaria
han tenido un impacto, aumentando la tenencia de
instrumentos de mayor plazo.
Política Monetaria
La Junta de Gobierno evaluó la magnitud y
diversidad de los choques inflacionarios y sus
determinantes, así como la evolución de las
expectativas de mediano y largo plazos y el
proceso de formación de precios. Consideró los
retos ante el apretamiento de las condiciones
financieras globales, el entorno de incertidumbre,
la persistencia de las presiones inflacionarias
acumuladas y la posibilidad de mayores
afectaciones a la inflación, así como la postura
monetaria que ya se ha alcanzado en este ciclo
alcista. En particular, determinó que, ante la
dinámica de la inflación subyacente, en esta
ocasión es necesario repetir la magnitud del
incremento en la tasa de referencia de la reunión
anterior, a fin de estar en una mejor posición para
hacer frente a un entorno inflacionario todavía
complejo. Con base en lo anterior, y con la
presencia de todos sus miembros, decidió por
unanimidad incrementar en 50 puntos base el
objetivo para la Tasa de Interés Interbancaria a un
día a un nivel de 11.00%. Con esta acción, la
postura de política monetaria se ajusta a la
trayectoria que se requiere para que la inflación
converja a su meta de 3% dentro del horizonte de
pronóstico.
La Junta de Gobierno vigilará estrechamente las
presiones inflacionarias, así como todos los
factores que inciden en la trayectoria prevista
para la inflación y en sus expectativas. Ello, con
el objetivo de determinar una tasa de referencia
congruente en todo momento, tanto con la
convergencia ordenada y sostenida de la
inflación general a la meta de 3% en el plazo en el
que opera la política monetaria, como con un
ajuste adecuado de la economía y de los
mercados financieros. La mayoría de los
miembros de la Junta de Gobierno considera que
ante la postura monetaria que ya se ha alcanzado
y en función de la evolución de los datos, el
incremento en la tasa de referencia en la próxima
reunión podrá ser de menor magnitud.
Un miembro señaló que la evolución reciente
descrita de la inflación subyacente y sus perspectivas
son motivo para que el Banco de México actúe con
aún más cautela. Subrayó que se han hecho más
evidentes los riesgos al alza relacionados con la
persistencia del componente subyacente en niveles
elevados y los de presiones de costos. Expresó su
preocupación con respecto a que el balance de
riesgos para la inflación continúa sesgado al alza.
Externó que los datos más recientes confirman la
complejidad del panorama inflacionario y consideró
que el proceso de desinflación será, en el margen,
más difícil de lo anticipado. Recordó que, ante un
panorama complicado, en la decisión anterior se
señaló que para la siguiente reunión sería necesario
un incremento adicional de la tasa de referencia.
Arguyó que, a pesar de que algunos elementos del
entorno económico y financiero se han comportado
como se preveía, ante la dinámica desfavorable de la
inflación, especialmente del componente subyacente
es prudente que el incremento en la tasa de
referencia en esta reunión mantenga el ritmo de la
decisión anterior. Opinó que ello permitiría atender de
manera oportuna la complejidad de la coyuntura y los
riesgos al alza asociados con esta. Añadió que
también mostraría el firme compromiso del Banco de
México con la consecución de su mandato prioritario
de estabilidad de precios y evitaría cualquier
percepción de complacencia. Notó que el actual
proceso desinflacionario es especialmente incierto
dada la naturaleza atípica de los diversos choques
inflacionarios que se han enfrentado. Precisó que
ante ello la información disponible y su evaluación
deben ser preponderantes en cada decisión. Apuntó
que las acciones ya implementadas han sido
oportunas dadas las presiones duraderas y
profundas que el Instituto Central ha venido
señalando. Por ello reiteró que se ha logrado
alcanzar una postura monetaria restrictiva como el
contexto lo amerita. Expresó que en las próximas
decisiones se tendrá que tomar en cuenta el

fortalecimiento adicional de la postura monetaria que
se estaría alcanzando con la decisión propuesta.
Enfatizó la necesidad de que ante un panorama
inflacionario complejo e incierto, este Instituto Central
se mantenga vigilante y persevere en sus esfuerzos
para procurar la estabilidad del poder adquisitivo de
la moneda nacional.
Otro miembro recalcó que la política monetaria debe
implementarse de manera firme y contundente, a fin
de evitar la prolongación del proceso inflacionario y
sus dolorosos efectos en la economía, especialmente
para los hogares de menores ingresos. Advirtió sobre
el riesgo de que la inflación no disminuya a un ritmo
consistente con la convergencia a la meta en el
horizonte de planeación. Enfatizó como presiones de
inflación internas la dinámica del consumo, el
apretamiento del mercado laboral y las expectativas
de inflación altas. Resaltó la acentuada persistencia
de la inflación subyacente y su preocupación ante la
correlación positiva entre una alta inflación y mayor
persistencia. En este contexto, argumentó que el
ajuste en la tasa de referencia de 50 puntos base
propuesto es necesario para lograr la convergencia
de la inflación a la meta en el horizonte de pronóstico.
Agregó que mandaría una señal clara del
compromiso con el mandato constitucional.
Consideró que también reafirmaría que el Banco de
México conduce su política monetaria de manera
autónoma y que no existe un acoplamiento con las
decisiones de la Reserva Federal. Añadió que ante la
posibilidad de que la inflación disminuya más rápido
en Estados Unidos que en México, el camino por
recorrer para el Banco de México sería más largo.
Respecto del comunicado, externó que debe
destacar el deterioro en la dinámica inflacionaria,
especialmente la resistencia a disminuir del
componente subyacente, el balance de riesgos al
alza, el aumento en los pronósticos de inflación y el
nivel aún elevado de las expectativas inflacionarias.
Enfatizó la importancia de que al comunicar una guía
futura se actúe con suma cautela ante la elevada
incertidumbre, considerando que esta no representa
un compromiso. Sugirió que debería señalarse que,
en función de la evolución de los datos, incrementos
adicionales podrían ser necesarios. Añadió que sería
conveniente mencionar que se requerirá mantener
una postura monetaria restrictiva en el horizonte
referido para garantizar la convergencia al objetivo.
Arguyó que la decisión actual y la comunicación que
la acompañe serán importantes para la formación de
expectativas del mercado. Argumentó que las
principales autoridades monetarias del mundo, al
igual que el Banco de México, deberían comunicar
con mayor claridad que la inflación elevada y por
encima de sus objetivos podría ser más persistente
de lo previsto. Señaló que en ese caso se requeriría
mantener las posturas restrictivas hasta no observar
una tendencia sostenida de la inflación y de sus
expectativas a la baja. Opinó que una comunicación
clara y oportuna debe contribuir a un ajuste de las
expectativas de la tasa de referencia. Ello ante un
optimismo infundado a nivel global, incluido México,
de que es posible regresar a la meta de inflación con
menores tasas.
Un miembro argumentó que, ante el sumamente
complejo panorama inflacionario, se requiere
recalibrar la astringencia monetaria. Observó que la
convergencia inflacionaria requiere de una tendencia
decreciente y sostenida del componente subyacente,
en especial el de las mercancías alimenticias. Apuntó
que los precios de estas son la principal referencia
del público para la formación de expectativas. Notó
que la sincronización de los ciclos inflacionarios de
México y Estados Unidos había requerido de ajustes
similares en las tasas de referencia, pero ahora el
diferencial de inflación ha aumentado. Argumentó
que un incremento de 50 puntos base señalaría que
la prioridad es el control de la inflación en México y
no mantener un diferencial de tasas. Dada la menor
ponderación que tiene la postura relativa, los ajustes
al diferencial resultarán de cambios en la postura
absoluta. Sostuvo que esta última debe seguir
determinándose de manera independiente, sin
buscar un nivel específico para la postura relativa,
aunque cuidando que dicha postura no alcance un
nivel demasiado restrictivo. Opinó que el cambio de
presiones globales a internas justifica una postura
restrictiva por más tiempo del previsto. Comentó que
el incremento propuesto en esta decisión sería
sorpresivo, por lo que deberá justificarse con
claridad. Consideró que la postura absoluta, medida
a través de la tasa real ex-ante, puede caracterizarse
por siete fases bajo el ciclo monetario actual. Afirmó
que las primeras tres se definieron por los
incrementos secuenciales de 25, 50 y 75 puntos base
en la tasa de referencia, los cuales consolidaron una
postura restrictiva. Detalló que la cuarta fase
comenzó en diciembre de 2022, con la
desaceleración gradual en el ritmo de alzas y
eventualmente finalizará cuando se alcance el nivel
terminal de la tasa. Sostuvo que su calibración es
importante, ya que esta permanecería fija por un
periodo prolongado y sujeta a la evolución de los
datos. Estimó que debe procurarse un equilibrio entre
evitar una desaceleración prematura de la tasa sin
haberse registrado una mejora sustancial del
panorama inflacionario, y alcanzar una tasa terminal
que sea más elevada de lo necesario. Mencionó que
se entrará a la quinta fase cuando se alcance el nivel
terminal. Precisó que en dicha fase la tasa real

ex-ante aumentará conforme disminuyan las
expectativas inflacionarias. Añadió que para evitar
que la postura monetaria se torne demasiado
restrictiva, habrá que pasar a la sexta fase. Explicó
que en ella, la tasa de referencia deberá comenzar a
disminuir a la par de los descensos en las
expectativas inflacionarias, a fin de mantener una
tasa real ex-ante superior al 6%, pero sin exceder el
7%. Expresó que en la última fase se adoptaría una
postura neutral, una vez alcanzado el objetivo de
inflación. Destacó la importancia de la guía
prospectiva a lo largo de estas fases. Indicó que debe
señalarse que la guía prospectiva está condicionada
a los datos, por lo que no representa un compromiso
inamovible. Agregó que debe comunicarse que
actualmente se está cerca del nivel terminal de la
tasa, pero enfatizando que la postura restrictiva no
cederá hasta haber cumplido el compromiso con el
mandato prioritario.
Otro miembro señaló que los datos más recientes
de la inflación y en mayor medida su incidencia en los
determinantes esperados, desafían la convergencia
prevista y representan una señal clara de que el
balance de riesgos permanece sesgado al alza.
Encontró preocupante que la disminución observada
de la inflación de algunas mercancías se ha
caracterizado por ser muy gradual, debido a que
existe un traspaso asimétrico y rezagado entre la
mitigación de las presiones inflacionarias globales y
los precios al consumidor final del país, sobre todo en
el conjunto de mercancías alimenticias. Mencionó
que lo anterior ocurre en paralelo a un deterioro de la
inflación en los bienes no comerciables de la
economía, por lo que de no actuar de manera
anticipada ante las señales mencionadas, existiría
una sincronización de presiones que implicaría retos
relevantes para el comportamiento de la inflación
subyacente durante la segunda mitad del año. Opinó
que, dada la revisión significativa de los pronósticos
de inflación, que requirió incluso posponer un
trimestre la convergencia puntual a la meta, en este
momento no es factible disminuir el ritmo de
incrementos en la tasa de interés. Recordó que, en
un régimen de objetivos de inflación con base en
pronósticos, la postura monetaria debe ser
consistente con el comportamiento de los
determinantes esperados de la inflación, por lo que
apuntalar la posición restrictiva de la política
monetaria consolidará una postura sin lugar a dudas
congruente con la convergencia. No obstante,
consideró que, dado el importante ajuste a los
pronósticos, el incremento propuesto para la tasa de
interés, y el nivel notoriamente restrictivo alcanzado
por la tasa de interés real ex-ante, el balance de
riesgos para la inflación llegará a ser compatible con
una menor velocidad en el ajuste en decisiones
futuras. Externó que el Banco de México ha realizado
un esfuerzo sin precedentes por consolidar una
postura absoluta que permita garantizar la
convergencia de la inflación dentro del horizonte de
pronóstico, independientemente de la postura
relativa. Consideró que, hacia delante, las decisiones
deben continuar siendo flexibles, dependientes de los
datos y de la evolución del balance de riesgos con la
finalidad de mantener, en todo momento, la
congruencia con el cumplimiento del mandato
constitucional.
Un miembro opinó que el panorama inflacionario
sigue presentando retos y consideró que todavía no
es apropiado disminuir el ritmo de incrementos en la
tasa de interés. En primer lugar, apuntó que la
materialización del nuevo pronóstico de inflación
requiere de una tasa de referencia que atienda la
mayor persistencia del componente subyacente.
Destacó que ello enviaría una señal clara sobre el
compromiso
con
el
mandato
prioritario,
contribuyendo a preservar la credibilidad. Agregó que
ello también es relevante para la efectividad del
régimen de objetivos de inflación basado en
pronósticos. En segundo lugar, observó que las
expectativas de inflación se encuentran todavía
afectadas, si bien algunas han disminuido en el
margen. Notó que la decisión propuesta busca
contribuir a la disminución de las expectativas y a
preservar la efectividad de este canal de transmisión.
Resaltó que la reducción observada en las
expectativas a 12 meses eleva la tasa real ex-ante,
haciendo más efectivos los incrementos en la tasa de
referencia. Agregó que es necesario que las acciones
de política monetaria sigan contribuyendo a que las
expectativas regresen a sus niveles históricos. En
tercer lugar, indicó que los niveles elevados de
inflación podrían provocar que esta se vuelva más
persistente. Comentó que el incremento propuesto
busca atender este riesgo y evitar efectos de
segundo orden, cuyos costos futuros probablemente
serían mayores si no se actúa oportunamente. Por
último, consideró que persiste un entorno incierto a
pesar de la mitigación de algunas presiones. Añadió
que la convergencia de la inflación a su meta enfrenta
desafíos importantes. Afirmó que, si bien la postura
monetaria ya es restrictiva, es necesario un
apuntalamiento de la misma para consolidar la
convergencia de la inflación. Reflexionó que para las
próximas decisiones deberá tomarse en cuenta el
apretamiento alcanzado y que la política monetaria
opera con rezagos. Señaló que además hay que
considerar que el grado de restricción monetaria ya
alcanzado podría incrementarse si se observara una
disminución en las expectativas de inflación.

Comentó que hacia delante podría modificarse el
ritmo del ajuste en la tasa de referencia y que esta se
encuentra muy cerca del nivel apropiado para
consolidar un proceso desinflacionario acorde con el
pronóstico.
3. DECISIÓN DE POLÍTICA MONETARIA
La Junta de Gobierno evaluó la magnitud y diversidad
de los choques inflacionarios y sus determinantes,
así como la evolución de las expectativas de mediano
y largo plazos y el proceso de formación de precios.
Consideró los retos ante el apretamiento de las
condiciones financieras globales, el entorno de
incertidumbre, la persistencia de las presiones
inflacionarias acumuladas y la posibilidad de
mayores afectaciones a la inflación, así como la
postura monetaria que ya se ha alcanzado en este
ciclo alcista. En particular, determinó que, ante la
dinámica de la inflación subyacente, en esta ocasión
es necesario repetir la magnitud del incremento en la
tasa de referencia de la reunión anterior, a fin de estar
en una mejor posición para hacer frente a un entorno
inflacionario todavía complejo. Con base en lo
anterior, y con la presencia de todos sus miembros,
decidió por unanimidad incrementar en 50 puntos
base el objetivo para la Tasa de Interés Interbancaria
a un día a un nivel de 11.00%. Con esta acción, la
postura de política monetaria se ajusta a la
trayectoria que se requiere para que la inflación
converja a su meta de 3% dentro del horizonte de
pronóstico.
La Junta de Gobierno vigilará estrechamente las
presiones inflacionarias, así como todos los factores
que inciden en la trayectoria prevista para la inflación
y en sus expectativas. Ello, con el objetivo de
determinar una tasa de referencia congruente en
todo momento, tanto con la convergencia ordenada y
sostenida de la inflación general a la meta de 3% en
el plazo en el que opera la política monetaria, como
con un ajuste adecuado de la economía y de los
mercados financieros. La Junta de Gobierno
considera que ante la postura monetaria que ya se
ha alcanzado y en función de la evolución de los
datos, el incremento en la tasa de referencia en la
próxima reunión podrá ser de menor magnitud.
4. VOTACIÓN
Victoria Rodríguez Ceja, Galia Borja Gómez, Irene
Espinosa Cantellano, Jonathan Ernest Heath
Constable y Omar Mejía Castelazo votaron a favor de
incrementar en 50 puntos base el objetivo para la
Tasa de Interés Interbancaria a un día a un nivel de
11.00%.
5. OPINIONES/VOTOS DISIDENTES
Opinión disidente sobre el comunicado. Irene
Espinosa Cantellano.
La dinámica interna de precios se ha tornado más
compleja e incierta. Las presiones inflacionarias no
han cedido como previmos en diciembre,
nuevamente ajustamos al alza nuestro pronóstico
con un balance de riesgos al alza. Frente a la
sorpresa negativa de la inflación en enero, el menor
incremento en tasas previsto en diciembre para esta
decisión resultó insuficiente. Ello refleja la elevada
incertidumbre sobre la nueva dinámica inflacionaria
que presenta mayor persistencia y mayores
presiones internas, ya que las externas han
empezado
a
ceder.
Así,
debemos
ser
extremadamente cautelosos en nuestra guía
prospectiva. Esta debe ser creíble y factible, sin
arriesgar la reputación del Banco y minar la
efectividad de la comunicación con el mercado. Esto
cobra especial importancia ante la discordancia que
se observa entre los mensajes de las autoridades
monetarias de mantener la postura restrictiva por un
tiempo prolongado, y las expectativas del mercado
más acomodaticias. Por ello, nuestra guía debe
indicar que el camino por recorrer para afianzar la
convergencia de la inflación hacia la meta continúa,
por lo que limitarse a la siguiente decisión y referir un
ajuste de menor magnitud implica un elevado riesgo
costoso de corregir si los supuestos no se
materializan.

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