I.- Planteamiento
La presentación en los
próximos días del Plan Nacional de Desarrollo 2019-2024 (PND) será
un punto de quiebre para el gobierno de Andrés Manuel López
Obrador.
Este documento regirá las
políticas públicas del sexenio. El PND es el principal documento de
planeación del gobierno federal. En él se expondrán los objetivos
del sexenio, se establecerán las acciones específicas para
alcanzarlos, y se proyectarán los indicadores que permitirán medir
los avances.
En el PND, la nueva
administración tiene la oportunidad de incluir una visión que
detone efectivamente la inversión y el crecimiento en nuestro País.
O una que lo estanque y lo sumerja en la polarización improductiva
de señalar y culpar a otros de los logros no alcanzados.
II.- Antecedentes del PND
2013-2018
Ya sabemos lo que pasa cuando
el PND establece objetivos ambiciosos sin planes concretos, sin
viabilidad y sin seguimiento efectivo para desarrollarlos. El sexenio
pasado fue prueba de ello.
El PND 2013-2018 detallaba que
México crecería 5.3% en 2018, y por arriba del 4% esperado durante
el sexenio. La realidad fue que en 2018 crecimos al 2%, y el periodo
2012-2018 terminó con un crecimiento promedio de 2.5%. Menos de la
mitad de lo establecido en el PND respectivo.
También se pronosticó que la
informalidad laboral se reduciría del 58% al 50%, cuando la realidad
fue -como #Data Coparmex ha mostrado-, que solo se logró reducir al
56.6%, una quinta parte de lo estipulado. Y en estados como Tabasco,
Hidalgo y Morelos, la informalidad incluso aumentó.
En cuanto a la política
social, solo se logró cumplir con el 40% de lo planteado en el PND.
A razón de ello, de 2012 a 2018 la pobreza extrema que se había
planteado erradicar en el sexenio, se mantuvo en 7.6%.
Es decir, durante seis años,
solo se logró sacar de la pobreza extrema a 2.1 millones de
personas, cuando la meta eran 11.5 millones de mexicanos.
Tanto en el sexenio pasado
como en periodos previos, el PND no dio resultados porque sus
propuestas no fueron adecuadas, y en casi la mitad de los casos, no
tenían esquemas de medición progresiva de los resultados.
III.- Desafíos de hoy
Concluido un sexenio colmado
de alternativas de desarrollo desperdiciadas, tenemos un País con
grandes oportunidades y enormes desafíos.
Ello requiere líderes
íntegros, competentes y con visión, que asuman el compromiso de
construir junto a la sociedad civil organizada, un México justo,
próspero, incluyente y democrático.
Hay enormes retos.
Los niveles de violencia están
en máximos históricos. El primer trimestre de la gestión del nuevo
Gobierno Federal, ha sido el inicio de sexenio más violento en la
historia del país, con 95 homicidios registrados diariamente.
Durante este período, de
acuerdo con el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de
Seguridad Pública (SESNSP), se iniciaron 7 mil 299 carpetas de
investigación por el delito de homicidio doloso, equivalente a una
tasa de 5.79 casos registrados por cada 100 mil habitantes, un
incremento de 48% y 150%, respecto al último y penúltimo sexenio,
respectivamente.
Asimismo, la corrupción sigue
siendo un lastre para el crecimiento de nuestro País. Al inicio de
2019 se dio a conocer que México cayó en el Índice de Percepción
de la Corrupción realizado por Transparencia Internacional,
ubicándose en el penoso lugar 138 de 180 naciones. De acuerdo con
#Data Coparmex, el 38% de las empresas socias han experimentado un
acto de corrupción en el último año. El panorama en este ámbito
no es prometedor: 3 de cada 4 contratos asignados por el Gobierno
Federal a partir de que inició el sexenio, se han otorgado mediante
adjudicación directa.
La generación de empleo
también presenta cifras desalentadoras. Durante el primer trimestre
de 2019, se generaron 269 mil empleos formales, cifra que al
ajustarse por estacionalidad, resulta en el peor trimestre en 6 años.
Dicha realidad seguirá
impidiendo que podamos reducir la cifra de los mexicanos viviendo en
pobreza. En la última medición del CONEVAL, más de 53 millones de
personas viven en situación de pobreza en México.
La competitividad de nuestro
país también está en juego. Según el Índice de Competitividad
Global 2017–2018, México se encuentra en el lugar 62 de 137 países
por la competitividad de su infraestructura, cinco lugares menos que
el año pasado. En gran medida, la posición mexicana se debe a los
altos costos logísticos del País: mientras en el ámbito global
representan un 9% del PIB, en México representan el 23 por ciento
del mismo producto.
A todo esto debemos agregar
las medidas del Gobierno Federal que están debilitando nuestra
democracia, generando aún más incertidumbre. Dan cuenta de ello,
las acciones para vulnerar la independencia de los órganos autónomos
como la CRE, la cancelación de obras de infraestructura de gran
relevancia como el NAICM, la designación de un Fiscal General no
independiente y cercano al Ejecutivo, así como la vulnerabilidad a
la división de poderes y el federalismo, entre muchas otras.
IV. Propuesta Coparmex
La meta de crecimientos para
este sexenio, en palabras del Presidente de la República es del 4%
anual en promedio.
En COPARMEX compartimos la
convicción sobre la necesidad de un crecimiento más vigoroso,
incluyente y sostenido para nuestro País, pero sabemos que esta meta
no se logrará a menos de que se implemente un gran número de
políticas públicas armónicas, planeadas detalladamente, y que se
pongan en práctica de forma impecable.
Es por ello que COPARMEX
planteó desde Mayo de 2018 el Manifiesto México, un documento que
contiene los elementos necesarios para detonar un crecimiento
sostenido del País con siete demandas concretas en materia de
empleo, finanzas públicas, seguridad, estado de derecho, educación,
desarrollo regional y oportunidades para un México incluyente.
El PND necesita incluir y
recoger los elementos planteados en el Manifiesto México para poder
transformar la realidad, de otra forma se quedará en buenas
intenciones.
V.- Ingredientes para un PND
2019-2024 exitoso
En primer lugar, se requiere
un pleno Estado de Derecho, que garantice la paz y la seguridad en
todo el país, que combata frontalmente la corrupción, y en el que
la Ley sea aplicada de forma irrestricta. Actualmente, de acuerdo con
#Data Coparmex, el 67% de las empresas han sido víctimas de un
delito, esto debe reducirse al 34% si se quieren crear condiciones
para el desarrollo.
También es prioritario que
las políticas públicas del gobierno federal estén abocadas a la
generación de más y mejores empleos. El gobierno debe sentar las
condiciones de inversión pública y de certeza jurídica para que se
logren crear al menos 100 mil empleos formales al mes, de forma que
se pueda dar empleo a los jóvenes que se incorporan a la actividad
productiva. La inversión debe crecer al 6% anual para que esto se
logre.
Es importante que se mantengan
finanzas públicas sanas y no se comprometa la viabilidad financiera
del país. Para esto, se tendrán que contemplar mecanismos que
vigilen el desempeño del gobierno en materia de ingreso, gasto y
deuda, así como implementar un nuevo pacto fiscal que promueva el
crecimiento económico, e incluya un aumento de la base de
contribuyentes, la simplificación de los esquemas de tributación, y
tasas impositivas competitivas a nivel global.
La inversión pública no
puede frenarse. El desarrollo regional sustentable y la
competitividad, especialmente de aquellas regiones que más lo
necesitan, podrán detonarse a partir de las inversiones del gobierno
en proyectos de infraestructura sustentables, definidos con base
racional y no caprichosa, que respondan a las necesidades de corto, y
largo plazo.
Ello requiere que la inversión
pública aumente de su nivel actual (22% del PIB) al menos al 24%, y
que se erradiquen por completo las irregularidades en el gasto
público. De acuerdo con #Data Coparmex, existen al menos 47 mil
millones de pesos de gasto público perdidos, que no han podido ser
comprobados.
Dentro del combate frontal a
la pobreza, las estrategias del Gobierno Federal deben ser efectivas
y precisas. Para ello, es fundamental la conformación de un padrón
único de beneficiarios de programas sociales, y de un catálogo
integral de programas sociales, con el objetivo de eliminar la
discrecionalidad política, el uso electoral de los programas
sociales y la duplicidad de objetivos entre las acciones. Para que
ello sea posible, debe construirse sin demora la Clave Nacional de
Identidad.
Finalmente, en materia
educativa no podemos dar pasos hacia atrás. La educación de calidad
para todos los niños es una meta fijada directamente en la
constitución. Se deberá fortalecer el vínculo de la educación
media superior y superior con el mercado laboral, especialmente con
aquellos sectores económicos de alto potencial en el país. Las
leyes educativas deben aplicarse, y los sindicatos educativos deben
democratizarse.
VI.- Conclusión
Si se quiere que México tenga
mayores tasas de crecimiento económico, ello presupone mejores
condiciones de certeza y oportunidades para la inversión. Y
prioritario que se generen las condiciones para ello.
El crecimiento económico no
sucederá por voluntad del Presidente. Pero si está en sus alcances
convocar y encabezar una gran cruzada por la inversión.
Cambiar la realidad de México
será posible, solo si, sector privado y público trabajamos en
concordia y colaboración, sin divisiones ideológicas, y cada quien
hace lo que le corresponde.
Es por ello que desde COPARMEX
hacemos un llamado al Presidente Andrés Manuel López Obrador para
que apueste por la construcción de una nación próspera,
equitativa, sustentable y democrática.
Un llamado a tomar el
liderazgo para que México pueda construir un mejor mañana.
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