Ciudad de México, 23 de abril de 2019. Se dice que la sonrisa
es el reflejo del alma. Sonreímos cuando nos sentimos bien, cuando algo
nos hace reír, cuando escuchamos una buena noticia o cuando miramos a
esa persona especial.
Además de ser una expresión contagiosa, una sonrisa genuina trae
beneficios en quien la recibe y quien la da: alivia la tensión, libera
el estrés, mejora el estado de ánimo y produce bienestar.
Pero, ¿qué pasa cuando no te sientes a gusto con tu sonrisa?
¿O cuándo te da pena sonreír en una foto? ¿Cuándo te sientes inseguro
de que se vean tus dientes? La mayoría de nosotros, encontramos detalles
(pequeños o muy notorios) que nos gustaría cambiar de nuestra sonrisa.
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