jueves, 21 de febrero de 2019

Educación preescolar, determinante para el entorno laboral: Especialista


 
·         La importancia de la educación preescolar tiene que ver con que a los 5 años el cerebro de los niños alcanza un desarrollo del 90%: Unicef
 
·         En México, 4 millones 931 mil 986 niños estudian la educación preescolar en 88 mil 939 escuelas del país: INEGI
 
Ciudad de México, febrero de 2019. La educación preescolar es determinante para establecer los cimientos sobre los que se sustentará el éxito de las personas durante los siguientes niveles escolares, porque es en esta etapa cuando los niños construyen las bases del aprendizaje y el desarrollo de habilidades socioemocionales que los respaldará incluso en el entorno laboral, mencionó Patricia de la Fuente, directora general de Servicios Educativos para el Desarrollo Infantil (SEDI).
 
Durante el actual periodo de preinscripciones a preescolar, la especialista en educación infantil, señaló que los padres de familia deben tener muy presente que este nivel educativo junto con todos los aprendizajes acumulados durante su educación inicial, es decir desde el nacimiento, son determinantes en la vida de cualquier persona, porque es en esa etapa donde se desarrollan habilidades de comunicación, relacionamiento y pensamiento analítico que serán útiles durante toda la vida.
 
Información del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) revela que “los pasos más importantes de un niño suceden antes de poner un pie en una escuela primaria. Al cumplir cinco años, los cerebros de los niños están desarrollados en un 90% y se han establecido las bases para el éxito en la escuela y en la vida posterior. Esto hace que los primeros años de un niño sean una oportunidad crítica: establecer las bases para el éxito de toda la vida, primero en la escuela y luego en la vida.”
 
Datos del organismo internacional dan cuenta que, durante el proceso de desarrollo cerebral, los genes y las experiencias que viven los niños (una buena nutrición, protección y estimulación a través de la comunicación, el juego y la atención receptiva de los cuidadores) influyen en las conexiones neuronales, por lo que esta combinación de lo innato y lo adquirido establece las bases para el futuro del niño.
 
En México, cifras del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), de los 39.2 millones de niñas, niños y adolescentes que viven en México, el 16.5 por ciento tienen de 0 a 4 años de edad y el 28.6 por ciento se encuentran en el rango de los 5 a 9 años de vida. Mientras que un total de 4 millones 931 mil 986 niños estudian la educación preescolar en 88 mil 939 escuelas del país ya sean de tipo público o privado.
 
Patricia de la Fuente explicó que durante la etapa preescolar se desarrollan las competencias cardinales también conocidas como competencias blandas: curiosidad e imaginación, capacidad analítica para poder resolver problemas, comunicación oral y escrita efectivas, visión, empatía y conciencia global, autorregulación, pasión y perseverancia, adaptabilidad ante los cambios, esperanza y optimismo, iniciativa y espíritu emprendedor, resiliencia, así como el trabajo colaborativo.
 
Mencionó que dichas habilidades promueven y sustentan las competencias cognitivas, relacionadas con el conocimiento académico o enciclopédico y que son también conocidas como competencias duras tales como: lenguaje y comunicación, atención al cuerpo y la salud, cuidado del medio ambiente, apreciación y expresión artísticas, habilidades digitales, pensamiento lógico y matemático y exploración y conocimiento del mundo.
 
En ese sentido, señaló como prioritario poner principal énfasis en revisar que el modelo educativo preescolar de la escuela que se elegirá tenga un enfoque integral que le permita a los alumnos desarrollar su potencial, en un ambiente de seguridad y bienestar, con respeto a las diferencias, donde el juego y el trabajo colaborativo sean la base de su estructura y en donde se fomente consistentemente la curiosidad y creatividad.
 
Aunado a esto, recomendó no dejar de lado, por su nivel de importancia, el hecho de verificar que los espacios físicos sean seguros y adecuados para la edad y actividades de los niños. Por otro lado, enfatizó sobre la capacitación del personal: “No hay modelo educativo que funcione adecuadamente sin una sensibilización y capacitación continua del personal que lo implementa. Solamente un personal sensible y capacitado, podrá acompañar a sus alumnos y promover su desarrollo para llevar su innato potencial al máximo”, finalizó.
 

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