Richard
Branning, originario de EEUU, disfrutaba pasar el tiempo con sus amigos jugando
basquetbol en el patio de su casa. Todos se reunían varias veces por semana
para demostrar sus mejores habilidades en el llamado “deporte ráfaga”, en el
cual Richard era particularmente bueno haciendo tiros de tres puntos. Una de
esas tardes, Richard tomó el balón, se preparó para realizar uno de sus famosos
tiros y antes de realizarlo dijo bromeando: “soy tan bueno, que podría romper
un record o algo así”. Y así fue como comenzó esta aventura.
Luego
de esa idea, todos ellos se pusieron a investigar y descubrieron que, en
efecto, existía un record mundial por encestar 29 tiros de tres puntos en menos
de un minuto. ¡Reto aceptado! La moneda ya estaba en el aire y ahora todo era
cuestión de decisión para que pudieran batir ese record. Para llevarlo a cabo
era necesario que Richard y sus amigos recrearan las mismas condiciones en las
que la marca anterior había sido impuesta, así que tomaron su cinta métrica y
colocaron la canasta a la altura precisa, además de asegurarse que la línea que
delimita la zona de tiro tuviera la distancia correcta.
Luego,
Branning y sus amigos idearon un modesto sistema para asegurarse de que la
recolección de los balones fuera dinámica, así Richard podría recibir uno en
poco tiempo después de cada tiro. Para lograr la fluidez que necesitaban, dos
de sus amigos se colocaron debajo del tablero y lanzaban los balones a otro
chico que estaba colocado a un costado de Richard. Uno más llevaría la cuenta
de los tiros encestados, cronómetro en mano, para asegurase de que se lograron
los 30 encestes en menos de 60 segundos. Y, claro, para documentar esta hazaña,
todos llevaban colocada una GoPro, además de otra que posicionaron en la parte
superior del tablero.
¡Todo
listo! Llegó la hora del espectáculo. Con todos en sus posiciones y el ánimo y
la emoción a tope, realizaron el primer intento, pero no salió como esperaban,
ya que Richard sólo logró anotar 4 de 7 canastas durante los primeros 10
segundos. Luego, vino el segundo intento, el tercero, el cuatro… el treceavo y
Richard aún no lograban batir el record. Todos estaban cansados y el ánimo
estaba decayendo un poco. Pero ninguno de ellos estaba dispuesto a rendirse.
Richard
y sus amigos descansaron por unos minutos, intercambiaron algunas palabras de
aliento y se hidrataron para poder continuar. El siguiente intento tenía que
ser el definitivo. Así que, regresaron a la acción. Esta vez, Richard atinó 7
de 10 tiros en los primeros 15 segundos y su buena racha seguía. ¡A los 30
segundos, ya había anotado 16 de 20 tiros! En ese momento, todos sabían que era
posible lograrlo, así que se concentraron en su objetivo. Todos estaban
haciendo un gran trabajo, pero el tiempo se acababa. 56 segundos, 57, 58… y a
los 59 segundos escucharon el número mágico: ¡Treinta encestes… reto cumplido!
Algo
que comenzó como una broma, finalmente se convirtió en una realidad: Richard
Branning y sus amigos eran los poseedores de un nuevo record mundial. Ahora,
sólo faltaba la validación oficial, pero para intentar obtenerla, tenían como
prueba el video que grabaron con sus cámaras GoPro.
Esta
historia es una muestra de los grandes logros que se pueden obtener con trabajo
en equipo, dedicación y entusiasmo. Y después de lograr esta hazaña, sólo había
una pregunta que rondaba en la mente de Richard y sus amigos: ¿qué nuevo record
podrían romper ahora? Y aunque aún no lo descubren, están completamente seguros
de que cuando lo decidan, nada podrá detenerlos.
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