● El ‘Internet de las Cosas’ permite la
interconectividad entre los sistemas microelectrónicos, inalámbricos y los
servicios de internet.
● Los dispositivos IoT proporcionan puntos
de entrada que pueden comprometer la
información confidencial y facilitar el hackeo
de datos y los mismos dispositivos.
México, 11 de agosto de 2020. - La
tendencia a tener los dispositivos IoT (Internet of Things), conocido también
como el ‘Internet de las Cosas’, conectados unos con otros, es parte de la vida
cotidiana tanto en el ámbito profesional como en el personal. Esta tecnología
permite la interconectividad entre los sistemas microelectrónicos, inalámbricos
y los servicios de internet. En el futuro próximo y con la consolidación de
tecnologías como la 5G en las redes móviles, las posibilidades de
interconectividad entre los equipos sólo seguirán en aumento.
“Con la
difusión de las tecnologías IoT cada día se exponen más dispositivos a internet
que van desde un vehículo particular o un celular, hasta dispositivos usados
por niños, o un equipo para realizar algún examen médico en un hospital; pero
justamente el riesgo está en que estos desarrollos no necesariamente pasaron
por pruebas exhaustivas de ciberseguridad. Los dispositivos IoT proporcionan
puntos de entrada adicionales para que los atacantes comprometan la información
confidencial, hackeen datos y afecten la vida y la seguridad de las personas y
las empresas”, explica Mauricio
Gómez, Co-Fundador de
Fluid Attacks.
Cada día, sin
importar que se trate de dispositivos personales, de entrenamiento, o para el
trabajo, bien sea en sectores de la salud, educación o corporativos, la
difusión de las tecnologías IoT les está dejando aún más expuestos y es aquí
donde la seguridad desde el inicio de creación de tecnología cobra especial
importancia.
“Los
ciberdelincuentes aprovechan la conectividad de los dispositivos y se
concentran en los defectos de ciberseguridad que tiene su tecnología. Virus
como el malware Mirai, sigue creciendo, escalando y mutando para ampliar su
capacidad de afectación. Un smartphone, una cámara web, el enrutador o incluso
la impresora pueden ser un objetivo de estos ataques. La industria tampoco está
a salvo, ya que los PLC, los sistemas SCADA, los sensores inteligentes y las
unidades con dispositivos IoT pueden verse comprometidos como resultado de un
ataque Mirai Botnet”, comenta el vocero de Fluid Attacks.
Proteger la
seguridad de los equipos y sus redes debería ser una prioridad para las
organizaciones y así como para los usuarios; cuando se usa un dispositivo
personal o industrial deben tenerse en cuenta los riesgos que presenta ante la
interconectividad. Desde la fabricación de cada equipo, incluyendo el software
hasta el final de su vida útil, la seguridad debe ser una prioridad. Antes de
desechar un dispositivo es necesario realizar un proceso de borrado seguro de
la información almacenada; en las grandes empresas o en infraestructuras
críticas, de no hacerlo, se corren grandes riesgos de seguridad y económicos.
Fortalecer el
sistema a través del cambio de las credenciales predeterminadas y el uso de
contraseñas seguras, es de gran ayuda para prevenir los ataques de IoT. A medida
que la tecnología evoluciona, la ciberseguridad también debería hacerlo.
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