· Rechazamos los cambios legales que afectan la certidumbre jurídica de los inversionistas en el sector energético
· La reactivación económica necesita la participación de la Iniciativa Privada y no regresar a monopolios que frenan el desarrollo del País
Es muy preocupante que en las últimas semanas las decisiones tomadas desde el Poder Ejecutivo y el Legislativo vulneren el Estado de Derecho y provoquen un impacto negativo en las posibilidades de reactivación económica dado que generan incertidumbre e inhiben la inversión.
La aprobación en el Senado de la reforma al artículo 13 transitorio de la ley de Hidrocarburos daña el mercado, pues asigna a Petróleos Mexicanos, Pemex, control sobre la comercialización de gasolinas y diésel afectando la libre competencia y el bolsillo de los consumidores.
El Senado confirmó la minuta enviada por la Cámara de Diputados que elimina la regulación asimétrica que garantizaba que la Empresa Productiva del Estado (PEMEX) no fuera dominante y permitía que otros agentes económicos participaran en el mercado en condiciones de competencia.
En Coparmex consideramos que las reformas legales que vulneran la libre competencia y le dan el control del mercado a un solo actor, en este caso a Pemex, en lugar de beneficiar a los consumidores termina perjudicándolos, al no tener opciones para adquirir gasolinas y diésel de mejor calidad y mejores precios.
Solicitamos a la Comisión Federal de Competencia que, una vez que la reforma entre en vigor, vigile que la Empresa Productiva del Estado no incurra en conductas anticompetitivas que incumplan lo establecido en la Ley Federal de Competencia Económica.
En Coparmex reiteramos nuestro llamado a no perder de vista que la competencia beneficia a los consumidores y a las familias. Externamos nuestra disposición al diálogo con los diferentes representantes de los Poderes del Estado y de los sectores económico y social del País, para buscar soluciones a los desafíos que enfrenta México, ya que las soluciones que el país requiere deben estar sustentadas en criterios técnicos, económicos y sociales, dejando de lado cualquier inclinación de índole ideológica.
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