El
día de hoy me presento ante este Congreso, en uso de las facultades que
las leyes me confieren como Fiscal General de la Ciudad de México para
presentar una iniciativa que da respuesta a un reclamo de la sociedad a
raíz de la filtración de material fotográfico sensible de la muerte de
Ingrid Escamilla, el pasado fin de semana, a manos de su pareja.
El
feminicidio de Ingrid nos conmociona, nos indigna, fue un crimen atroz
que nos llena de tristeza y de enojo. La publicación de imágenes de
Ingrid
ha sido un gran acto de irresponsabilidad que ha causado un gran dolor a
familiares y amigos y a la sociedad entera. Es inadmisible y no podemos
permitir su repetición.
Como
Fiscal General de la Ciudad de México asumo la responsabilidad
institucional que me corresponde por la filtración de estas imágenes.
Nuestra
obligación es estar cerca de las víctimas. Todas las personas
servidoras públicas de esta fiscalía debemos honrar este compromiso y
estar a la altura de nuestro deber.
Quienes
traicionan la confianza y se apartan de esta responsabilidad, no tienen
lugar en esta institución. Como fiscalía estamos obligados a trabajar
con el mayor de los profesionalismos, a no cometer errores o incurrir
en omisiones, pero si eso ocurre sabremos reconocerlos y enmendarlos,
porque la razón del Estado es la verdad y la justicia, no la imposición
de una verdad oficial como razón de Estado.
Esta
iniciativa está hecha para castigar filtraciones como la que ocurrió
con Ingrid, es una respuesta a un problema de nuestra institución y de
las instituciones de seguridad.
La
libertad de expresión es un derecho humano fundamental, esencial para
la democracia. Medios libres son esenciales para garantizar el derecho
de todas y todos nosotros a la información, pero los medios tienen una
gran responsabilidad legal y ética con los derechos de las víctimas que
deben de asumir y respetar.
Exhibir
a las víctimas, sin reparar en sus derechos y en el dolor que provoca
es un acto de profunda irresponsabilidad, a esta autoridad, no nos
corresponde ni regular ni censurar a los medios, pero sin menoscabo de
su libertad de expresión, les formulamos un atento llamado para que se
abstengan de publicar imágenes o información confidencial de las
víctimas que violentan sus derechos y el de sus seres
queridos. No hagamos negocio con el dolor de las víctimas.
Esperamos
que nuestros legisladores, nuestras legisladoras, aporten elementos al
debate y abramos la posibilidad de la construcción de una ética
pública en la que los ciudadanos compartamos la responsabilidad de no
hacer apología de la violencia y construir una cultura de paz.
Y
que las instituciones como la fiscalía y los cuerpos de seguridad
asuman la responsabilidad que tenemos de cuidar la secrecía de las
investigaciones,
de los indicios, de las imágenes.
En
ese sentido estamos entregando esta iniciativa y ahora será el Congreso
quien abra la discusión, quien analice y estamos listos para aportar
lo que por nuestra parte pueda hacerse.
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