(19 de febrero, 2020)
Promover
el desarrollo sostenible y la igualdad no es tarea de un solo actor, el
Estado o el sector privado, es una tarea de toda la sociedad,
y el sector empresarial juega un papel fundamental, remarcó la
Secretaria Ejecutiva de la Comisión Económica para América Latina y el
Caribe (CEPAL), Alicia Bárcena, en un evento de alto nivel con
empresarios mexicanos realizado el martes 18 de febrero en
Ciudad México, y presidido por Nicolás Mariscal Torroella, Presidente
del Consejo Marhnos.
La
máxima representante del organismo regional de las Naciones Unidas fue
una de las expositoras en el panel Perspectivas de Davos, organizado por
la Unión
Social de Empresarios de México (USEM) que encabeza Emilio Díaz Romero,
en la sede del Club de Industriales, en la capital mexicana. En el
encuentro se analizaron los resultados del reciente Foro Económico
Mundial celebrado en Davos, los retos de América Latina
y el Caribe en materia de responsabilidad social empresarial, la
situación económica y social de la región y los desafíos para el
cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS).
En
el panel participaron además Mónica Flores, Presidenta de Manpower
América Latina, Luis Ramírez, Global Shaper del Foro Económico Mundial
(WEF, por
sus siglas en inglés) y Katja Bechtel, representante de Partnership
Against Corruption (WEF).
En
el evento, la Secretaria Ejecutiva de la CEPAL reflexionó sobre las
discusiones en torno al capitalismo efectuadas durante la última reunión
del Foro
Económico Mundial, en Davos (Suiza). “Después de la crisis de 2008, el
capitalismo basado en la maximización de los beneficios de los
accionistas está atravesando una crisis ideológica. El debate, tanto en
el mundo empresarial, como en el mundo político se
ha concentrado en generar nuevas ideas para transitar hacia un
capitalismo más justo e inclusivo”, explicó.
“Debemos pasar desde el capitalismo de accionistas (shareholders) hacia un capitalismo de los grupos de interés (stakeholders)”, declaró
en apoyo a los debates celebrados en Davos.
Bárcena
indicó que el capitalismo ha mostrado gran flexibilidad, ha aumentado
su expansión geográfica y hoy es constante evolución e interactúa con un
mundo global que enfrenta un importante cambio tecnológico. Pero, sin
embargo, es incapaz de garantizar una distribución equitativa de la
riqueza generada.
“El
capitalismo accionario, con su mirada cortoplacista, no ha tomado en
cuenta las consecuencias de sus objetivos financieros para los
trabajadores, los
clientes, los proveedores, las comunidades y el medioambiente. El Manifiesto
de Davos 2020 pone al centro de la actividad de la empresa el beneficio de los diversos grupos de interés, y brinda una alternativa
al capitalismo accionario y cortoplacista”, señaló.
Desde
la perspectiva de la CEPAL, explicó Bárcena, el debate actual ofrece un
punto de partida fundamental para repensar el sistema, empezando como
se
indica en Davos con un cambio de perspectiva en el estilo gerencial de
las empresas, pero también, como sugiere el debate económico,
cuestionando la arquitectura del sistema desde sus valores, hacia su
componente reguladora.
“El
debate impulsado en Davos es extremadamente importante, y puede
considerarse un punto de partida para que los diversos actores en el
sistema rediseñen
reglas e instrumentos para limitar la polarización de la riqueza y los
desequilibrios de poder, a través de nuevas reglas fiscales, nuevas
reglas de competencia, nuevas reglas para estandarizar los derechos de
los trabajadores y un nuevo sistema multilateral”,
declaró
Durante
su intervención, Alicia Bárcena remarcó también que el compromiso del
sector privado de avanzar de manera sostenible es clave, en especial en
un
mundo globalizado como el actual. “En un mundo cada vez más
corporativo, promover mayor responsabilidad social de las empresas es
fundamental para avanzar hacia un nuevo estilo de desarrollo basado en
un gran impulso ambiental”, declaró Bárcena. “En el contexto
actual, la región necesita que la igualdad y la sostenibilidad
ambiental sean los pilares fundamentales para el nuevo modelo de
desarrollo. Por eso, es necesario impulsar la creación de una conciencia
corporativa con visión colectiva, para que todos participen
plenamente en la construcción de la igualdad y de una senda de
desarrollo sostenible”, agregó.
En
su exposición, Alicia Bárcena recordó que el desempeño económico actual
de la región es insuficiente para lograr los ODS: América Latina y el
Caribe
crecerá 1,3% en 2020, acumulando siete años de magro desempeño, con una
demanda interna débil en toda la región asociada a caídas en la
inversión, consumo per cápita y exportaciones, y una disminución
sostenida en la calidad del empleo. A este escenario se
suman las crecientes demandas sociales y las presiones para reducir la
desigualdad y mejorar la inclusión social, que han surgido de manera
inusitada en ciertos países de la región.
“Si
la región no cambia el modelo de desarrollo y en particular se
posiciona hacia una transición energética sostenible, no se cumplirá con
la Agenda 2030
y sus 17 Objetivos de Desarrollo sostenible. Ello implica un cambio en
los tres pilares de esta Agenda, que son el económico, el social y el
ambiental”, remarcó la alta funcionaria de las Naciones Unidas.
Bárcena
indicó que existen nuevas oportunidades de transformación productiva
particularmente en México que tiene ya una base productiva mucho más
diversificada
que otros países de la región. Tiene retos como por ejemplo ampliar la
capacidad tecnológica para aumentar la productividad y establecer
cadenas de valor incluso con capacidad regional. Algunos ejemplos de
ello son la gestión de ciudades inteligentes; la expansión
de la electromovilidad, edificaciones e infraestructura sostenible;
agricultura sostenible y bioeconomía; economía circular; y el manejo de
la biodiversidad, particularmente en el Sureste mexicano, entre otras.
Para este fin, precisó que la participación del
sector privado para la región es fundamental, ya que representa el 75%
de la inversión total.
Sin
embargo, enfatizó que retomar una senda de mayor crecimiento en un
marco de sostenibilidad requiere una política de inversiones que no solo
pase por
invertir en maquinaria y equipo, sino que además se canalice hacia
sectores y actividades que tengan un mayor encadenamiento, y con claros
componentes ambientales. “Se requiere una política de inversiones con
objetivos verdes explícitos en la normativa (reducción
de emisiones, eficiencia en el uso de recursos naturales, protección y
mejora del medio ambiente, de la biodiversidad y promoción de la
sustentabilidad ambiental). Para este fin la CEPAL propone un nuevo
pacto social entre el Estado, el mercado y la sociedad,
para construir un desarrollo sostenible, más justo e igualitario, que
incluya políticas fiscales y productivas para el desarrollo sostenible”,
dijo.
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