- MODERADOR:
Y bueno, invito ahora al licenciado Arturo Herrera, subsecretario de
Hacienda y Crédito Público a que tome la palabra. Por favor.
- ARTURO HERRERA:
Muchísimas gracias. Empezar por agradecer la invitación y decir que
se encuentra uno muy a gusto. Y déjenme decirles por qué.
Como ustedes saben,
en México tenemos un proceso de transición muy largo, cinco meses
entre las elecciones y la toma de posesión, y es al mismo tiempo un
periodo que puede ser de mucha utilidad o un periodo que puede
generar confusión, y nosotros encontramos algunas áreas en la que
fue extraordinariamente productivo y probablemente la más productiva
fue en la relación y en el desarrollo de una agenda conjunta con los
bancos, con el sector financiero y, en particular, con la ABM.
De hecho muy
probablemente la primera reunión que se nos planteó fue una reunión
que nos propuso Marcos Martínez al Secretario, por supuesto tuvimos
una reunión con Marcos Martínez y su equipo, donde fue
extraordinariamente agradable y sorpresiva la actitud con la que
llegaron; en lugar de llegar y plantearlos qué es lo que el sector
quería y qué es lo que requería que el gobierno adoptara o
modificara para fortalecer el sector, lo que nos preguntaron es qué
es lo que necesitábamos el gobierno de la banca para apoyar el
programa de desarrollo del gobierno.
No nada más eso,
sino que llegaron con una propuesta muy concreta. Hicieron una
lectura de los cuales parecían ser las intenciones de política
pública del gobierno y prepararon una agenda a seis años que
alineara los objetivos.
Una de las buenas
noticias es que nuestros objetivos apuntaban en la misma dirección:
“Lo que fortalece a México, fortalece a los bancos, y lo que
fortalece a los bancos fortalece el desarrollo del país”. Así es
que empezamos por ahí una conversación donde nosotros planteamos
cuáles eran nuestras preocupaciones principales y empezamos a
dialogar sobre cómo el sector bancario podría ayudarnos a
abordarlos.
La preocupación
principal es una falta de crecimiento robusto en el país, un
crecimiento que ha estado alrededor entre el 2 y el 2.4 por ciento en
los últimos 30 años, y lo que nos preguntábamos es qué es lo que
teníamos que hacer y cómo el sector financiero podía contribuir a
ello.
Nosotros teníamos
una serie de diagnósticos con muchas variables que queríamos
abordar, pero tres de ellas que eran clarísimos en nuestra agenda.
La primera de ellas
era la falta de profundidad del sistema financiero en México, bajo
cualquier métrica lo que tenemos es un sistema financiero, incluido
el bancario extraordinariamente sólidos, pero que todavía necesita
crecer más para atender las necesidades de financiamiento del país,
un par de números para que vengan.
Tenemos alrededor
entre 143 y 147 empresas que cotizan en la Bolsa Mexicana de Valores.
No es muy diferente del número que teníamos hace 20 años.
Si lo vemos en la
parte de la inclusión financiera tenemos solamente que el 27 por
ciento de los adultos mexicanos tienen alguna cuenta bancaria
Así es que el reto
era: ¿Cómo hacemos este sector más dinámico para que podamos
hacer una transacción más eficiente de la vida económica del país?
La segunda
preocupación que teníamos es que una de las razones de la falta del
crecimiento es la falta de inversión. La inversión total donde la
inversión en el país es de alrededor del 23 por ciento, pero la
inversión pública, que es una inversión muy magra, es alrededor
del 2.7 por ciento.
Entonces, invertimos
poco, pero además tenemos mecanismos poco eficientes para financiar
la inversión. De acuerdo a las encuestas del Banco de México, la
mayor parte de las empresas reportan que su principal fuente de
financiamiento es el financiamiento de proveedores.
Entonces, uno de los primeros mensajes que compartimos con la ABM es:
Nosotros creemos que sea el sector Bancario, el sector Financiero el
que esté proveyendo de las oportunidades de créditos al sector
Productivo.
Y la tercera razón
que nosotros esgrimimos tenía que ver con la falta de oportunidades
en el mercado formal laboral.
México tiene un
mercado informal muy, muy alto.
La razón por la que
quería centrarme en estos tres problemas que queremos abordar, la
falta de profundidad del sistema financiero, la falta de inversión y
la informalidad, es porque estos tres problemas están
interconectados y el desarrollo del sistema bancario puede ayudar a
resolverlo.
Es decir, si tenemos
un sistema bancario más robusto vamos a encontrar mejores mecanismos
de apoyar la inversión.
Si tenemos un
sistema bancario con alta profundidad, lo que vamos a encontrar es
que los empleadores paguen a sus trabajadores a través del uso del
sistema bancario, un mecanismo financiero que haga transparente la
forma que se realiza y sea uno de los elementos que contribuirían a
disminuir la informalidad.
No solo empezamos a
trabajar de manera muy coordinada y muy constructiva con la ABM, sino
que muy pronto nos dimos cuenta que muchas de estas iniciativas eran
compartidas y habían estado siendo estudiadas ya por el propio Banco
de México.
Así es que
aprovechamos el periodo de transición y empezamos a trabajar en una
manera muy colaborativa en tres partes: el equipo que iba a entrar a
la Secretaría de Hacienda, el Banco de México, encabezado por
Alejandro Díaz de León y la ABM.
No es por eso
sorpresivo que uno de los primeros programas que lanzó en esta
administración de manera conjunta entre estas tres partes fue el
programa de fortalecimiento al sector financiero que lanzamos el
pasado 08 de enero, un programa extraordinariamente ambicioso, con
medidas que lo mismo apoyaban el desarrollo del mercado de pensiones,
el desarrollo del mercado de capitales, el desarrollo del mercado de
deuda, de medidas que tenían qué ver con la inclusión financiera.
Ha sido, me parece,
una experiencia extraordinariamente fructífera y lo que esperamos
que ayude a marcar el tono de lo que va a ser la colaboración futura
entre estos tres entes.
El tema de la falta
de formalidad en el mercado mexicano nos dimos cuenta que no es un
tema menor, no es nada más que la gente no pague impuestos o que la
gente no cotice al sector social, sino que tiene implicaciones más
profundas en muchas características.
Por ejemplo, para
que tengan una idea, la encuesta nacional, y como es natural, si
alguien no tiene un empleo formal probablemente no tiene un
comprobante de ingresos que sea aceptado en el sector financiero y en
el sector bancario, de acuerdo al ENIF hay cerca de 10 millones de
mexicanos que no pueden comprobar sus ingresos y que por lo tanto sus
posibilidades de tener acceso a créditos en el sector formal son
limitados; de hecho, hay 44 millones de mexicanos que nunca han
recibido un crédito formal.
Estos son el tipo de
problemas que tenemos que atacar conjuntamente, no solamente tiene
que ver con la actividad económica del sector empresarial, el
fortalecimiento y el desarrollo del sector bancario y de la
formalidad en el mercado laboral, se traducirá eventualmente en que
la gente tenga acceso en mejores condiciones al crédito al consumo,
créditos para las hipotecas, créditos para que puedan adquirir un
automóvil.
Es en ese sentido
también el desarrollo del sector bancario un tema de justicia
social, un tema en el que tenemos que trabajar todos de manera
conjunta.
Finalmente, quisiera
referirme a un tema que ha sido extraordinariamente retador y que es
un tema agridulce, porque nos presenta, por un lado, retos y
oportunidades muy claras. Creo que estamos ante una coyuntura muy
interesante y la banca y el sistema financiero en particular está
ante un parteaguas muy claro, un parteaguas yo diría histórico a
partir de los desarrollos de las nuevas tecnologías.
Por un lado, es una
oportunidad impresionante. Las nuevas tecnologías, y eso es algo de
lo que se nos ha prometido se nos va a anunciar en esta Convención
Bancaria, va a permitir lanzar de manera definitiva el uso de la
banca digital en México, la posibilidad de que se pueda pagar de
teléfono a teléfono.
Esta es una
iniciativa que nosotros hemos venido apoyando, pero que para ser
absolutamente honestos es algo que se ha hecho bajo el liderazgo del
Banco de México y la ABM. Nosotros creemos que es uno de los
desarrollos más prometedores que hay en el sector financiero.
Uno de los problemas
que nosotros ya teníamos era cómo poder pagar los propios programas
de beneficios sociales al beneficiario último, sin que tuviera que
hacer un pago en efectivo o pasar a través de un intermediario.
Las adopciones de
estas nuevas tecnologías va a permitir hacer esto realidad, como
todas las cosas, va a plantear también un reto; no se trata nada más
de hacer una transferencia electrónica sino que en las comunidades
más alejadas de México donde la escasez de población no permite
que exista una sucursal bancaria o un cajero automático, se pueda
crear un ecosistema donde la población, los habitantes, los negocios
locales acepten y utilicen como medio de pago la banca digital.
Pero si bien estas
nuevas tecnologías abren estas nuevas posibilidades, también
plantean algunos retos muy importantes, y probablemente el reto más
claro a la estabilidad del sistema financiero en los próximos años
tiene que ver con los ciberataques, y los ciberataques están
asociados al desarrollo tecnológico también. Es muy claro que la
tecnología sirve para cosas muy buenas y puede también ser
utilizada para cosas muy malas.
En este sentido, y
lo estamos abordando con mucha seriedad, la ABM, el Banco de México
y la Secretaría de Hacienda está trabajando de manera permanente
para asegurarnos de que estamos mitigando los riesgos de estos
ataques.
Quisiera finalmente
terminar señalando cuál es uno de los retos que yo diría más
importantes que tenemos en nuestro conjunto. Para hacer transacciones
financieras de una forma segura pero también para hacer muchos tipos
de trámites, lo que necesitamos en México es tener un estándar de
identificación nacional único.
Los estándares
aceptados hasta ahora, el más usual es la credencial del INE, no
cubre a toda la población, por definición cubre a toda la
población, por definición cubre solamente a la población de 18
años y más, esto plantea retos de seguridad en las transacciones
financieras, pero también plantea retos para aprobar la identidad,
incluso para aquellos que no son mayores de edad.
Vamos a estar
trabajando de manera conjunta junto con la Secretaría de
Gobernación, que es el órgano dentro del gobierno a través del
RENAPO de encargarse de la administración de lo que tiene que ver
con la identificación nacional en dos vías paralelas; por una,
tratar de asegurarnos que podemos encontrar una solución interina
que permita que los bancos con grandes estándares de seguridad
puedan identificar a los clientes y, por el otro lado, en un proyecto
de mucho más largo aliento para asegurarnos que podemos crear lo que
se llama una identificación fundacional; es decir, el hecho de que
cualquier mexicano desde el momento que nace tenga derecho a una
identificación.
Esto, me parece, nos
plantea hacia adelante una agenda muy interesante, muy exigente de
trabajo en conjunto la Secretaría de Hacienda, Banco de México y la
ABM, pero es una agenda en la que, si logramos avanzar y en la que si
obtenemos logros importantes, el mayor beneficiario va a ser el país.
Muchísimas gracias.
- MODERADOR:
Muchísimas gracias, Subsecretario, por esta extraordinaria
visión de futuro.
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