jueves, 21 de marzo de 2019

82 CONVENCIÓN BANCARIA “UNA VISIÓN DE FUTURO” Versión estenográfica Acapulco, Gro., 21 de marzo de 2019. Mensaje Subsecretario de Hacienda y Crédito Público, Arturo Herrera



- MODERADOR: Y bueno, invito ahora al licenciado Arturo Herrera, subsecretario de Hacienda y Crédito Público a que tome la palabra. Por favor.

- ARTURO HERRERA: Muchísimas gracias. Empezar por agradecer la invitación y decir que se encuentra uno muy a gusto. Y déjenme decirles por qué.

Como ustedes saben, en México tenemos un proceso de transición muy largo, cinco meses entre las elecciones y la toma de posesión, y es al mismo tiempo un periodo que puede ser de mucha utilidad o un periodo que puede generar confusión, y nosotros encontramos algunas áreas en la que fue extraordinariamente productivo y probablemente la más productiva fue en la relación y en el desarrollo de una agenda conjunta con los bancos, con el sector financiero y, en particular, con la ABM.

De hecho muy probablemente la primera reunión que se nos planteó fue una reunión que nos propuso Marcos Martínez al Secretario, por supuesto tuvimos una reunión con Marcos Martínez y su equipo, donde fue extraordinariamente agradable y sorpresiva la actitud con la que llegaron; en lugar de llegar y plantearlos qué es lo que el sector quería y qué es lo que requería que el gobierno adoptara o modificara para fortalecer el sector, lo que nos preguntaron es qué es lo que necesitábamos el gobierno de la banca para apoyar el programa de desarrollo del gobierno.

No nada más eso, sino que llegaron con una propuesta muy concreta. Hicieron una lectura de los cuales parecían ser las intenciones de política pública del gobierno y prepararon una agenda a seis años que alineara los objetivos.

Una de las buenas noticias es que nuestros objetivos apuntaban en la misma dirección: “Lo que fortalece a México, fortalece a los bancos, y lo que fortalece a los bancos fortalece el desarrollo del país”. Así es que empezamos por ahí una conversación donde nosotros planteamos cuáles eran nuestras preocupaciones principales y empezamos a dialogar sobre cómo el sector bancario podría ayudarnos a abordarlos.

La preocupación principal es una falta de crecimiento robusto en el país, un crecimiento que ha estado alrededor entre el 2 y el 2.4 por ciento en los últimos 30 años, y lo que nos preguntábamos es qué es lo que teníamos que hacer y cómo el sector financiero podía contribuir a ello.

Nosotros teníamos una serie de diagnósticos con muchas variables que queríamos abordar, pero tres de ellas que eran clarísimos en nuestra agenda.

La primera de ellas era la falta de profundidad del sistema financiero en México, bajo cualquier métrica lo que tenemos es un sistema financiero, incluido el bancario extraordinariamente sólidos, pero que todavía necesita crecer más para atender las necesidades de financiamiento del país, un par de números para que vengan.

Tenemos alrededor entre 143 y 147 empresas que cotizan en la Bolsa Mexicana de Valores. No es muy diferente del número que teníamos hace 20 años.

Si lo vemos en la parte de la inclusión financiera tenemos solamente que el 27 por ciento de los adultos mexicanos tienen alguna cuenta bancaria

Así es que el reto era: ¿Cómo hacemos este sector más dinámico para que podamos hacer una transacción más eficiente de la vida económica del país?

La segunda preocupación que teníamos es que una de las razones de la falta del crecimiento es la falta de inversión. La inversión total donde la inversión en el país es de alrededor del 23 por ciento, pero la inversión pública, que es una inversión muy magra, es alrededor del 2.7 por ciento.

Entonces, invertimos poco, pero además tenemos mecanismos poco eficientes para financiar la inversión. De acuerdo a las encuestas del Banco de México, la mayor parte de las empresas reportan que su principal fuente de financiamiento es el financiamiento de proveedores.

Entonces, uno de los primeros mensajes que compartimos con la ABM es: Nosotros creemos que sea el sector Bancario, el sector Financiero el que esté proveyendo de las oportunidades de créditos al sector Productivo.

Y la tercera razón que nosotros esgrimimos tenía que ver con la falta de oportunidades en el mercado formal laboral.

México tiene un mercado informal muy, muy alto.

La razón por la que quería centrarme en estos tres problemas que queremos abordar, la falta de profundidad del sistema financiero, la falta de inversión y la informalidad, es porque estos tres problemas están interconectados y el desarrollo del sistema bancario puede ayudar a resolverlo.

Es decir, si tenemos un sistema bancario más robusto vamos a encontrar mejores mecanismos de apoyar la inversión.

Si tenemos un sistema bancario con alta profundidad, lo que vamos a encontrar es que los empleadores paguen a sus trabajadores a través del uso del sistema bancario, un mecanismo financiero que haga transparente la forma que se realiza y sea uno de los elementos que contribuirían a disminuir la informalidad.

No solo empezamos a trabajar de manera muy coordinada y muy constructiva con la ABM, sino que muy pronto nos dimos cuenta que muchas de estas iniciativas eran compartidas y habían estado siendo estudiadas ya por el propio Banco de México.

Así es que aprovechamos el periodo de transición y empezamos a trabajar en una manera muy colaborativa en tres partes: el equipo que iba a entrar a la Secretaría de Hacienda, el Banco de México, encabezado por Alejandro Díaz de León y la ABM.

No es por eso sorpresivo que uno de los primeros programas que lanzó en esta administración de manera conjunta entre estas tres partes fue el programa de fortalecimiento al sector financiero que lanzamos el pasado 08 de enero, un programa extraordinariamente ambicioso, con medidas que lo mismo apoyaban el desarrollo del mercado de pensiones, el desarrollo del mercado de capitales, el desarrollo del mercado de deuda, de medidas que tenían qué ver con la inclusión financiera.

Ha sido, me parece, una experiencia extraordinariamente fructífera y lo que esperamos que ayude a marcar el tono de lo que va a ser la colaboración futura entre estos tres entes.

El tema de la falta de formalidad en el mercado mexicano nos dimos cuenta que no es un tema menor, no es nada más que la gente no pague impuestos o que la gente no cotice al sector social, sino que tiene implicaciones más profundas en muchas características.

Por ejemplo, para que tengan una idea, la encuesta nacional, y como es natural, si alguien no tiene un empleo formal probablemente no tiene un comprobante de ingresos que sea aceptado en el sector financiero y en el sector bancario, de acuerdo al ENIF hay cerca de 10 millones de mexicanos que no pueden comprobar sus ingresos y que por lo tanto sus posibilidades de tener acceso a créditos en el sector formal son limitados; de hecho, hay 44 millones de mexicanos que nunca han recibido un crédito formal.

Estos son el tipo de problemas que tenemos que atacar conjuntamente, no solamente tiene que ver con la actividad económica del sector empresarial, el fortalecimiento y el desarrollo del sector bancario y de la formalidad en el mercado laboral, se traducirá eventualmente en que la gente tenga acceso en mejores condiciones al crédito al consumo, créditos para las hipotecas, créditos para que puedan adquirir un automóvil.

Es en ese sentido también el desarrollo del sector bancario un tema de justicia social, un tema en el que tenemos que trabajar todos de manera conjunta.

Finalmente, quisiera referirme a un tema que ha sido extraordinariamente retador y que es un tema agridulce, porque nos presenta, por un lado, retos y oportunidades muy claras. Creo que estamos ante una coyuntura muy interesante y la banca y el sistema financiero en particular está ante un parteaguas muy claro, un parteaguas yo diría histórico a partir de los desarrollos de las nuevas tecnologías.

Por un lado, es una oportunidad impresionante. Las nuevas tecnologías, y eso es algo de lo que se nos ha prometido se nos va a anunciar en esta Convención Bancaria, va a permitir lanzar de manera definitiva el uso de la banca digital en México, la posibilidad de que se pueda pagar de teléfono a teléfono.

Esta es una iniciativa que nosotros hemos venido apoyando, pero que para ser absolutamente honestos es algo que se ha hecho bajo el liderazgo del Banco de México y la ABM. Nosotros creemos que es uno de los desarrollos más prometedores que hay en el sector financiero.

Uno de los problemas que nosotros ya teníamos era cómo poder pagar los propios programas de beneficios sociales al beneficiario último, sin que tuviera que hacer un pago en efectivo o pasar a través de un intermediario.

Las adopciones de estas nuevas tecnologías va a permitir hacer esto realidad, como todas las cosas, va a plantear también un reto; no se trata nada más de hacer una transferencia electrónica sino que en las comunidades más alejadas de México donde la escasez de población no permite que exista una sucursal bancaria o un cajero automático, se pueda crear un ecosistema donde la población, los habitantes, los negocios locales acepten y utilicen como medio de pago la banca digital.

Pero si bien estas nuevas tecnologías abren estas nuevas posibilidades, también plantean algunos retos muy importantes, y probablemente el reto más claro a la estabilidad del sistema financiero en los próximos años tiene que ver con los ciberataques, y los ciberataques están asociados al desarrollo tecnológico también. Es muy claro que la tecnología sirve para cosas muy buenas y puede también ser utilizada para cosas muy malas.

En este sentido, y lo estamos abordando con mucha seriedad, la ABM, el Banco de México y la Secretaría de Hacienda está trabajando de manera permanente para asegurarnos de que estamos mitigando los riesgos de estos ataques.

Quisiera finalmente terminar señalando cuál es uno de los retos que yo diría más importantes que tenemos en nuestro conjunto. Para hacer transacciones financieras de una forma segura pero también para hacer muchos tipos de trámites, lo que necesitamos en México es tener un estándar de identificación nacional único.

Los estándares aceptados hasta ahora, el más usual es la credencial del INE, no cubre a toda la población, por definición cubre a toda la población, por definición cubre solamente a la población de 18 años y más, esto plantea retos de seguridad en las transacciones financieras, pero también plantea retos para aprobar la identidad, incluso para aquellos que no son mayores de edad.

Vamos a estar trabajando de manera conjunta junto con la Secretaría de Gobernación, que es el órgano dentro del gobierno a través del RENAPO de encargarse de la administración de lo que tiene que ver con la identificación nacional en dos vías paralelas; por una, tratar de asegurarnos que podemos encontrar una solución interina que permita que los bancos con grandes estándares de seguridad puedan identificar a los clientes y, por el otro lado, en un proyecto de mucho más largo aliento para asegurarnos que podemos crear lo que se llama una identificación fundacional; es decir, el hecho de que cualquier mexicano desde el momento que nace tenga derecho a una identificación.

Esto, me parece, nos plantea hacia adelante una agenda muy interesante, muy exigente de trabajo en conjunto la Secretaría de Hacienda, Banco de México y la ABM, pero es una agenda en la que, si logramos avanzar y en la que si obtenemos logros importantes, el mayor beneficiario va a ser el país.

Muchísimas gracias.

- MODERADOR: Muchísimas gracias, Subsecretario, por esta extraordinaria visión de futuro.

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