*“La
organización ha sido mi vida”
Nicolás Romero, México.- José Antonio
Hernández es un joven que habita en este municipio. Desde niño presentó un
problema para caminar y hoy gracias al Movimiento Antorchista, su calidad de
vida ha cambiado de manera significativa gracias a que la organización le
brindó el recurso necesario para someterse a una cirugía de la cual se recupera
favorablemente.
Cuenta con una silla de ruedas, también
gestionada por Antorcha, para que su convalecencia sea más llevadera y pueda
salir a hacer recorridos con sus compañeros de lucha. “Antorcha es una familia
donde, sin mirar las condiciones, ayuda a la gente que realmente lo necesita y
a los compañeros que participamos”. Relata que es visitado por sus camaradas
quienes le ayudan para salir y así distraerse por ratos.
En la organización ha encontrado un
ideal y un sentido de pertinencia, para forjarlo, se ha requerido de tiempo.
“Yo conozco al Movimiento Antorchista desde que tengo memoria. Mi madrina de
bautizo es pleno de la colonia Cárdenas del Río, en Atizapán de Zaragoza y a
través de ella, mis padres y yo nos acercamos a la organización con la
intención de mejorar las condiciones de vida que nosotros teníamos en ese
entonces”.
Pero fue en las escuelas adheridas a
Antorcha donde adquirió esa conciencia que caracteriza a quienes integran a la
organización social más grande de México. “Mi primera experiencia con Antorcha
fue a través de la escuela. Toda mi vida he estado en escuelas que están
adheridas a la organización y he recibido una educación de manera distinta que
nos ha mostrado la desigualdad que hay. Estos últimos años dentro de la
preparatoria tuve un acercamiento más marcado que fue pertenecer a la
Federación Nacional de Estudiantes Revolucionarios Rafael Ramírez; un
movimiento estudiantil que existe en nuestras secundarias y preparatorias que
me permitió formar parte de una estructura como tal dentro del Movimiento
Antorchista. Con el tiempo, asumí el compromiso del activismo y en la
actualidad hago labor popular en una zona semi campesina en Cahuacán”.
Con su actitud y la labor que le
respaldaba, se presentó la oportunidad para llevar a cabo esta intervención tan
necesaria para él. “Hace algunos meses se me presentó la oportunidad y pues, de
momento me parecía algo increíble el hecho de contar con los recursos
necesarios para la cirugía, pero, cuando uno entiende las necesidades de estar
dentro de la organización y la importancia de lo que nosotros hacemos,
accedimos a que se llevara a cabo y gracias a la organización esto fue
posible”. Por ahora continúa en su proceso de recuperación, que será
aproximadamente de cuatro meses y medio pero regresará con entusiasmo a seguir
su labor en favor del cambio social.
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