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Hay
ánimo y gran interés de productores de maíz y otros granos por elevar
rendimientos protegiendo sus suelos; técnicos y jóvenes trabajan juntos
apoyando
a los productores.
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En
visita a Villa Victoria, EdoMex, se observan prácticas de diálogo y
enseñanza para producir más y mejor; refrenda el subsecretario Víctor
Suárez el compromiso
con la autosuficiencia alimentaria.
La estrategia de
acompañamiento técnico del programa Producción para el Bienestar de la
Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural avanza a escala nacional
con la promoción
de prácticas sustentables, aprovechamiento de insumos presentes en las
regiones, incremento de los rendimientos por hectárea y mejoras en las
condiciones de los suelos.
Así productoras y
productores de diversas zonas del país observan ya efectos positivos, y
son claras las expectativas de un aumento en la producción de maíz y
otros granos, con
crecimientos paulatinos y firmes en los años próximos, afirmó el
subsecretario de Autosuficiencia Alimentaria, Víctor Suárez Carrera.
La estrategia de
acompañamiento técnico se realiza en 16 regiones del país, integradas
por 80 territorios (en la península de Yucatán, Tabasco, Chiapas,
Oaxaca, Puebla, Tlaxcala,
Veracruz, Hidalgo, Guerrero, Estado de México, Morelos, Guanajuato,
Michoacán, Querétaro, Colima, Jalisco, Nayarit, Durango, San Luis
Potosí, Zacatecas, Chihuahua, Tamaulipas y Sinaloa).
En esos territorios,
dijo, coordinadores regionales, técnicos sociales y agroecológicos, así
como promotores comunitarios (Jóvenes Construyendo el Futuro, JCF)
trabajan con los
productores de maíz (47 territorios del total de 80), de frijol, trigo,
arroz y milpa en un esquema que los hace transitar hacia prácticas
sustentables, agroecológicas y resilientes ante el cambio climático.
Muchos de esos productores son de autoconsumo, pero otros generan excedentes para el mercado.
“Esta estrategia es
fundamental y crítica para avanzar en el camino de la autosuficiencia
alimentaria, que es un reto de la Cuarta Transformación, y lo hacemos
con sustentabilidad,
con respeto del medio ambiente y permitiendo que los productores y sus
familias se alimenten con productos sanos y sin contaminar sus tierras y
que se genere una oferta saludable para toda la población”, afirmó
Suárez Carrera.
El coordinador de la
Región 10 (que abarca municipios de Hidalgo, Morelos y Estado de
México), Rogelio Primero Sarmiento, detalló que los técnicos y
promotores comunitarios cumplen
tareas, desde fortalecer la auto organización de los productores hasta
propiciar el diálogo en Módulos de Intercambio de Conocimientos e
Innovación (MICI) y Escuelas de Campo, donde se conjuntan los saberes
campesinos con el conocimiento científico y donde
se comparten experiencias y prácticas.
“Vamos implementando
técnicas y prácticas agroecológicas que nos ayudan a elevar la
producción, y al mismo tiempo cuidando que los alimentos sean sanos y no
tener impactos negativos
en el medio ambiente”, subrayó.
En el marco de una
visita al municipio de Villa Victoria, Estado de México, funcionarios de
la Subsecretaría de Autosuficiencia Alimentaria observaron una práctica
de Escuela
de Campo en la localidad de Laguna Seca.
Participaron más de 150
productores de maíz provenientes de seis municipios mexiquenses y
becarios de JCF que laboran en el municipio de Ixmiquilpan, Hidalgo.
En la localidad de San
Luis el Alto, técnicos y un productor innovador residente del lugar
mostraron a más de 60 productores la forma de preparar un caldo
sufocálcico (sopa mineral
útil para controlar enfermedades ocasionadas por hongos en los
cultivos).
Leopoldo Martínez,
técnico agroecológico y quien trabaja con 70 becarios de JCF de
Ixmiquilpan, señaló que parte sustancial de su labor es capacitar a los
jóvenes en prácticas
agroecológicas.
“Es un esquema que
aprovecha los insumos y elementos que tenemos dentro de las comunidades,
pues autosuficiencia alimentaria se refiere no solo a los alimentos que
producimos,
sino también a que debemos aprovechar los insumos que tenemos en
nuestro propio ecosistema”, refirió.
Érika Flores, Irene
Roldán y René Hernández, becarios de JCF de Ixmiquilpan, relataron su
trabajo en la tierra, donde incorporan saberes ancestrales.
“Sembramos maíz de
forma natural, sin tanto agroquímico. En las prácticas que tenemos con
nuestro técnico estamos por hacer un bocashi (abono orgánico sólido) y
para ello ocuparemos
ceniza, carbón, estiércol y pulque, que es propio de nuestra región y
tiene microorganismos que permiten que se fermente la materia. Todos
estos materiales se mezclan para obtener un buen abono”, indicaron.
Comentaron que los
productores tienen ciertos conocimientos (como el uso del estiércol) y
los aportan en el diálogo para tomar decisiones sobre cómo cultivar sus
tierras, pero
“a nosotros nos enseñan que el pulque puede ser utilizado y nosotros
les enseñamos a los productores”.
Rogelio Primero, quien
en su región atiende a unos dos mil productores, por medio de técnicos
agroecológicos, afirma: “sí, podemos elevar los rendimientos de una
manera importante;
si se pueden mejorar conservando los recursos; es un trabajo de largo
plazo, pero estamos sentando las bases para que dentro de tres o cuatro
años avancemos en la autosuficiencia de maíz, frijol, arroz trigo y
milpa”.
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