(24 de enero, 2020)
La
desigualdad es la causa estructural del malestar social en la región.
Por ello, necesitamos avanzar de la cultura de los privilegios a la
cultura de igualdad y la inclusión social, afirmó Alicia Bárcena,
Secretaria Ejecutiva de la Comisión Económica para América Latina y el
Caribe (CEPAL), en la reunión del Foro Económico Mundial 2020 que
culminó hoy en Davos, Suiza.
La
alta funcionaria de las Naciones Unidas participó durante la semana en
diversas
sesiones del Foro global, en las que abordó el origen y la persistencia
de la desigualdad en los países de la región, así como el impacto que,
asociada al bajo crecimiento, esta tiene en el desarrollo, la
innovación, la inclusión y la productividad. También
subrayó la importancia de la inversión pública y privada para potenciar
la diversificación productiva, la infraestructura y la integración
regional.
“Las
protestas en la región tienen un hilo común que es la desigualdad y
pueden convertirse en una oportunidad para
el cambio social. A partir de las movilizaciones hemos visto cómo
algunos gobiernos han accedido a avanzar en mejoras estructurales a
bienes públicos esenciales, como salud, educación, pensiones y
transporte”, afirmó Alicia Bárcena durante una intervención
en la sesión sobre Cómo convertir
la protesta en progreso (How to Turn Protest into Progress), celebrada el jueves 23 en Davos.
Junto
a la Secretaria Ejecutiva de la CEPAL participaron en el panel Craig
Francourt, de Global Shaper, Victoria Hub;
Micah White, activista y co-creador de Occupy Wall Street, y William F.
Browder, Director General de Hermitage Capital Management. La sesión
fue moderada por James Harding, co-fundador y editor de Tortoise Media.
Durante su intervención, Bárcena subrayó que hay un desencanto social que se manifiesta principalmente en los más jóvenes
de la región, debido a que se generaron expectativas que no han sido cumplidas.
Asimismo, destacó la importancia del respeto por los derechos humanos y el derecho a la protesta, y llamó a construir
nuevos pactos sociales con miras a garantizar el bien público.
“Muchos países no contemplan el derecho a la protesta. En las Naciones Unidas defendemos los derechos humanos, la igualdad,
la justicia y las voces de los que no tienen voz”, señaló.
La máxima representante de la CEPAL participó también en una sesión titulada
América Latina: Respondiendo a las nuevas expectativas (Latin
America: Responding to New Expectations) donde enfatizó que la gran
fábrica de la desigualdad en la región es la enorme heterogeneidad
estructural.
Por ello, dijo, es urgente avanzar en la construcción de Estados de Bienestar, basados en derechos y en la igualdad,
que otorguen acceso a protección social y a bienes públicos de calidad, como salud y educación, vivienda y transporte.
Alicia
Bárcena advirtió sobre el crecimiento de los estratos de ingresos
medios en
la región, que continúan experimentando diversas carencias y
vulnerabilidades, tanto en relación con sus ingresos como en el
ejercicio de sus derechos.
“El 76,8% de la población de la región pertenece a los estratos de ingresos bajo y
medio-bajo, que vive con un ingreso inferior a tres líneas de pobreza”, alertó.
Precisó
que a 2017, más de la mitad de la población adulta (52%) de los
estratos medios
no había completado 12 años de escolaridad, mientras que el 36,6% tenía
ocupaciones con un alto riesgo de informalidad y precariedad. Además,
el 44,7% de las personas económicamente activas de los estratos medios
no están afiliados o no cotizan en un sistema
de pensiones.
“Es
urgente avanzar hacia una cultura de la igualdad en la región a través
de políticas
universales de inclusión social y laboral que contribuyan a aumentar
las capacidades humanas, la productividad y el crecimiento económico, a
la vez que instalan una cultura de derechos y de ciudadanía social”,
concluyó.
Las
actividades de la Secretaria Ejecutiva de la CEPAL en el Foro Económico
Mundial 2020 incluyeron una
serie de reuniones bilaterales y otras actividades públicas y privadas.
En varias de ellas, Alicia Bárcena abordó los alcances del
Plan de Desarrollo
Integral para El Salvador, Guatemala, Honduras y el sur-sureste de México,
una propuesta innovadora que busca crear un espacio de desarrollo
sostenible
estimulando el crecimiento económico, promoviendo el acceso universal a
los derechos sociales, impulsando la resiliencia al cambio climático y
garantizando los derechos durante todo el ciclo migratorio.
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