El gobierno federal reportó un subejercicio del gasto de 3.5% en
enero-septiembre de 2019. La meta de 1.0% del PIB para el balance primario de
2019 permite estimar que dicha meta será cumplida.
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Los
indicadores adelantados de la manufactura estadounidense hacen prever un menor
dinamismo de la manufactura mexicana en los siguientes meses. La materialización de este riesgo
externo podría retrasar la recuperación del crecimiento económico de México prevista
para el siguiente año.
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Se
perciben señales de tensión sobre el mercado laboral. La creación de empleo continuará mostrando
debilidad en lo que resta del año con tasas anuales de crecimiento de 1.7%
promedio.
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La
institución anticipa que la inflación continúe descendiendo hacia el cierre del
año hasta 2.7%, con la inflación subyacente ubicándose en 3.5%. Para 2020 mantiene sin cambios sus
previsiones de 3.5 y 3.3%, respectivamente.
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Respecto
a la política monetaria, se anticipa que al ciclo de bajadas le queda un recorte adicional de 25pb en
diciembre y cinco más en 2020 para llevar la tasa monetaria a un nivel de 6.0%
en agosto.
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Se
prevé que el Saldo Histórico de los Requerimientos Financieros del Sector
Público permanecerá estable en niveles de 45.7 y 46.2% del PIB
en 2019 y 2020, respectivamente.
BBVA
México destaca en su Informe “Situación México”, correspondiente al cuarto trimestre
de 2019, que la anticipada debilidad de la actividad manufacturera
estadounidense continuará afectando al crecimiento económico del país en los
primeros meses de 2020. El estudio señala la contribución negativa del IVA e
ISR al dinamismo de los ingresos tributarios durante el periodo enero-octubre
de 2019. Asimismo, el documento establece que en dicho lapso se crearon 30.9%
menos empleos formales con respecto a los registrados en el mismo periodo del
año anterior.
La actividad económica mostró un
estancamiento en los primeros nueve meses de 2019 con respecto al mismo lapso
de 2018
Las cifras
revisadas del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) registran
un nulo crecimiento económico en el 3T19, después de tres trimestres de
variación negativa (TaT).
Así, la
economía acumula un crecimiento nulo en los primeros nueve meses del año tras
un crecimiento de 2.4% en el mismo periodo del año anterior. Este estancamiento
es resultado del bajo desempeño del sector industrial, especialmente de la
construcción, y la ralentización del sector servicios.
Hacia delante
se prevé que se mantengan los riesgos para la industria asociados al sector
externo y al entorno de incertidumbre derivado del proceso de toma de
decisiones de la administración federal. Si bien la manufactura ha mostrado
resiliencia ante la desaceleración del sector manufacturero en EE.UU., en los
próximos meses el bajo dinamismo de este componente de la actividad podría
profundizarse ante el reciente deterioro de los indicadores adelantados del
sector industrial en EE.UU.
A la
persistencia del desfavorable desempeño del sector secundario se suma la
previsión de BBVA México de un lento crecimiento en el sector servicios que
hasta la primera mitad del año se había mantenido como ancla de la actividad
económica. La tendencia decreciente en la creación de empleo formal como
resultado de la menor actividad en la industria ha impactado negativamente la
provisión de servicios y el comercio, especialmente el dirigido a las empresas
y, en menor medida, el minorista. Hacia delante se espera una lenta
recuperación de este componente, en la medida en que el entorno de
incertidumbre se disipe y el sector industrial se recupere paulatinamente hacia
la segunda mitad de 2020.
De enero a
octubre de este año, la creación de empleo formal fue 30.9% menor con respecto al
mismo periodo de 2018. Dado el contexto de bajo o nulo crecimiento económico se
prevé que los últimos tres meses del año las tasas anuales de creación de
empleo rondarán 1.7% en promedio al mes y el crecimiento del salario real 3.3%.
Los niveles de desempleo y de presión general sobre el mercado laboral
presentan un cambio de tendencia creciente, lo cual da señales de mayor presión
sobre el empleo.
La
inflación continúa descendiendo; BBVA México anticipa que al ciclo de reducción
de tasas de Banxico le queda mucho recorrido
Por supuesto, la inflación ha mostrado una marcada tendencia a la baja
desde mayo. En octubre se ubicó en 3.0% (el objetivo del Banco de México), y es
previsible que muestre un descenso adicional hasta 2.7% al cierre de este año.
Por su parte, la inflación subyacente ha descendido más lentamente, pero lo ha
hecho de forma consecutiva en los últimos cinco meses y es previsible que
cierre el año en 3.5%. Para 2020, se prevé que la inflación continuará
evolucionando favorablemente y se mantienen sin cambios las previsiones de
cierre de año en 3.5% para la inflación general y 3.3% para la subyacente. Se
anticipa que la inflación general promediará 3.4% en 2020, comparado con el
previsto de 3.6% en 2019, y que la inflación subyacente promediará 3.4% en 2020
frente al promedio anticipado de 3.7% en 2019.
En cuanto a la política monetaria, el inicio del ciclo de bajadas no se
ha traducido aún en una postura menos restrictiva por parte de Banxico. El
banco central ha mantenido, en la opinión de BBVA México, una postura monetaria
excesivamente restrictiva dado el contexto de inflación, crecimiento, tipo de
cambio y los riesgos para estas variables.
¿Por qué Banxico ha mantenido un enfoque tan cauteloso y una postura tan
restrictiva? Para la institución, Banxico considera que el principal factor
detrás de la reciente fortaleza del peso es el elevado diferencial de las tasas
de interés entre México y EE.UU. Ello se ha traducido en que Banxico haya
decidido mantener prácticamente estable en 5.75% durante 2018 y 2019 el
diferencial entre la tasa monetaria y la tasa de fondos federales de EE.UU.
Ello implica que Banxico ha “acompañado” las decisiones de política monetaria
de la Reserva Federal en los últimos dos años a pesar de que las posturas de la
política monetaria en ambos países son distintas (restrictiva en México y
acomodaticia en EE.UU.) y a que con las condiciones locales se podría
argumentar que la postura debiera ser laxa o neutral y no restrictiva. Ante
esto, el caso para una postura menos restrictiva es cada vez más claro.
¿Qué se prevé hacia delante? Que Banxico mantendrá una postura cautelosa
y no llevará su postura monetaria a un nivel acomodaticio en 2020. No obstante,
en un contexto de inflación controlada y una brecha de producto negativa y
significativa, será necesaria una reducción sin pausa en la tasa monetaria que
lleve la postura monetaria a la neutralidad en el verano del próximo año. Así,
el ciclo de bajadas de la tasa monetaria tiene aún mucho recorrido. Banxico no
había mantenido una tasa de política monetaria tan alta con una inflación
general tan baja y con una desaceleración de la inflación subyacente en
periodos previos. Además, la postura monetaria ni siquiera se ha vuelto menos
restrictiva después de los tres recortes de tasas de 25 puntos base (pb), ya
que las expectativas de inflación a 12 meses han disminuido más de 0.5 puntos
porcentuales.
La postura de la política monetaria, que sigue siendo excesivamente
restrictiva, está afectando el crecimiento económico y, lo que es más
importante, no es coherente con el contexto de inflación, crecimiento y
riesgos.
Banxico debería embarcarse en un ciclo de relajación prolongado que
cuando menos lleve su postura a la neutralidad. Por ello, se prevé que
recortará la tasa monetaria 25pb en cada una de las próximas seis reuniones,
llevándola a 7.25% en diciembre de este año y a 6.0% en agosto de 2020.
El gobierno
federal mantuvo mayor disciplina de gasto en los rubros más directamente bajo
su control
En materia de finanzas
públicas, los ingresos presupuestarios totales del sector público mostraron un
decremento anual real de 0.3% en el periodo enero-octubre de 2019 con respecto
al mismo periodo del año anterior. Los ingresos no tributarios (incluyendo los
ingresos petroleros del gobierno federal) mostraron un retroceso anual real de
16.0% en este periodo. Cabe mencionar que el IEPS gasolinas y diésel aportó 3.6
puntos porcentuales a la variación anual real de 1.6% observada en los ingresos
tributarios. Esta contribución positiva fue contrarrestada por la aportación
negativa del IVA e ISR de 1.0 y 0.7 puntos porcentuales, respectivamente.
La institución estima que
existe un riesgo en caso de que se presenten aumentos en los precios
internacionales del petróleo y se decida no traspasarlos a los precios
domésticos en las gasolinas ya que eso resultaría en una contracción en los
ingresos por concepto de IEPS de gasolinas que impactaría negativamente a las
finanzas públicas.
En lo referente al gasto
neto erogado por el sector público en el periodo enero-octubre de 2019, éste
registró una caída anual real de 2.2%. Ello se debió en mayor medida al rubro
del gasto programable (con una participación de 73.0% en el total del gasto
neto pagado del sector público en el periodo enero-octubre de 2019), el cual
mostró una contracción anual real de 2.3% en dicho periodo. Al interior de este
gasto, cabe destacar que los recortes al gasto corriente explican 100.0% de
dicha contracción. Por su parte, el gasto no programable exhibió un retroceso
anual real de 1.9% en enero-octubre de 2019.
Es importante reconocer
que las participaciones federales, las pensiones públicas y el costo financiero
de la deuda pública continuaron presionando a las finanzas públicas en el
periodo enero-octubre de 2019. No obstante, cálculos de BBVA muestran que, sin
la inversión financiera y los rubros de gasto mencionados, el resto del gasto
experimentó un mayor decremento al haber exhibido una contracción anual real de
8.8% durante dicho periodo. La mayor caída anual real experimentada por este
concepto más limitado de gasto señala un esfuerzo del gobierno federal aún
mayor por mantener cierta disciplina financiera en los rubros más directamente
bajo su control.
En el periodo
enero-octubre de 2019, el balance primario del sector público registró un monto
de 296.5 mil millones de pesos vs. 156.2 mil millones de pesos en el mismo
lapso de 2018. El superávit primario se debió en gran medida al balance
positivo de 209.8 mil millones de pesos de organismos y empresas, el cual fue
apoyado por el balance positivo de 61.2 mil millones de pesos del gobierno
federal. Por lo anterior, BBVA prevé que se cumplirá con la meta de 1.0% del
PIB para el superávit primario de este año.
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