I.- Introducción
México es el país
que más exporta en América Latina, con una alta concentración en
Norteamérica.
Resulta estratégico
emprender políticas para diversificar mercados y productos, e
incrementar el componente nacional de las exportaciones.
La fortaleza del
intercambio con Norteamérica, no debe ser razón para ignorar otras
oportunidades.
II.- Diagnóstico
México ha
fortalecido su comercio exterior en las últimas décadas. Desde la
entrada al GATT en 1986 a la fecha, las exportaciones como porcentaje
del PIB se duplicaron, alcanzando el 30%.
El USCAM (T-MEC)
firmado por México, Estados Unidos y Canadá en Noviembre de 2018, y
que en México ya concluyó su proceso de ratificación, permitirá
dar continuidad al proceso de integración comercial de Norteamérica,
que inició hace décadas con el NAFTA (TLCAN).
Además, México se
ha convertido en uno de los países más abiertos a nivel
internacional. Pasó de tener un solo tratado de libre comercio con
dos países en 1994, a tener 11 tratados que incluyen 46 países y un
mercado de 1,200 millones de personas.
Las exportaciones
mexicanas se han diversificado de forma significativa. Mientras que
en la década de los ochenta el 70 por ciento del valor de las
exportaciones correspondía a productos petroleros, ahora el 88 por
ciento corresponde al sector manufacturero.
Esto resultó en el
apuntalamiento de ciertos sectores industriales de medio y alto valor
agregado como el automotriz, eléctrico y aeroespacial.
Así mismo, entre el
2005 y 2015, México aumentó su participación en cadenas globales
de valor en 6.3 por ciento, lo que significó un crecimiento mayor al
de Brasil o Perú e igual al de Corea del Sur.
Como resultado, la
Organización Mundial del Comercio ubicó a México como la treceava
potencia mundial exportadora y la primera de América Latina. De
hecho, el País exporta el 42 por ciento del total de la región, lo
que nos sitúa muy por encima de Brasil que ocupa el segundo lugar
con 22 por ciento.
A pesar de esa
fortaleza exportadora, México ha venido experimentado una
disminución en la balanza comercial. En específico, el déficit de
la cuenta corriente aumentó como porcentaje del PIB en los últimos
años, pasando de 0.5 por ciento en el años 2010 a 1.7 por ciento en
2016.
Las recientes
amenazas de Estados Unidos de imponer de forma súbita medidas
arancelarias a México, y la vulnerabilidad que se hizo manifiesta
para el País, reafirma la necesidad de diversificar los mercados.
Las exportaciones a
ese país se acercan al 80 por ciento del total de México, mientras
que Canadá y Alemania, que ocupan las siguientes posiciones en razón
de su cuantía, solo representan el 3 y 2 por ciento.
Es evidente que
nuestro País puede hacer más para impulsar más productos a más
mercados, pero para denotar ese proceso, es necesario implementar
algunas medidas de política pública.
III. Propuestas para
exportar más
El esfuerzo
exportador es una tarea continua que involucra acciones de los
sectores público y privado, e incluso de la Academia.
Sin embargo, hay
políticas públicas cuya aplicación es evidente y no debe
postergarse.
1.- Otorgar
certidumbre a la inversión exportadora.
La estabilidad de
las leyes, instituciones y programas relacionados con la exportación,
juegan un papel fundamental para detonar o inhibir, según el caso,
la inversión internacional hacia México que tiene como propósito
el desarrollo de capacidades de exportación.
La apertura de
sectores (como el energético), la estabilidad del sistema fiscal
(especialmente sobre el IVA e ISR), la gradualidad en los ajustes
laborales y salariales, son determinantes para el crecimiento del
sector exportador.
2.- Fortalecer
agrupamientos industriales.
El Gobierno Federal
debe promover el fortalecimiento e integración vertical de clústers,
especialmente en los sectores donde las empresas mexicanas han
demostrado gran competitividad internacional, tales como el
automotriz, de autopartes, aeronáutico, electrónico y
agroinsutrial.
Ya hay algunos
esfuerzos iniciales en la Oficina de la Presidencia que podrían
potenciarse en el corto plazo.
3.- Acrecentar
integración nacional.
Una debilidad clara
de la oferta exportadora de México es su bajo nivel de integración
nacional. En algunos sectores el valor agregado mexicano se reduce a
la mano de obra. A nivel nacional, debería de pasarse del 45 por
ciento promedio actual a un 50 por ciento.
Se deben desarrollar
opciones de desarrollo de calidad y fortalecimiento financiero,
especificamente diseñados para que las pequeñas y medianas empresas
puedan convertirse en proveedores de las empresas altamente
exportadoras.
4.- Alianza
subnacional y desarrollo de vocaciones regionales
En paralelo al
desarrollo exportador del País, varias regiones han desarrollado
gran competitividad y especialización en determinadas industrias y
sectores. Otras, con un desarrollo incipiente, tienen gran potencial
en base por detonarse con políticas específicas.
Un ejemplo de
esfuerzo de integración subnacional es la Alianza Centro Bajío
Occidente (ACBO) conformada por los Estados de Aguascalientes,
Guanajuato, Jalisco, Querétaro y San Luis Potosí que con innegables
fortalezas, se propone alcanzar el liderazgo como la región más
competitiva de Latinoamérica.
Por otro lado,
debería de preservarse o evolucionarse, pero no eliminarse sin un
fundamento claro para ello, el programa de Zonas Económicas
Especiales (ZEE), que se diseñó en el sexenio previo, y que parecía
ser promisorio como instrumento de política pública para detonar
las inversiones desde regiones de bajo nivel de desarrollo relativo.
5.- Fortalecimiento
de infraestructura logística
Uno de los elementos
definitorios de la competitividad internacional, tiene que ver con la
existencia de una infraestructura logística óptima.
Es indispensable se
conserven, mejoren o modernicen las carreteras por las que se
desplazan las mercancías del exportación.
También, se hagan
inversiones estratégicas en puertos, aeropuertos y adunas por donde
fluyen las mercaderías que son exportadas.
6.- Financiamiento
estratégico al comercio exterior
La disponibilidad de
financiamiento es primordial para participar con éxito en el ámbito
exportador. Gran parte de los países que compiten globalmente como
exportadores, cuentan con instituciones e instrumentos financieros
que apuntalen los productos del país en su penetración en mercados.
En México el Bancomext ha desarrollado exitosamente ese papel.
Siempre es posible
el rediseño de instituciones como lo pretende el Gobierno Federal,
pero la existencia de un brazo financiero que apoye el comercio
exterior, especialmente para la mediana y pequeña empresa es
fundamental.
7.- Promoción
internacional especializada
Se debe fortalecer
la promoción internacional de la oferta exportadora del País.
La desaparición de
ProMéxico para concentrar las tareas que realizaba en las embajadas
del País, es cuestionable en cuanto a su lógica y viabilidad.
Sin embargo, ya sea
que se reclute personal experto o se cree en el mediano plazo una
nueva agencia de promoción, lo cierto es que México, sus empresas y
productos, requieren de un apoyo profesional técnicamente
calificado, experimentado y enfocado plenamente en las tareas del
prospectación, promoción focalizada y cierre de negocios.
Así mismo, México
debe mantener su participación en grandes ferias, eventos y
circuitos internacionales de comercio e inversión. En lo que va del
año 2018, se ha cancelando la participación en 15 ferias
internacionales.
8.- Incidencia en
organismos rectores del comercio, la economía y el desarrollo.
El país debe
mantener presencia y liderazgo en organismos internacionales
especializados. Muchos de estos espacios, se fueron obteniendo por
México a lo largo de décadas de trabajo institucional.
En el ámbito
comercial es fundamental preservar la participación en la
Organización Mundial de Comercio (WTO), la Conferencia de Naciones
Unidas para el Comercio y el Desarrollo (UNCTAD), el Centro de
Comercio Internacional (ITC) y la Organización Mundial de la
Propiedad Intelectual (OMPI), entre otros.
En el área de las
políticas públicas, la economía y el desarrollo debe mantenerse un
papel relevante en la Organización para la Cooperación y el
Desarrollo Económico (OCDE), el Foro Económico Mundial (WEF), el
mecanismo del G20, el Banco Mundial (WB) y el Banco Interamericano de
Desarrollo (BID).
IV.- Conclusión
En Coparmex estamos
convencidos del potencial económico y exportador de México.
Con nuestras
empresas y de la mano con la autoridades, estamos listos para apoyar
y ser actores del desarrollo pleno de las capacidades de nuestro
País.
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