I.- Introducción
Está claro que la
austeridad es una de las principales banderas del Gobierno Federal,
pero hasta ahora, la estrategia de implementación ha consistido
únicamente en ejecutar recortes indiscriminados al gasto público,
afectando tareas fundamentales que el gobierno debe cumplir.
Si bien, reconocemos
que es importante cumplir con la meta del equilibrio presupuestal, la
manera en que se está procurando ese objetivo puede resultar
contraproducente.
Es preocupante que
existan rubros de gasto destinados a la atención de la población y
a la inversión pública que registran una disminución de entre 70 y
100%, respecto al año anterior.
La estrategia del
gobierno no debe ser recortar por recortar. Las medidas de austeridad
implementadas denotan una falta de visión, de prioridades y de
sensibilidad social.
II.- No es recortar
por recortar
Por un lado, el
gobierno promueve ahorros en rubros que impactan directamente en el
bienestar de la población, y por el otro, no escatima recursos para
proyectos cuya viabilidad social, económica y ambiental son
altamente cuestionables, como el Tren Maya o la Refinería de Dos
Bocas.
Si a esto les
sumamos los enormes recursos que se han reorientado hacia programas
sociales de corte asistencialista y clientelar, lo que en verdad
tenemos es un uso irracional y poco efectivo de los recursos
públicos.
De acuerdo con el
más reciente Informe Trimestral de la Secretaría de Hacienda sobre
la Situación Económica, las Finanzas Públicas y la Deuda Pública,
la inversión impulsada por el sector público se derrumbó 15%
respecto a la observada en el mismo periodo del 2018. Resultan
alarmantes, sólo por mencionar algunos ejemplos, las cifras de
inversión física en rubros tan relevantes como la protección
ambiental, con una caída de 84% respecto al año pasado; el
transporte, donde la disminución fue de 78% en el mismo periodo. O
bien, casos extremos como la inversión física en protección
social, en donde la caída reportada es de 100%, es decir, no se
invirtió un solo peso durante este primer trimestre de 2019.
Del mismo modo,
áreas que deberían ser estratégicas como Ciencia y Tecnología son
también objeto de la tijera irracional del gobierno. Con el último
recorte anunciado el 3 de mayo, cientos de proyectos y la operación
misma de los Centros Públicos de Investigación del CONACYT están
en riesgo. Justo cuando en el mundo los gobiernos apuestan cada día
más por el desarrollo tecnológico, en México esta situación nos
pone más lejos que nunca de alcanzar la tan anhelada meta de
invertir 1% del Producto Interno Bruto en el sector.
En materia de salud,
tal como externó hace unos días el ahora exdirector del IMSS,
Germán Martínez: “Ahorrar y controlar en exceso el gasto en salud
es inhumano” y los recortes ya han generado desabasto de
medicamentos y falta de personal en diversos hospitales del sector
público en entidades como Jalisco, Nuevo León, Tamaulipas, Hidalgo,
entre otros. Además, la Secretaría de Salud, anunció que las becas
a pasantes de medicina y enfermería que realizan servicio social
serían reducidas a la mitad.
La crisis ambiental
de las últimas semanas en Guadalajara y la zona metropolitana del
Valle de México ha sido catalogada como auto infligida, pues en gran
medida fue resultado de sus propias acciones mediante la ejecución
de recortes poco razonados. Las medidas de austeridad en CONAFOR, la
dependencia encargada de salvaguardar los bosques del país,
redujeron su presupuesto en una tercera parte, lo que mermó
drásticamente la capacidad de respuesta, dejando al organismo sin
equipo y sin manos para atender los más de 5 mil incendios
forestales que se han registrado en lo que va del año.
III.- Recortes
racionales
Los mexicanos ya
padecen las consecuencias de una austeridad sin estrategia. En
Coparmex respaldamos la eliminación de dispendios, gastos suntuarios
y privilegios que no benefician en nada a los ciudadanos y tampoco
aportan al crecimiento del país, y, por el contrario, crean espacios
de opacidad, corrupción y desconfianza.
Enfocarse en
disminuir los costos operativos, mientras no se afecte el gasto
social y la inversión productiva, es posible.
Los recortes
adicionales, especialmente en sectores estratégicos, grandes
inversiones y proyectos de gran envergadura, deben analizarse desde
una óptica de costo-beneficio social para el país. Deben ser
recortes racionales, bien planeados y no generalizados.
IV.-Conclusión
En Coparmex,
instamos al gobierno a elegir una austeridad que sea racional. A que
se invierta de forma estratégica y transparente en los proyectos y
acciones que mejoren la calidad de vida de la gente, generen empleos,
inversiones y garanticen el desarrollo sustentable de nuestro país.
En suma, estrategias
que creen condiciones de prosperidad para todos los habitantes, y que
abonen al desarrollo con bienestar de los mexicanos.
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