INTRODUCCIÓN.
Las regiones Bajío y
Occidente de nuestro país se han convertido en el motor económico
de México. Durante los últimos siete años, los estados de
Aguascalientes, Guanajuato, Jalisco, Querétaro y San Luis Potosí
han crecido casi 40% más que el promedio nacional, ubicándose como
la región más exitosa del país.
Desde 2016, en Coparmex
empezamos a conformar un grupo de planeación regional que incluyera
la visión de expertos, empresarios y gobiernos estatales, con la
finalidad de generar sinergias para impulsar el desarrollo de la
región.
A esta convocatoria
respondieron con gran compromiso, los gobernadores Martín Orozco,
Diego Sinhue, Enrique Alfaro, Francisco Domínguez, y Juan Manuel
Carreras. Hoy, la Alianza Centro Bajío – Occidente es una realidad
que fortalecerá a la región más competitiva que tiene México.
FORTALEZAS DE LA REGIÓN.
Entender la realidad del Bajío
y del Occidente, no sólo nos permitirá identificar las buenas
prácticas de cada entidad, sino también impulsar que esta región
siga abonando a mejorar la competitividad nacional.
De acuerdo con el INEGI, uno
de cada cinco pesos que nuestro país exporta, es producido en estas
cinco entidades. Además, en los últimos diez años, esta región ha
experimentado una tendencia creciente en los flujos de inversión
extranjera que llegan a generar empleo y nuevas oportunidades.
El dinamismo de esta región
le ha dado el liderazgo absoluto en el sector primario, produciendo
la cuarta parte del PIB agroalimentario nacional. Esta efectividad
también se refleja en sectores estratégicos como el automotriz, el
del plástico o el del calzado, por mencionar algunos. No sorprende,
que estas cinco entidades sobresalgan entre las primeras 11 del más
reciente ranking Doing Business sobre nuestro país.
PROBLEMÁTICAS ACTUALES DE LA
REGIÓN.
Si bien los números respaldan
el ambiente para hacer negocios, generar empleo y atraer inversiones,
también reconocemos que hay retos por superar.
Más de medio millón de
personas que habitan estas entidades, viven en condiciones de pobreza
extrema. Además, la violencia y la inseguridad se han encrudecido en
los últimos meses, especialmente en entidades como Jalisco y
Guanajuato, quienes en marzo ocuparon el tercer y cuarto lugar a
nivel nacional por número de delitos registrados.
A estos retos deben agregarse,
por mencionar algunos, la falta de infraestructura, y de una
estrategia en materia de sustentabilidad ambiental. No podemos dejar
de lado las problemáticas relacionadas a la escasez de agua, el
rezago educativo de la región, la ausencia de planeación
estratégica con la ciudadanía, y los retos de movilidad en las
ciudades. Aunado a esto, existe una fuerte dependencia económica y
legal del Gobierno Federal.
PROPÓSITOS DE LA ALIANZA.
Los trabajos de la Alianza
Centro Bajío – Occidente están encaminados a cambiar esta
realidad. A través de acciones específicas, así como proyectos
estatales y regionales, se buscará consolidar un crecimiento
sostenido y de calidad, que ayude a disminuir significativamente la
pobreza en estas entidades, y eleve sus índices de seguridad.
Empresarios, especialistas y
gobierno, haremos equipo para que el Bajío - Occidente sea la región
con el mayor nivel de competitividad en el país. Una que cuente con
un modelo de movilidad estatal e intraestatal, así como un modelo de
desarrollo sustentable que sea ejemplo a nivel nacional.
Una de las acciones que se
llevará a cabo para conseguirlos será la conformación legal de la
Alianza para dotarle de presupuesto, personalidad jurídica y
gobernanza. Así mismo, se elaborará un plan regional 2050 para el
desarrollo sustentable, y la homologación de trámites y requisitos
en materia económica.
Esta alianza, así como los
proyectos que ahí se acuerden, buscará fomentar la participación
ciudadana. Se tiene la firme convicción de aportar al desarrollo
incluyente y sostenido de todo el país.
APRENDIZAJES.
La Alianza Centro Bajío –
Occidente nos ha recordado la importancia de la participación
ciudadana para impulsar proyectos de la mano de las gobiernos
estatales. Para llegar a concretarse esta Alianza ha sido fundamental
la visión de empresarios y académicos que en conjunto con la
receptividad y el compromiso por parte de las autoridades. Partiendo
de esta visión ciudadana hemos sabido materializar una estrategia de
gobierno, un círculo virtuoso que debería ser replicado en otras
iniciativas en el ámbito local, regional y nacional.
Hemos aprendido que la
complementariedad trabajando juntos, entendiendo cada quien la parte
que nos toca, hace que 1 + 1 sume más de dos y es ahí donde podemos
encontrar oportunidades de desarrollo para todo el país.
La integración regional, en
el caso mexicano ha ocurrido un poco a la inversa. Empezamos con una
integración norteamericana prácticamente hace tres décadas,
posteriormente los estados fronterizos lo hicieron con sus pares
norteamericanos y se nos había quedado hasta el final la integración
más importante: La integración regional a nivel sub nacional.
A pesar de haber partido de un
nivel supranacional hacia un nivel sub nacional, parece que los
aprendizajes y el cómo se ha podido hacer esta Alianza integradora
comenzando desde los niveles más sofisticados, garantiza que podemos
desarrollar una integración a nivel sub nacional que a su vez
potencie a esos otros niveles de integración que ya han sido
construidos de manera exitosa en el país.
Un tercer aprendizaje que es
de una especial importancia es la capacidad mostrada por las
autoridades para dejar de lado sus extracciones y visiones
partidistas, sabiendo diferenciar los momentos que son para competir
de los momentos que son para juntos construir y buscar lo que más
conviene a sus regiones.
Además es importante
reflexionar sobre cómo es posible llevar a cabo una convivencia
armónica entre las vocaciones tradicionales que tiene cada uno de
nuestros estados y regiones, con las vocaciones ya maduras, fruto del
proceso de industrialización y las vocaciones emergentes de cada una
de estas regiones. Esta diversidad de apuestas enriquece la actividad
económica y con ello la creación de bienestar.
Realmente, es muy importante
resaltar que este tipo de iniciativas de éxito también pueden
surgir de lo local hacia lo nacional.
En Coparmex, creemos que la
meta de crecer a nivel nacional por arriba de 4% al año es posible.
Sin ir más lejos, en nuestro país ya hay quien lo está haciendo.
Hay lecciones que revisar en
Aguascalientes, Guanajuato, Jalisco, Querétaro y San Luis Potosí.
Estas entidades están haciendo su labor para convertirse en el
centro logístico del país y para construir un mejor futuro para sus
sociedades.
En esta alianza, cada
integrante aportará su experiencia y conocimiento para seguir siendo
el motor económico del país, y ahora, la región más competitiva
de América Latina.
Si a la Alianza Centro Bajío
– Occidente le va bien, a México le irá mucho mejor.
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