· Incluso si
se alcanzan los objetivos del Acuerdo de París, las temperaturas de
invierno en el Ártico aumentarán 3-5°C para 2050 en comparación
con los niveles de 1986-2005.
· El deshielo
del permafrost despertaría al "gigante dormido" de los
gases de efecto invernadero, lo que podría descarrilar los esfuerzos
climáticos globales.
· La
acidificación de los océanos y la contaminación también
representan una gran amenaza para el Ártico.
Nairobi, 13 de marzo
de 2019 – Las temperaturas invernales del Ártico se elevarán de
3°C a 5°C para 2050 y de 5°C a 9 °C para 2080, incluso si el
mundo cumple con los objetivos de reducción de emisiones del Acuerdo
de París. Estas condiciones devastarían la región y desatarían
aumentos globales del nivel del mar, concluye un nuevo informe de ONU
Medio Ambiente.
En este escenario,
el rápido deshielo del permafrost podría acelerar aún más el
cambio climático y descarrilar los esfuerzos para limitar el aumento
de la temperatura global en 2°C, advierte Vínculos Globales - Una
mirada gráfica al cambio en el Ártico.
El documento,
publicado en el marco de la Asamblea de la ONU para el Medio
Ambiente, analiza otras presiones ambientales en el Ártico, como la
acidificación de los océanos y la contaminación por plásticos.
"Lo que sucede
en el Ártico no se queda en el Ártico", dijo Joyce Msuya,
Directora Ejecutiva Interina de ONU Medio Ambiente. “Tenemos el
conocimiento científico, ahora necesitamos una acción climática
urgente para alejarnos de los puntos de inflexión que podrían
llevarnos a escenarios peores de los que imaginábamos
originalmente", agregó.
Si las emisiones
globales se detuvieran de la noche a la mañana, las temperaturas
invernales en el Ártico seguirían aumentando de 4°C a 5°C para
2100 en comparación con finales del siglo XX, según el estudio.
Este aumento estaría provocado por los gases de efecto invernadero
emitidos hasta ahora y el calor almacenado en el océano.
Para 2050, cuatro
millones de personas y alrededor de 70% de la infraestructura ártica
actual se verán amenazadas por el deshielo del permafrost, señala
el informe.
En la actualidad,
las sociedades árticas deben responder al cambio climático a través
de acciones de adaptación adecuadas. Los pueblos indígenas de la
región ya enfrentan una inseguridad alimentaria creciente.
"La urgencia de
lograr los objetivos del Acuerdo de París se manifiesta claramente
en el Ártico, porque es una de las regiones más vulnerables y de
más rápida transformación en el mundo", dijo el Ministro de
Medio Ambiente, Energía y Vivienda de Finlandia, Kimmo Tiilikainen.
"Necesitamos
hacer recortes sustanciales a corto plazo de las emisiones de gases
de efecto invernadero, el carbono negro y los llamados contaminantes
climáticos de vida corta en todo el mundo", añadió
Tiilikainen.
Los impactos a nivel
mundial de los escenarios presentados por el informe serían enormes.
Desde 1979 hasta el presente, se estima que el hielo marino del
Ártico ha disminuido 40%, y los modelos climáticos predicen que, a
la tasa actual de emisiones de CO₂, el hielo desaparecerá durante
los veranos árticos para la década de 2030. El derretimiento de la
capa de hielo de Groenlandia y los glaciares del Ártico contribuyen
a un tercio del aumento del nivel del mar en todo el mundo.
Incluso si se cumple
el Acuerdo de París, se espera que el permafrost del Ártico se
reduzca 45% en comparación con su estado actual. A nivel mundial,
estos suelos congelados contienen aproximadamente 1.672 millones de
toneladas métricas de carbono. Se espera que el aumento del deshielo
contribuya significativamente a las emisiones de dióxido de carbono
y metano, y el calentamiento resultante a su vez conducirá a un
deshielo aun mayor, un efecto conocido como "retroalimentación
positiva". Este cambio climático acelerado podría incluso
desviar al mundo del objetivo de 2°C del Acuerdo de París.
Los impactos de la
acidificación y la contaminación
La acidificación de
los océanos está afectando de manera desproporcionada a las
especies marinas del Ártico. Esto se debe a que el agua fría puede
contener más CO2 disuelto y el hielo derretido propaga aún más la
acidez. Desde el comienzo de la revolución industrial, el océano
mundial se ha vuelto 30% más ácido. Cuanto más ácida es el agua,
más energía deben utilizar los corales, moluscos, erizos de mar y
plancton del ártico para construir sus conchas y esqueletos.
A pesar de su imagen
prístina, las características geográficas y el clima frío del
Ártico hacen que el océano, el lecho marino y la costa de la región
sean un sumidero de contaminantes de todo el mundo. Solo 1.000 de las
150.000 sustancias químicas usadas en todo el mundo son monitoreadas
regularmente. En ese sentido, el informe aboga por la creación de un
sistema de aprobación global de nuevos productos químicos. También
son necesarios controles alternativos para los productos químicos
que están fuera de la regulación de los tratados internacionales
existentes.
Un dato positivo del
informe es que está disminuyendo la cantidad de sustancias químicas
reguladas encontradas en los cuerpos de humanos y animales que viven
en el Ártico. Entre estas sustancias están algunos contaminantes
orgánicos persistentes regulados por el Convenio de Estocolmo que
alberga ONU Medio Ambiente. Sin embargo, la reducción identificada
podría deberse al cambio de dietas.
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