viernes, 18 de enero de 2019

Por quinto año consecutivo, Henkel lleva a cabo voluntariados para apoyar a familias mexicanas


·           Gracias a 60 colaboradores, se ayudó a mejorar la calidad de vida de varias familias de escasos recursos a través de una vivienda.


Como parte de la estrategia de sustentabilidad de Henkel México, se han realizado voluntariados corporativos desde el 2013. Durante el mes de noviembre de 2018, en colaboración con TECHO, organización que trabaja para superar la situación de pobreza de millones de personas en América Latina, se llevó a cabo la quinta campaña de apoyo con el fin de construir casas de emergencia a personas afectadas por el sismo del 19 de septiembre.

 

Para ello, se formó un equipo de 60 voluntarios de sus localidades de Interlomas, Toluca, Ecatepec y Salamanca, quienes se trasladaron un día completo a la comunidad de Oxtotitlán en el Estado de México.

 
“En Henkel procuramos crear valor sustentable en todo lo que hacemos, junto con nuestros colaboradores, socios y personas interesadas. Estamos comprometidos con la salud y seguridad de nuestros empleados, clientes y consumidores, la protección del medio ambiente y la calidad de vida en las comunidades donde operamos”, expresó Cynthia Rios, Responsable de Comunicación Corporativa LATAM.

Al llegar a la comunidad de Oxtotitlán, los colaboradores se dividieron en grupos de ocho a siete personas para comenzar la construcción de siete viviendas de emergencia para diferentes familias en compañía de sus guías y monitores de TECHO.
 
Tras la entrega de material y la asignación de terrenos, cada equipo comenzó su actividad midiendo el espacio y preparándolo para la construcción de los cimientos. Durante el proceso, cada grupo se enfrentó a dificultades que fueron resolviendo como equipo para realizar de la manera más eficiente y adecuada la construcción.
 
En el voluntariado, cada colaborador tuvo la oportunidad de convivir con la familia a la cual estaban ayudando y conocer más sobre su historia, quiénes eran, qué les pasó durante el sismo y sus aspiraciones futuras.
 
Cerca de finalizar la construcción de cimientos, se realizó una actividad llamada “El último pilote”, el cual consistía en que cada colaborador le escribía buenos deseos a la familia y los enterraba en los cimientos para que cada pensamiento de los colaboradores fortalezca la casa y a sus habitantes.

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