Comisario
de Cooperación Internacional y Desarrollo de la UE, Neven Mimica,
Canciller de Chile, Roberto Ampuero, y Secretaria Ejecutiva de la CEPAL,
Alicia Bárcena, participaron en diálogo
de alto nivel realizado en Santiago.
(4 de octubre, 2018)
La
complejidad de los distintos desafíos que los países de América Latina y
el Caribe enfrentan en su camino al desarrollo requiere de una nueva
narrativa de cooperación que considere de manera especial a las
llamadas “economías en transición”. Con este objetivo, los países de la
región y los de la Unión Europea han reforzado sus complementariedades y
esfuerzos para desarrollar nuevas formas de cooperación
e ir más allá de los instrumentos tradicionales, señalaron hoy en la
sede de la CEPAL en Santiago, Chile, autoridades y representantes de
organismos internacionales reunidos en el
diálogo
de alto nivel “Desarrollo en transición: los desafíos del desarrollo en un mundo cambiante”.
El
evento incluyó conferencias magistrales de Alicia Bárcena, Secretaria
Ejecutiva de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe
(CEPAL), Neven
Mimica, Comisario de Cooperación Internacional y Desarrollo de la Unión
Europea (UE), y Roberto Ampuero, Ministro de Relaciones Exteriores de
Chile, y prosiguió con un intercambio entre ministros, viceministros y
embajadores(as) de varios países que están
participando en la “Semana del desarrollo en transición”, organizada
por la CEPAL, la UE, el Centro de Desarrollo de la Organización para la
Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) y el Gobierno de Chile.
En
su conferencia inaugural, Alicia Bárcena resaltó la necesidad de
explorar un nuevo conjunto de modalidades de cooperación, como la
creación de capacidades,
el intercambio de conocimientos y la transferencia tecnológica, que
permitan detectar y trabajar sobre las principales necesidades concretas
de cada país, priorizando los objetivos y necesidades de desarrollo
específicas.
“Hoy
contamos con la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible, una agenda
civilizatoria y universal adoptada en 2015. Pero el mundo cambió
profundamente
en estos años y por ello su implementación requiere adoptar nuevos
esquemas de cooperación y nuevos instrumentos, en especial para abordar
los particulares desafíos que enfrentan los llamados países de renta
media, cerrar brechas críticas y movilizar recursos
para el desarrollo”, señaló Bárcena.
“De
allí la importancia de los esfuerzos realizados por la Unión Europea,
el centro de desarrollo de la OCDE y los países de América Latina y el
Caribe
para repensar el desarrollo y la cooperación e intentar construir un
marco conceptual innovador que permita incluir a todos los actores, los
menos adelantados, los de ingreso medio y los de mayores ingresos en
una narrativa que hemos denominado en principio
“desarrollo en transición”, agregó.
La
máxima representante del organismo regional de las Naciones Unidas
recalcó la necesidad de debatir acerca del proceso de “graduación” que
la mayoría
de los países de la región han sufrido de acuerdo a su ingreso per
cápita, lo que les impide utilizar la tradicional ayuda oficial al
desarrollo (AOD), acceder a fondos concesionales y a un tratamiento
diferenciado en materia comercial.
“’Graduarse’
en términos del ingreso per cápita no significa graduarse en términos
del desarrollo… Niveles de ingreso per cápita más elevados no
necesariamente
implican menores niveles de pobreza, menos desigualdades o mayores
niveles de desarrollo y bienestar. El desarrollo debe entenderse más
como un proceso multidimensional y complejo, que consiste en hacer
frente a los problemas estructurales de un determinado
país, que cuenta con una historia y cultura propia. América Latina y el
Caribe ofrece en este contexto un escenario perfecto para construir una
nueva narrativa para el desarrollo”, enfatizó Bárcena.
“Dentro
de este nuevo paradigma de la cooperación internacional, para enfrentar
los desafíos globales se necesita una relación más profunda y
comprometida
entre la UE y América Latina y el Caribe. Ambas regiones estamos
llamadas a jugar un papel fundamental en la agenda multilateral con
miras a un desarrollo más sostenible e inclusivo y, con el apoyo del
Centro de Desarrollo de la OCDE, proponemos avanzar hacia
nuevas formas de cooperación”, declaró la Secretaria Ejecutiva de la
CEPAL.
Por
su parte, Neven Mimica reconoció en su intervención los largos y
fuertes lazos que comparten Europa y América Latina y el Caribe, y que
se manifiestan
por ejemplo en el gran flujo de inversión extranjera directa europea
hacia la región y en la recepción de estudiantes. “A lo largo de siglos
de intercambio, cooperación y confianza mutua, hemos generado una visión
global y valores compartidos”, resaltó.
“Queremos
avanzar, como iguales, en una asociación de apoyo mutuo con América
Latina y el Caribe en el centro de la gobernanza global”, declaró
Mimica,
quien además indicó la necesidad de trabajar mejor con los países de
renta media para no dejar a nadie atrás, tal como lo propone la Agenda
2030, y destacó la iniciativa sobre el desarrollo en transición que la
UE está llevando a cabo conjuntamente con la
CEPAL y la OCDE.
Junto
con reconocer que el desarrollo es un fenómeno multidimensional y
complejo, el Comisario de Cooperación Internacional y Desarrollo de la
UE señaló
que “necesitamos pensar cómo profundizar nuestros vínculos con países
que se gradúan, pero que aún no han superado una serie de
vulnerabilidades que dificultan la lucha contra la pobreza y las
desigualdades”.
“Dada
nuestra historia de cooperación exitosa y los importantes progresos
alcanzados, América Latina y el Caribe es una opción natural para
materializar
un nuevo enfoque en la cooperación internacional, un enfoque al que
hemos llamado desarrollo en transición”, explicó Mimica. En este
sentido, resaltó la nueva
“Facilidad
Regional para el Desarrollo en Transición”, instrumento elaborado por la UE, CEPAL y OCDE que busca explorar cómo este nuevo enfoque
de cooperación internacional puede ser aplicado.
En
su alocución, el Ministro Roberto Ampuero destacó que la cooperación
internacional para el desarrollo es mucho más que la ayuda oficial (AOD)
y evoluciona
en su naturaleza, modalidades y actores. “Entendemos la cooperación
internacional como parte de una estrategia de relaciones y diálogo
político y técnico que permite fortalecer capacidades, fomentar
aprendizajes mutuos y contribuir a la transformación de las
instituciones y también de las sociedades”, declaró.
Ampuero
remarcó que el desarrollo debe ser visto como un proceso continuo en el
que los países que integran el sistema internacional de cooperación se
enfrentan a desafíos que deben ser abordados de manera conjunta por
todos los sectores de la sociedad. “De manera solitaria, los Estados no
pueden lidiar con los compromisos adoptados en torno a la Agenda 2030.
Requerimos de la participación y colaboración
de los actores globales, nacionales y locales, para lograr avanzar en
la consecución de los Objetivos de Desarrollo Sostenible”, indicó.
Sobre
el tema de la “graduación” de los países, precisó que el criterio del
ingreso per cápita está siendo cuestionado en la región. “El PIB es
importante,
pero no lo es todo. Chile ha participado permanentemente de los
esfuerzos para dar a conocer esta situación y lo ha representado en el
seno del Comité de Ayuda al Desarrollo de la OCDE”, dijo.
“El
marco que orienta la perspectiva de la graduación no es coherente con
la Agenda 2030, dejando a los países egresados en aislamiento para
enfrentar
los desafíos del desarrollo, percibiendo su situación como la de
competidores solitarios; exitosos, pero rodeados de soledad. De allí que
entendemos el desarrollo en transición como un camino conjunto, común,
propositivo, flexible, de diálogo, de ir adecuando
las condiciones al esfuerzo que van realizando estos países. No nos
sirve un traje ya hecho con antelación; hay que hacer trajes a la
medida”, remarcó.
El
diálogo de alto nivel realizado en la CEPAL continuó con intervenciones
de ministros, viceministros y embajadores(as) de Antigua y Barbuda,
Argentina,
Brasil, Colombia, Costa Rica, Cuba, Ecuador, El Salvador, México,
Nicaragua, Panamá, Paraguay, Perú, República Dominicana y Uruguay,
quienes se encuentran participando en la sede del organismo en las
diferentes actividades que contempla la “Semana del desarrollo
en transición”, que culminará este viernes 5 de octubre.
Durante el evento, la CEPAL y el Centro de Desarrollo de la OCDE presentaron el documento
Nuevos
desafíos y paradigmas: perspectivas sobre la cooperación internacional para el desarrollo en transición,
que plantea un debate
oportuno sobre cómo hacer que las relaciones internacionales sean más
relevantes, receptivas y aptas para el propósito de “no dejar a nadie
atrás”.
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