- “Los sellos de advertencia en el etiquetado frontal no eliminan la necesidad de educación nutrimental ni solucionan un problema generacional”. Juan Manzola, Director de Asuntos Científicos y Regulatorios de SPRIM México.
- ¿Trabajar en una cultura del consumo responsable o alarmar a la sociedad temporalmente y esperar que los sellos de advertencia sean un factor real de cambio?
- La tabla nutrimental debería ser la base, el instrumento para tomar decisiones.
05 de febrero 2020.
Con la modificación a la NOM 051 en curso, sobre el
etiquetado de alimentos que prácticamente está en su etapa final antes
de su publicación oficial, diferentes sectores, principalmente de la
iniciativa privada, han manifestado no estar en contra de mejorar la
comunicación de los valores nutrimentales al consumidor,
sino de la forma que se ha elegido para hacerlo: los “sellos de
advertencia”.
Juan
Manzola, Director de Asuntos Científicos y Regulatorios de SPRIM México
y experto en alimentos, mencionó “Hemos trabajado más de 15 años
brindando
asesoría referente a la formulación y etiquetado de alimentos,
definitivamente este cambio en la regulación aborda la percepción del
consumidor sobre los productos como eje fundamental. Los sellos de
advertencia buscan frenar el consumo de alimentos cuyo exceso
inciden sobre la salud, pero no es una solución que debe visualizarse
como única.
Los
problemas de obesidad son innegables, como la dificultad de comprensión
de las “guías diarias de alimentación” que hoy son obligatorias en las
etiquetas para informar como participa un alimento en la alimentación
diaria. Sin embargo, un consumidor que no se ocupa de entender cómo es
una correcta nutrición, no lee etiquetas de lo que consume, no busca
entenderlas y no exige.
“Lo
que determina la oferta de alimentos es la demanda, las marcas están
orientadas a satisfacer lo que el consumidor solicita; pensar que los
sellos
de advertencia van a modificar la demanda de alimentos altos en
calorías, grasas y sodio, en la medida que el problema de la obesidad
requiere, es una visión muy parcial de la forma de solucionar un
problema que se ha gestado durante generaciones y que llevará
generaciones resolver.” Agregó.
Es
necesario enfocar las acciones en hacer que el consumidor entienda lo
que es un estilo de vida equilibrado, donde la salud dependen no sólo de
la
alimentación, sino además de la actividad física y una correcta
hidratación.
La
educación nutrimental es un aspecto fundamental donde se debe hacer
mayor esfuerzo para que los consumidores sepan cuánto deben consumir, de
acuerdo
con su edad, sexo, estilo de vida y con qué variedad y porciones de
alimentos cubren sus necesidades.
Una
tabla nutrimental debería ser el lenguaje universal para todos los
consumidores, con algunas variaciones locales, se utiliza en
prácticamente todos
los países, las personas deberían estudiarla, entenderla y utilizarla,
en este punto, tenerla unificada a 100 g y no por porción como lo
considera el dictamen preliminar, podría representar paradójicamente un
problema para su uso ya que tomar en cuenta el
tamaño de porción es clave. El consumidor debe ejercer su poder de
decisión con información, las tablas nutrimentales tienen dicha
información, pero es necesario aprovecharla para tomar decisiones
correctas.
Es
innegable que las marcas de alimentos deben conocer la forma en que sus
productos participan en la alimentación de sus consumidores y actuar
sobre
ingredientes claramente dañinos como las grasas trans; la realidad es
que las calorías de cualquier alimento o bebida en exceso son las mismas
con tabla nutrimental, con guías de alimentación o con sellos de
advertencia.
La
educación para el consumo responsable, por lo tanto, es una base
fundamental para abordar el problema de la obesidad; asimismo, es un
cúmulo de
acciones cuyo resultado se verá reflejado algunas generaciones después.
Acerca de SPRIM
SPRIM
Es un grupo líder en consultoría internacional de salud, calidad y nutrición
con
más de 25 años de experiencia y con actividades en 17 oficinas
localizadas en 3 continentes; Europa, Asia y América; cuenta con una red
total de más de 500 expertos en el
sector.
En
México, cumplió 18 años integrada por un equipo multidisciplinario de
más de 50 especialistas, dedicados al diseño e implementación de
proyectos
de: Asuntos Científicos y Regulatorios & Gestión de Calidad,
Innovación inteligente, Investigación & Servicios Clínicos,
Marketing de la Salud & Comunicación, con las subdivisiones BTL,
Relaciones Públicas.
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