En 2019, la cuenta corriente registró un déficit de 2,444 millones de dólares. A su vez, la cuenta de capital resultó deficitaria en 56 millones de dólares. Por su parte, se presentó un endeudamiento neto en la cuenta financiera que implicó una entrada de recursos por 11,314 millones de dólares, incluyendo un aumento de los activos de reserva por 2,638 millones de dólares. 2 Así, el renglón de errores y omisiones exhibió un flujo negativo por 8,814 millones de dólares.
Durante 2019, la
economía global se fue desacelerando como resultado de los efectos
de prolongadas tensiones comerciales, mayores riesgos geopolíticos y
factores idiosincrásicos. En este contexto, en 2019 el déficit de
la cuenta corriente se ubicó en 0.2% del PIB, cifra inferior a la
observada en 2018 de 1.9% del PIB y el menor déficit reportado desde
1987, año en que se registró un superávit de 2.3% del PIB. Cabe
notar que la cuenta corriente exhibió saldos superavitarios entre el
segundo y cuarto trimestres de 2019. El menor déficit en 2019
respecto de 2018 se originó, fundamentalmente, de la importante
ampliación del superávit de la balanza de mercancías no
petroleras, si bien también contribuyeron los mayores ingresos por
viajes y por remesas.
La mayor parte de
2019 estuvo caracterizada por una elevada incertidumbre a nivel
global, una desaceleración de la economía mundial y posturas
monetarias acomodaticias por parte de los bancos centrales de las
principales economías avanzadas. Hacia finales del año se
observaron condiciones financieras más favorables y un incremento en
el apetito por riesgo en los mercados como resultado de factores
tales como la menor incertidumbre comercial derivada del anuncio de
la Fase 1 de un acuerdo comercial entre China y Estados Unidos, la
ratificación por parte del Senado estadounidense del T- EC y la
aprobación del acuerdo de salida del Reino Unido de la Unión
Europea. En este entorno, en 2019 la economía mexicana siguió
captando recursos por concepto de inversión directa y de cartera.
Hacia delante, los pronósticos de crecimiento de la economía
mundial para 2020 se han seguido revisando a la baja y el balance de
riesgos para la actividad económica en el corto y, especialmente, en
el mediano plazo continúa sesgado a la baja. Destaca la posibilidad
de nuevos episodios de tensiones comerciales, de un agravamiento de
los conflictos geopolíticos y sociales en diversas regiones del
mundo, y de un debilitamiento de la actividad económica en China
originado de los efectos del brote de coronavirus. La incertidumbre
asociada a dichos elementos de riesgo hace que el escenario para la
inversión y para el crecimiento en 2020 siga siendo complejo.
La cuenta corriente
en 2019 exhibió un déficit de 2,444 millones de dólares. En lo que
respecta a la cuenta de capital, esta resultó deficitaria en 56
millones de dólares. Por su parte, la cuenta financiera registró un
endeudamiento neto que implicó una entrada de recursos por 11,314
millones de dólares, incluyendo un incremento de los activos de
reserva por 2,638 millones de dólares. De este modo, se presentó un
flujo negativo en el renglón de errores y omisiones por 8,814
millones de dólares (Cuadro 1).
El déficit de la cuenta corriente de 2,444 millones de dólares fue resultado de créditos por 541,362 millones de dólares y de débitos por 543,805 millones de dólares. Como proporción del PIB, el déficit de la cuenta corriente se ubicó en 0.2% en 2019, nivel que se compara con el déficit de 1.9% del PIB registrado en 2018 (Gráficas 1 y 2). El saldo negativo de la cuenta corriente en 2019 se derivó de la combinación de un déficit en la balanza de bienes y servicios por 548 millones de dólares, de un déficit en la de ingreso primario por 37,175 millones de dólares y de un superávit en la balanza de ingreso secundario por 35,279 millones de dólares (Cuadros 2 y A1).
El déficit de la cuenta corriente de 2,444 millones de dólares fue resultado de créditos por 541,362 millones de dólares y de débitos por 543,805 millones de dólares. Como proporción del PIB, el déficit de la cuenta corriente se ubicó en 0.2% en 2019, nivel que se compara con el déficit de 1.9% del PIB registrado en 2018 (Gráficas 1 y 2). El saldo negativo de la cuenta corriente en 2019 se derivó de la combinación de un déficit en la balanza de bienes y servicios por 548 millones de dólares, de un déficit en la de ingreso primario por 37,175 millones de dólares y de un superávit en la balanza de ingreso secundario por 35,279 millones de dólares (Cuadros 2 y A1).
El déficit de la
balanza de bienes y servicios de 548 millones de dólares que se
registró en 2019 fue resultado de la combinación de un saldo
positivo de 5,624 millones de dólares en la balanza de bienes y de
un saldo negativo de 6,172 millones de dólares en la de servicios.
Al interior de la balanza de bienes, se observó un superávit de
5,820 millones de dólares en la balanza de mercancías y un déficit
de 197 millones de dólares en la correspondiente a bienes adquiridos
en puertos por medios de transporte (Cuadro 2). En particular, el
superávit de la balanza de mercancías en 2019 se originó de
exportaciones por 461,116 millones de dólares y de importaciones por
455,295 millones de dólares (Gráfica 3). En dicho año, el saldo
deficitario de 6,172 millones de dólares de la balanza de servicios
se derivó de créditos por 30,223 millones de dólares y de débitos
por 36,394 millones de dólares.
Por su parte, en
2019 la balanza de ingreso primario presentó un déficit de 37,175
millones de dólares, el cual fue reflejo de créditos por 13,327
millones de dólares y de débitos por 50,502 millones de dólares.
La balanza de ingreso secundario exhibió en dicho año un superávit
de 35,279 millones de dólares, como resultado de créditos por
36,360 millones de dólares y de débitos por 1,081 millones de
dólares. Al interior de esta balanza, el crédito por remesas sumó
36,046 millones de dólares (crecimiento anual de 7.0%), en tanto que
el débito por remesas alcanzó 981 millones de dólares (reducción
anual de 1.9%; Cuadro A1).
La cuenta financiera
de la balanza de pagos registró en 2019 un endeudamiento neto que
implicó una entrada de recursos por 11,314 millones de dólares.
Dicho saldo se originó de endeudamientos netos de 22,693 millones de
dólares por concepto de inversión directa y de 5,572 millones de
dólares en el rubro de inversión de cartera; de préstamos netos al
resto del mundo de 1,312 millones de dólares en el renglón de
derivados financieros y de 13,001 millones de dólares en el rubro de
otra inversión; y de un aumento en los activos de reserva de 2,638
millones de dólares (Cuadros 3 y A2).
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