Laura
Castillo García
Cuando
las comadres se enojan, salen las verdades. Precisamente es lo que sucedió con
la renuncia de Germán Martínez a la dirección del IMSS y, por tanto, su
escandaloso rompimiento con la política de salud del presidente de México,
Andrés Manuel López Obrador.
Las razones que dio el ex panista para dejar el puesto de director del IMSS
muestra a las claras, que lejos de que se haya acabado el Neoliberalismo en
México -como en marzo pasado decretó el
presidente Andrés Manuel López Obrador-, más bien el Neoliberalismo se está
metiendo en la médula de una institución gubernamental que durante años atendió
la salud de millones de mexicanos, gracias al subsidio que daba el Estado
Mexicano anterior, pero que ahora, con los fuertes recortes que ha sufrido por
órdenes de quien se dice impulsor de la 4ª Transformación, está condenando al
panteón a millones de mexicanos enfermos que no podrán pagar cuantiosas
cantidades de dinero para ser atendidos por médicos y hospitales de mediana
calidad.
Por esos inhumanos recortes presupuestales a la salud, millones de
mexicanos de escasos recursos económicos terminarán en los consultorios de las
farmacias que ofrecen servicios médicos para enfermedades simples, pero que no
están capacitados para atender enfermedades mayores como: infartos, cánceres,
derrames o hemorragias cerebrales, VIH, enfermedades infecciosas, padecimientos
metabólicos, enfermedades crónico degenerativas etc., etc., las cuales
requieren tratamientos especializados y que hasta hace poco el Seguro Social atendía.
Y no es porque lo dijera Germán Martínez en su carta de renuncia. No. Hay
hechos concretos que hablan de que el Estado mexicano que encabeza López
Obrador ya no subsidiará la salud de los mexicanos y a eso, señor Presidente,
se le llama Neoliberalismo, que es la
teoría económica capitalista que se opone a la intervención del Estado como garante de la justicia social en
un país, que favorece la privatización de los servicios y que impulsa la libre
competencia. Esa teoría económica capitalista y neoliberal es la que está aplicando
a diestra y siniestra López Obrador a pesar del discurso populista y demagógico
que exhibe todos los días en sus conferencias mañaneras.
Para tener la certeza de que eso es cierto, simplemente preguntémonos:
¿qué está haciendo López Obrador en el sector salud? Lo que marca el
Neoliberalismo es la respuesta, pues está reduciendo el gasto social para
beneficiar a las empresas privadas que ofrecen servicios médicos a cambio de
cuantiosas cantidades dinerarias. Eso quedó demostrado en las razones que
Germán Martínez esgrimió al renunciar al IMSS: 1) “ahorro y más
ahorro, recortes de personal y más recortes de personal…”. 2) Que “Ahorrar y
controlar en exceso el gasto en salud es inhumano, (lo cual) llega a escatimar los recursos para los
mexicanos más pobres”. 3) “… el
abasto de medicamentos (…) es precario y en algunos lugares pende de un hilo”.
4) “Los niños que padecen cáncer y esperan su
tratamiento, quienes viven a la espera de insulina, las poblaciones de la
diversidad sexual que reclaman antirretrovirales, y los millones de enfermos
que se atienden en nuestras clínicas y hospitales, no merecen ni un minuto de rebatingas de
poder”.
O sea, lo denunciado por una de las
mejores cartas del gabinete de López Obrador, son acciones de esencia neoliberal encaminadas a reducir
el gasto social, cuestión que también lo demuestran los hechos del presidente López Obrador: 1) redujo al 50 por ciento las cirugías
que se practican cada día en el Hospital Infantil de México, con lo que AMLO
atenta directamente contra la salud del grupo humano más vulnerable: los niños;
2) eliminó el subsidio para los niños enfermos de cáncer, las mujeres que
padecen cáncer de mama y aquellos que son víctimas de cáncer de pulmón. 3) ya
se extendieron a 24 estados de la República los problemas de falta de médicos y
enfermeras en los hospitales públicos, escasez de medicamentos, reducción de
apoyos a pasantes e incluso cancelación de aire acondicionado, y 5) Ahora los pacientes
renales solo reciben la mitad del medicamento que necesitan para su
tratamiento.
¿A quién beneficia esa política de salud del
presidente López Obrador? Indudablemente que a la iniciativa privada: más gente
buscará alivio en las farmacias que ofrecen servicios médicos básicos a cambio
de compra de medicamentos y miles de mexicanos verán desaparecer su patrimonio
familiar en las cajas de pago de los hospitales a donde acudirán a tratar de
curar o controlar enfermedades graves.
¿A alguien le queda duda que en el sector salud
el Presidente López Obrador está ejecutando una política neoliberal? Esperen a
que se cancele por completo el Seguro Popular con el que millones de mexicanos
carentes de seguridad social del IMSS o del ISSSTE resolvían problemas de
cirugías, fracturas, partos y enfermedades mayores que ahora, ni con las
molestas deficiencias que antaño presentaban, podrán obtener gracias a la aplicación
de una política neoliberal por parte de quien se dice impulsor de la 4ª Transformación.
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