Las
situaciones experimentadas con mayor frecuencia por quienes vivieron ciberacoso
son recibir mensajes ofensivos (40.1 por ciento), ser contactados mediante
identidades falsas (31.4 por ciento) y recibir llamadas ofensivas (27.5 por
ciento).
La mayor prevalencia de ciberacoso se registró
en Tabasco, seguido de Veracruz, Zacatecas, Guanajuato, Aguascalientes e
Hidalgo.
Del
29 de mayo al 21 de julio de 2017 se levantó el Módulo sobre Ciberacoso
(MOCIBA) 2017, cuyo objetivo es generar información estadística para conocer la
prevalencia del ciberacoso1 entre las personas de 12 a 59 años de edad
(usuarias de Internet en cualquier dispositivo), la situación de ciberacoso
vivida y su caracterización.
El
MOCIBA 2017 presenta resultados que muestran la prevalencia de ciberacoso
ocurrido los doce
meses
previos al levantamiento de la encuesta y caracteriza a la población que lo ha
experimentado a través de las diferentes situaciones de acoso declaradas2
.
Además,
trata de establecer la identidad y sexo de la persona que lo lleva a cabo, la
intensidad de
ciberacoso
y el impacto causado en la víctima.
Incluye
el porcentaje de la población que declara prevalencia del ciberacoso por
entidad federativa, el principal tipo en cada una de ellas, las acciones
tomadas contra el ciberacoso experimentado y las medidas de seguridad que
realiza la población usuaria de Internet para proteger su información y
equipos.
RESULTADOS
En
México, la población de 12 a 59 años de edad estimada por la ENDUTIH es de 84.5
millones de
personas.
De ese total, 73% utilizó Internet en cualquier dispositivo en los últimos tres
meses.
De
la población usuaria de Internet, 16.8% declaró haber vivido, en los doce meses
previos al
levantamiento
del MOCIBA 2017, alguna situación de acoso cibernético por las que se indagó,
siendo
ligeramente
mayor para mujeres (17.7%) que para los hombres (16 por ciento).
Los
adolescentes y jóvenes son los más expuestos: uno de cada cinco usuarios de 12
a 29 años,
señalaron
haber vivido algún tipo de ciberacoso.
El
ciberacoso o acoso cibernético se refiere a la situación en que una persona es
expuesta, repetidamente y de forma prolongada en el tiempo a acciones negativas
con la intención de intención de causar, o tratar de causar, daño o molestias,
por parte de una o más personas
usando
medios electrónicos tales como el celular e Internet.
2
Situaciones de ciberacoso experimentadas en cuestionario MOCIBA 2017: Recibir
mensajes ofensivos, con insultos o burlas; Recibir llamadas ofensivas, con
insultos o burlas; Que una persona publique información personal, fotos o
videos (falsos o verdaderos) para dañar;
Ser
criticado(a) o que se burlen en línea por su apariencia o clase social; Recibir
insinuaciones o propuestas de tipo sexual; Que una persona se hiciera pasar por
usted para enviar información falsa, insultar o agredir a otros; Ser
contactado(a) por medio de nombres falsos para molestarle o dañarle; Ser
vigilado en sus sitios o cuentas en Internet; Ser provocado para que reaccione
de forma negativa; Recibió fotos o videos con contenido sexual que le molesto.
Por
entidad federativa, la mayor prevalencia de ciberacoso se registró en Tabasco,
con un 22.1%,
seguido
de Veracruz, Zacatecas, Guanajuato, Aguascalientes e Hidalgo.
Tanto
hombres como mujeres que vivieron alguna situación de ciberacoso en los últimos
doce meses utilizan Internet en promedio una hora o más en relación con
aquellos que no vivieron ciberacoso.
Las
situaciones experimentadas con mayor frecuencia por la población que ha vivido
ciberacoso fueron recibir mensajes ofensivos (40.1%), ser contactados mediante
identidades falsas (31.4%) y recibir llamadas ofensivas (27.5 por ciento).
Varias de las situaciones de acoso cibernético presentan un porcentaje similar
en la distinción por sexo. Las mujeres están más expuestas a sufrir dos tipos
de situaciones: insinuaciones o propuestas sexuales con 30.8% declarado por
ellas, contra 13.1% de los hombres; y recibir fotos o videos de contenido
sexual con un 23.9% versus 14.7 por ciento.
El
54% de la población de 12 a 59 años de edad que declaró haber vivido ciberacoso
en los últimos doce meses, experimentó más de una situación de las diez
consideradas por el módulo, mientras que el 46% experimentó solo una de ellas.
En
58.8% de los casos de ciberacoso no se identifica a las personas acosadoras,
mientras que en 41.2% si se logra determinarlo: personas con las que no existe
una relación cercana, es decir, conocidas de poco trato o solo de vista
(46.4%); personas cercanas o en quien se pudiera estar confiando, como son los
amigos(as) (32.7%), compañeros(as) de clase o trabajo (22.8%) y finalmente con
los que tienen o tuvieron vínculos más estrechos como ex parejas o familiares
(22.3 por ciento).
De
la población que declara conocer el sexo del agresor, se identifica que en
mayor porcentaje resulta ser un hombre, tanto para las mujeres como para
hombres que declararon identificar al ciberacosador.
Los
efectos que ocasiona son principalmente de enojo (66.9%), desconfianza (43.2%)
e inseguridad (29.3%); y, de acuerdo a lo declarado solamente un 10.8% dijo no
sentir afectación.
De
acuerdo con los resultados se identifica que lo más frecuente es bloquear (a la
persona, cuenta o página), seguida de ignorar o no contestar, eliminar la
publicación, el mensaje o video y cambiar o cancelar número telefónico, cuenta
o contraseña.
El
68.3% reportó que realiza alguna medida de seguridad para proteger su
computadora, tablet, celular o cuentas de Internet, mientras que el 31.7%
declaró no realizarlas.
La
población que realiza medidas de seguridad para protegerse reportó como medida
principal crear o poner contraseñas
(claves, huella digital, patrón, etcétera) con un 90%, seguida por instalar o actualizar
programas antivirus, cortafuegos o antiespías (47.6 por ciento).
El
MOCIBA se levantó en 2015 y 2016 también como estadística experimental con la
finalidad de
investigar
sobre la temática para generar información que sea útil para promover
iniciativas para
prevenir,
atender y erradicar el ciberacoso.
Módulo
sobre Ciberacoso (MOCIBA) 2017
Nota
Técnica
El
INEGI, con la finalidad de proporcionar información de interés a los diversos
sectores de la población, incursiona en nuevas temáticas, actuales y
relevantes; por lo que del 29 de mayo al 21 de julio del 2017 se levantó el
Módulo sobre Ciberacoso (MOCIBA), cuyo objetivo es generar información
estadística que permita conocer la prevalencia del ciberacoso entre las
personas de 12 a 59 años de edad, y de aquella que vivió alguna situación en
los últimos 12 meses, la situación de ciberacoso vivida y su caracterización.
El
levantamiento del MOCIBA se agregó como módulo experimental a la Encuesta Nacional
sobre Disponibilidad y Uso de las TIC en Hogares (ENDUTIH) 2017; el módulo se
levantó en 2015 y 2016 también como estadística experimental con la finalidad
de investigar sobre la temática, con lo que se ha logrado ajustar su diseño y
fortalecer su captación para caracterizar el fenómeno dentro de la realidad
nacional. En 2017 se realiza por tercera ocasión manteniendo el interés de
generar información que sea útil para promover iniciativas para prevenir,
atender y erradicar el ciberacoso.
El
ciberacoso o acoso cibernético, retoma los mismos elementos que caracterizan al
acoso como tal (la intención, el daño y la repetición)3 , y refiere a la
situación en que una persona es expuesta, repetidamente y de forma prolongada
en el tiempo a acciones negativas por parte de una o más personas usando medios
electrónicos tales como el celular e Internet.
La
acción negativa refiere a la intención de causar, o tratar de causar, daño o
molestias4 .
Hablar
sobre este fenómeno, remite necesariamente al uso de las Tecnologías de la Información
y la Comunicación (TIC)5. Con la accesibilidad a las TIC y el uso intensificado
del Internet y del celular principalmente, se ha generado una nueva forma de
establecer relaciones entre las personas6 , esta manera de relacionarse ha
modificado las identidades sociales y sentado también las bases para nuevos
riesgos dado que los grupos sociales mantienen un vínculo más directo y
permanente, traspasando, bajo esta estructura de la sociedad de la información,
la frontera de lo privado.
Así
el uso de nuevas tecnologías a pesar de que otorgan múltiples beneficios tienen
su contraparte cuando una persona, o conjunto de ellas, puede usar estos medios
para perjudicar o dañar a otra.7
El
MOCIBA se aplica de forma directa al informante de la ENDUTIH de 12 a 59 años
de edad y que en los últimos tres meses haya sido usuario de Internet en
cualquier dispositivo.
Presentación
de resultados
Con
la información recabada en el levantamiento del MOCIBA 2017, se presentan
algunos resultados que muestran la prevalencia de ciberacoso ocurrido dentro de
un periodo de doce meses, y caracterizar a la población que lo ha experimentado
a través de las diferentes situaciones de acoso declaradas, tratar de
establecer la identidad y sexo de la persona que lo lleva a cabo, la intensidad
de ciberacoso, el impacto causado en la víctima y conocer si actualmente está
viviendo alguna situación. Se incluye el porcentaje de la población que declara
prevalencia del ciberacoso por entidad federativa, el principal tipo en cada
una de ellas y las acciones tomadas contra el ciberacoso experimentado.
Por
último, se presentan las medidas de seguridad que realiza la población de 12 a
59 años de edad usuaria de Internet para proteger su información y equipos, así
como la recepción de correo basura o virus y la importancia de la protección de
datos. Estas variables juegan un papel importante para determinar la percepción
que tiene la población objetivo en cuanto al riesgo de ciberacoso en el que
están inmersos y qué tanto se protegen para prevenirlo.
Resultados
Población
usuaria de Internet
En
México, el total de la población de 12 a 59 años de edad estimada por la
ENDUTIH es de 84.5 millones de personas, de las cuales 51.6% son mujeres y
48.4% hombres. De ese total, se desprende que 61 673 310 personas en el país
utilizaron Internet en cualquier dispositivo en los últimos tres meses, es
decir, un porcentaje superior al 70%; ello da un panorama sobre el acercamiento
de las personas al uso de las TIC por las ventajas que representa.
Población
que experimentó ciberacoso:
De
la población usuaria de Internet, 16.8% declaró haber vivido, en los últimos
doce meses, alguna situación de acoso cibernético por las que se indagó. La
prevalencia por sexo es diferencial, siendo ligeramente mayor para las mujeres
con 17.7%, mientras los hombres que se vieron afectados fueron el 16.0% por
ciento.
Por grupos de edad
El
uso de las TIC para la comunicación a través de las redes sociales es
especialmente popular entre los adolescentes y jóvenes, y previsiblemente son
quienes están más expuestos a sufrir situaciones relacionadas con el
ciberacoso. Aquí se identifica esa relación, dado que los porcentajes más altos
de prevalencia de ciberacoso se encuentran en los primeros rangos de edad (de
12 a 19 años y de 20 a 29 años), en los cuales, poco más del 20% de los
usuarios de Internet señalaron haber vivido algún tipo de ciberacoso; por otro
lado, como se observa en el resto de los rangos este porcentaje disminuye conforme
aumenta la edad.
Por sexo y nivel de
escolaridad
Al
revisar el porcentaje de la población que declaró haber vivido ciberacoso en el
último año según nivel de escolaridad, no se identifican diferencias
importantes y el indicador por nivel es muy similar al total nacional. Por
sexo, se observa una ligera variación respecto al comportamiento en el país, ya
que las mujeres tienen un porcentaje por encima del captado para varones. En el
nivel básico y medio superior la diferencia es de poco más de tres puntos
porcentuales, y en el nivel superior es de 4 puntos.
Por entidad
federativa
Por
entidad federativa la mayor prevalencia de ciberacoso en 2017 se registra en
Tabasco, con un 22.1%, seguido de Veracruz, Zacatecas, Guanajuato,
Aguascalientes e Hidalgo; en el extremo opuesto se encuentra Sinaloa con 12.3
por ciento.
Con
respecto a la diferencia por sexo, para las mujeres, se identifica que es
Veracruz la entidad en donde se declara el porcentaje más alto de ciberacoso,
con un 25.6%, seguida de Aguascalientes y Tabasco con un 23.4% y 22.9%,
respectivamente. En el extremo contrario se encuentra Tlaxcala, Querétaro y
Oaxaca, con porcentajes menores al 15 por ciento.
En
el caso de los hombres las entidades con porcentajes más altos, varía en
relación con lo identificado para mujeres, en este caso, Guanajuato y Tabasco
presentan los porcentajes más altos (21.5 y 21.4%); Sinaloa tiene el porcentaje
más bajo con sólo 9.5% de los hombres que declararon haber vivido ciberacoso en
el último año.
Analizando la
prevalencia del ciberacoso a nivel de entidades, algunos casos llaman la atención
por la brecha que se da por sexo; destaca que en Veracruz y Aguascalientes las mujeres
lo reportan en 8.8 y 6.5 puntos porcentuales más que lo señalado por los
hombres.
En
contraparte, para los hombres, sobresale Oaxaca en el que se tienen 4.8 puntos porcentuales
más respecto de las mujeres. Cabe señalar que en varios estados no existe disparidad
importante por sexo, como son Querétaro, Chihuahua, México, San Luis Potosí, Baja
California Sur, donde la prevalencia de ciberacoso por sexo es prácticamente
similar.
De
esta manera, los resultados reflejan un contraste determinado por Género para
el ciberacoso, destacando ser menos favorable para las mujeres en varias
entidades y con más énfasis la problemática.
Uso diario de Internet
El
mayor tiempo de uso de las TIC puede ser un factor de riesgo para vivir
ciberacoso, debido a la mayor exposición en diferentes espacios virtuales y a
la interacción que puede establecerse con otras personas, considerando a la
población de 12 a 59 años de edad que declaró usar diario Internet en cualquier
dispositivo.
Se
calculó el promedio de uso diario de Internet, y con ello se identificó que
existe cierta relación entre el tiempo de uso y el vivir ciberacoso; la
estimación muestra que tanto hombres como mujeres que vivieron alguna situación
en los últimos doce meses, utiliza en promedio una hora más el Internet en
comparación con la población que declaró no haber vivido ciberacoso, sobresale
además una ligera mayor exposición de las mujeres en relación con los hombres.
Por situación
experimentada
La
prevalencia del ciberacoso está vinculada a varios tipos de situaciones
claramente definidas en este estudio, mediante las cuales se actúa contra la
víctima y representan parte de la caracterización
que le pone rostro al fenómeno; se pudo establecer que las situaciones experimentadas
con mayor frecuencia por la población que ha vivido ciberacoso fue recibir mensajes
ofensivos (40.1%), cerca de un tercio fue contactada mediante identidades
falsas (31.4%) y poco más de una cuarta parte recibió llamadas ofensivas (27.5
por ciento).
Varias
de las situaciones de acoso cibernético presentan un porcentaje similar en la distinción
por sexo, a excepción de cuatro situaciones, dos de ellas muy específicas en
que las mujeres son claramente más expuestas a sufrirlas, las del acoso sexual
y que reflejan una diferencia significativa comparada con los hombres,
insinuaciones o propuestas sexuales con 30.8% de las mujeres que lo ha vivido
en el último año, contra 13.1% de los hombres; y recibir fotos o videos de
contenido sexual con un 23.9% versus 14.7%. Mientras que las dos situaciones
más experimentadas por los hombres, en relación con lo declarado por las
mujeres, son recibir llamadas ofensivas y la suplantación de identidad.
Situaciones experimentadas según frecuencia y sexo
La
repetición o el número de veces con que se realiza la agresión es un elemento
importante que determina el grado del impacto del ciberacoso en la víctima; más
cuando se trata de acoso en línea por la facilidad y la rápida difusión de los
eventos o situaciones. La frecuencia con que se vivieron las situaciones en los
últimos doce meses se midió en 3 categorías:
una
vez, pocas y muchas veces; de acuerdo a la declaración por tipo de ciberacoso,
en casi todas las situaciones, el 60% o más declaró haberla vivido en más de
una ocasión, lo que indica la repetición de la vivencia del acoso en línea.
Cabe señalar que algunos autores han indicado que, dependiendo del tipo de
situación vivida, aunque suceda en una sola ocasión, el efecto puede ser tal
que le deje marcado de forma determinante.
En
la distinción por sexo, se identifican algunas diferencias en la frecuencia o
repetición en que se vivió el ciberacoso en el último año, las mujeres lo han
vivido con más repetición cuando refiere al rastreo de cuentas o sitios web y
el contacto mediante identidades falsas.
Para
los hombres que vivieron ciberacoso en el último año de insinuaciones o
propuestas sexuales, ésta es la que presenta más repetición o frecuencia, le siguen
los mensajes ofensivos.
Identidad del ciberacosador
Un
factor clave para llevar a cabo conductas de violencia virtual dentro del
ciberespacio, es el anonimato con que las personas pueden operar, sabiéndose
protegidas a través de la interacción que permite la Red y dado que el acoso
cibernético no implica contacto físico entre víctima y agresor(a), ya que los
medios electrónicos favorecen que se realice de manera encubierta, resulta
difícil esclarecer quién está detrás de las ofensivas.
Es
congruente entonces, que en el 58.8% de las situaciones de ciberacoso experimentadas
no se identifiquen a las personas acosadoras, mientras que en 41.2% si logran
determinarlo.
De
quienes logran determinarlo, resulta importante conocer de quién o quienes se
está en mayor medida recibiendo el ataque. Por ello se indagó con la población
que vivió acoso cibernético, por la identidad de sus ciberagresores; se
identifica que en un alto porcentaje son personas con las que no existe una
relación cercana, es decir, Conocidas de poco trato o solo de vista (46.4%);
pero se encuentra que un porcentaje significativo refiere a personas cercanas o
en quien se pudiera estar confiando, como son los Amigos(as) (32.7%); con 10 puntos
porcentuales abajo se encuentran los Compañeros(as) de clase o trabajo (22.8) y
finalmente con los que tienen o tuvieron vínculos más estrechos como Ex parejas
o Familiares lo cual evidencia de que existen riesgos significativos asociados
con conexiones cercanas.
La
identificación de la persona que realiza el ciberacoso, varía según la
situación específica, hay acciones en las que el agresor se esconde más
frecuentemente en el anonimato, como lo son: llamadas ofensivas, el envío de
fotos o videos de contenido sexual, el contacto mediante identidad falsa y las
insinuaciones o propuestas sexuales, situaciones en las que en más del 67% la
víctima desconoce de quien proviene el hostigamiento. Por el contrario, las
críticas o burlas por la apariencia o clase social, así como el ser provocado
para reaccionar de forma negativa, son situaciones que en más alto porcentaje
se logra identificar el sexo de la persona agresora.
De
la población que declara conocer el sexo del agresor, se identifica que en
mayor porcentaje resulta ser un hombre, tanto para las mujeres como para
hombres que declararon identificar al ciberacosador. Llama la atención que es
ligeramente más alto el porcentaje de hombres que identifica que son agredidos
por hombres.
Asimismo,
para cada situación de ciberacoso la proporción de hombres que comete la acción
es predominante, sobresale el alto porcentaje, con más del 80%, en las
situaciones que refieren al ciberacoso de índole sexual.
En
el caso del reconocimiento de que es una mujer quien realiza la acción
acosadora, el porcentaje más alto se identifica para suplantación de identidad
y el hacer críticas o burlas por la apariencia o clase social, con proporción
mayor al 45 por ciento.
Efectos
causados en la víctima
El
fenómeno del ciberacoso es relativamente reciente y los estudios existentes generalmente
se enfocan al ámbito escolar, por ende, se sabe poco sobre las consecuencias
que conlleva y que provoca en las personas en general, fuera del ámbito escolar.
Hay evidencia dentro de lo investigado, indicando que el ciberacoso puede ocasionar
efectos muy graves como, impactos en su salud física y emocional e incluso hay casos
que llegan al suicidio. En el MOCIBA se indagó por las diferentes reacciones y sentimientos
que el fenómeno ocasiona en quienes lo han vivido en el último año, encontrando
que los efectos que ocasiona son principalmente de enojo (66.9%), desconfianza
(43.2%) e inseguridad (29.3%); y, de acuerdo a lo declarado solamente un 10.8%
dijo no sentir afectación.
Según
los datos por sexo, se mantiene la tendencia anterior en cuanto a las
consecuencias declaradas por quienes han vivido ciberacoso; sin embargo, se
identifica para las mujeres una situación específica que refleja una mayor
susceptibilidad o afectación del ciberacoso, reconocen sentir más miedo, enojo
e inseguridad, que lo que declaran los hombres, en el caso del miedo, hay una
diferencia de 18 puntos porcentuales, entre lo señalado por las mujeres y
hombres; asimismo, 13 puntos porcentuales de diferencia en la declaración de enojo.
A la inversa, en mayor porcentaje los hombres señalan que el ciberacoso no les ocasiona
efecto alguno.
Medidas tomadas contra el ciberacoso
La
población que experimenta ciberacoso puede tomar una postura ante el hecho. De acuerdo
con los resultados se identifica que lo más frecuente es bloquear (a la
persona, cuenta o página), seguida de ignorar o no contestar, eliminar la
publicación, el mensaje o video y cambiar o cancelar número telefónico, cuenta
o contraseña. Parece evidente que las personas afectadas deciden actuar por
cuenta propia y eventualmente comentarlo con alguien de confianza, y en muy
baja proporción realizan una denuncia ya sea ante ministerio público, policía o
con el proveedor del servicio de Internet o telefonía celular.
Medidas de seguridad
De
la población de 12 a 59 años de edad que utilizó Internet en cualquier
dispositivo en los últimos tres meses, el 68.3% reportó que realiza alguna
medida de seguridad para proteger su computadora, tablet, celular o cuentas de
Internet, mientras que el 31.7% declaró no realizarlas; ello indica que sigue
siendo importante incentivar o promover entre la población el uso de protección
de datos para no poner en riesgo la información o equipos personales, y estar
más expuestos en el medio cibernético. Es necesario que los ciudadanos, en particular,
conozcan y tomen precauciones para proteger todos los elementos que conforman
la red en infraestructura e información.
El
Internet, en sus inicios, se utilizaba básicamente para buscar información y
enviar/recibir mensajes por e-mail. Después comenzó a popularizarse el uso de
redes sociales; lo que aumentó el riesgo de ataques cibernéticos para dañar
equipos o mal uso de la información personal. La población que realiza medidas
de seguridad para protegerse reportó como medida principal crear o poner
contraseñas (claves, huella digital, patrón, etcétera) con un 90%, seguida por
instalar o actualizar programas antivirus, cortafuegos o antiespías (47.6 por
ciento).
Anexo
1. Situaciones de ciberacoso experimentadas en cuestionario
MOCIBA
2017
1.
Recibir mensajes ofensivos, con insultos o burlas.
2.
Recibir llamadas ofensivas, con insultos o burlas.
3.
Que una persona publique información personal, fotos o videos (falsos o verdaderos)
para dañar.
4.
Ser criticado(a) que se burlen en línea por su apariencia o clase social.
5.
Recibir insinuaciones o propuestas de tipo sexual.
6.
Que una persona se hiciera pasar por usted para enviar información falsa, insultar
o agredir a otros.
7.
Ser contactado(a) por medio de nombres falsos para molestarle o dañarle.
8.
Ser vigilado(a) en sus sitios o cuentas en Internet para causarle molestia o daño.
9.
Ser provocado(a) (molestado(a) o retado(a)) en línea para que reaccione de forma
negativa.
10.
Recibir fotos o videos de contenido sexual para molestarle.
+++
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