martes, 19 de marzo de 2019

Señal COPARMEX: Marzo 19, 2019 #LATRAMPADELCUARTO AÑO DE GOBIERNO




La semana pasada fue aprobada por el pleno de la Cámara de Diputados una iniciativa de reforma que modifica los artículos 35, 36, 73, 81, 83, 99, 115 y 122 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, en materia de consulta popular. Con ello se crea un mecanismo con el que el nuevo gobierno tiene contemplado definir sus estrategias.

La atención mediática se concentró en el tema de la revocación de mandato ante el temor de que ésta abriría la puerta para una eventual reelección del Ejecutivo. Sin embargo la iniciativa de consulta popular es mucho más amplia y profunda.

La iniciativa de consulta popular, tal como está planteada, supone una Trampa del cuarto año de gobierno pues abre la puerta para que decisiones de carácter técnico y de gran responsabilidad estratégica para México, como quién paga impuestos, sean decididos por la población manipulada.

La reforma constitucional en materia de consultas populares propone que éstas tengan carácter vinculatorio, es decir, que el resultado de la elección sea implementado con carácter obligatorio cuando participe más de 25% de la lista nominal de electores, es decir 21.7 millones de mexicanos.

Esto supondría que una consulta podría ser vinculante con tan sólo el voto de tres entidades federativas como Ciudad de México, Estado de México y Veracruz, o con el voto de las personas de 20 a 29 años.

Con este pequeño porcentaje las consultas podrían poner en riesgo asuntos altamente críticos para la estabilidad de la nación como son los ingresos fiscales. Esto se debe a que la iniciativa aprobada pretende permitir consultar quiénes estarían obligados al pago de impuestos, así como determinar los actos o actividades gravados por los impuestos.

Es evidente que el uso de estrategias político-electorales para tomar decisiones inherentemente técnicas supone un retroceso para el país.
Esto es muy peligroso. Nada en materia fiscal o financiera debe ser objeto de consulta dado el alto nivel profesional y de información que se requiere para tener una opinión válida en este tema.

En Coparmex siempre hemos defendido la participación ciudadana como una forma de empoderamiento de una sociedad madura y consciente de sus obligaciones y responsabilidades.
Sin embargo, la reforma en materia de consulta popular aprobada por la Cámara de Diputados va en sentido contrario a ese espíritu, pues podría terminar creando mecanismos de participación que convengan a quienes actualmente detentan el poder, especialmente a la hora de decidir sobre los temas trascendentales de nuestro país.

Estas modificaciones, de orden constitucional, buscan disminuir la responsabilidad y los costos políticos de quienes fueron elegidos para ostentar el ejercicio del poder y definir el rumbo que necesitamos.

Una de las decisiones más costosas en términos económicos para este gobierno, la cancelación del NAICM, fue precisamente derivada de lo que, a todas luces, fue una consulta popular ilegal, sin carácter vinculatorio, y claramente manipulada. Los 13 mil 300 millones de dólares que deberán ser pagados con recursos públicos a causa de esa decisión, son una responsabilidad directa de este gobierno, que no debe ser encubierta como si proviniera de los ciudadanos.

Utilizar la consulta para materia fiscal supone que las decisiones puedan ser tomadas sin un análisis técnico riguroso. Las decisiones de ingresos no deben de ser tomadas con base en qué tan populares puedan llegar a ser, sin considerar las severas consecuencias para la sustentabilidad de las finanzas públicas y la inversión pública.

Los impuestos o las contribuciones nunca han sido populares para la mayoría de las personas. De ser puestos a consulta terminarán disminuidos o peor aún, afectando desproporcionalmente a una minoría.

La iniciativa de consulta popular, tal cual se está planteando, apuesta a crear un escenario en el que en la segunda mitad de esta administración se paguen nuevas contribuciones, a pesar de que el propio Presidente de la República en su discurso de toma de protesta se comprometió a no subir impuestos ni crear nuevos.

De ponerse a consulta el cobro de impuestos, la certidumbre del presupuesto de ingresos quedaría a la deriva, y con ella la posibilidad de un desarrollo económico dinámico y equitativo. Se habría engañado a la ciudadanía sobre no subir impuestos, ni crear nuevos, y más aún, un grupo minoritario pudiera ser afectado directamente debido al cobro de impuestos a la herencia al aumento de las tasas impositivas.

El gobierno tiene la responsabilidad de determinar quiénes pagan impuestos y las actividades económicas que deben hacerlo porque es también su responsabilidad velar por un gasto sano.

Exhortamos a la Cámara de Senadores, que recibirá el dictamen correspondiente para su discusión, a generar un debate mucho más amplio, en el que se den los espacios con todos los sectores y se puedan conocer las ventajas y desventajas que tienen las modificaciones constitucionales de este calado.

Demandamos a todas las fuerzas políticas a que pongan el interés de México sobre cualquier otro. No podemos permitir que se generen mecanismos que, bajo la bandera de participación y democracia, pongan obstáculos al futuro del país.

Necesitamos una visión más amplia de los legisladores, que entienda que la participación ciudadana no debe de ser instrumento para defraudar a las personas que los eligieron como representantes populares.
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