Señal COPARMEX: Marzo 4, 2019
I.- Introducción
La paz laboral, en
coexistencia con la vigencia de los derechos de los trabajadores y
las libertades sindicales, es condición necesaria para el desarrollo
económico del país.
Según datos de la
secretaría del Trabajo y Previsión Social y la Junta Federal de
Conciliación y Arbitraje, de 2013 a 2018 se registraron solamente 3
huelgas en el ámbito federal, destacando que en los años 2014, 2015
y 2018 no se presento ni una sola de ellas.
Así mismo, de
acuerdo con la estadística que el INEGI realiza sobre las relaciones
laborales de jurisdicción local, el número de huelgas en nuestro
país pasó de 271 en 2007, a 68 en 2013 y sólo 17 conflictos
colectivos en 2017, el último año del que se tiene registro
completo.
Este escenario
laboral le ha dado a nuestro país una ventaja competitiva muy
importante, permitió, entre otras cosas, la llegada masiva de
empresas globales, que han creado nuevos empleos en sectores que hoy
son estratégicos, como el de la industria automotriz.
Mientras que para
unos países los conflictos laborales se han convertido en un
inhibidor de la inversión, en México la paz laboral se ha traducido
en las últimas décadas, en elemento diferenciado nacional
determinante para las inversiones nacionales y la atracción de
capital internacional.
Por todo ello, la
Reforma Laboral que se está procesando actualmente por el Congreso
de la Unión, y que se discute de forma originaria en la Cámara de
Diputados, debe tener dos objetivos primarios: la paz laboral y la
plenitud de la vigencia de los derechos de los trabajadores, ambos,
fundamentales para la competitividad de México.
II.- La evolución
del marco laboral
México ha iniciado
desde hace algunos años, la ruta para lograr la modernización del
marco legal que rige las relaciones laborales.
En 2012, se modificó
la Ley Federal del Trabajo (LFT), y se introdujo el concepto de
“Trabajo Digno” para evitar la discriminación laboral, al tiempo
que se modernizaron disposiciones referentes a la subcontratación,
se reglamentaron diversas modalidades de contratación e introdujeron
adecuaciones referentes a los límites de los salarios caídos y
causales rescisorias de la relación laboral.
En 2015 y 2016, se
aprobaron adecuaciones a la Ley Federal del Trabajo, referentes al
trabajo de mejores y para eventos de la vida sindical, como el
recuento y el depósito de los contratos colectivos.
Posteriormente en
2017, se aprobó la reforma constitucional en materia de justicia
laboral, redimensionando la función conciliatoria y fortaleciendo
los derechos de sindicación y la libertad de negociación colectiva.
Este proceso
evolutivo, continuó después de la nueva integración de la
legislatura federal y ulterior al cambio del Poder Ejecutivo.
En el mes de
Septiembre de 2018, el Senado de la República aprobó el Convenio 98
de la OIT, sobre los derechos de sindicación y negociación
colectiva, que México se obligó a implementar en 2019.
El último día de
Noviembre de 2018, concluyó la renegociación del Tratado de Libre
Comercio de Norteamérica, lo cual derivó en el que de ser aprobado
por los órganos legislativos de los países signantes, será el
Tratado México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC) en el cual se
incluyó el Capítulo 23-A y su anexo, que establece obligaciones
específicas en materia de derechos de sindicación, negociación
colectiva, libertad y democracia sindical, y el reconocimiento del
ejercicio del voto personal, libre y secreto de los trabajadores en
distintos actos de la vida sindical.
Y finalmente, en el
mes de Diciembre de 2018, se presentó en la Cámara de Diputados por
el Grupo Parlamentario mayoritario, la iniciativa de reforma a la
LFT, que tiene el propósito de recoger en la legislación nacional,
los lineamientos de la reforma constitucional de 2017, los
principios del Convenio 98 de la OIT y las estipulaciones del
Capítulo 23-A y su Anexo del T-MEC.
III.- Postura
La reforma a la Ley
Federal del Trabajo que actualmente se discute en la Cámara de
Diputados, por su alcance, será determinante para el futuro de la
competitividad de México.
Es imprescindible
alcanzar un balance entre el ejercicio pleno de los derechos
laborales y sindicales, con la paz laboral y la competitividad
internacional de las relaciones obrero-patronales.
En prioritario que
en la reformas a la LFT, se fortalezca de la seguridad jurídica y
respeto a la ley, en los procesos laborales individuales y
colectivos.
En materia de
relaciones individuales de trabajo, por ejemplo, (i) deben
equilibrarse las cargas probatorias sobre el despido y las
condiciones de trabajo; (ii) que se suprima la sanción de considerar
como despido injustificado cuando un patrón omita entregar un aviso
de rescisión, y (iii) que se incluya un procedimiento ágil para el
pago de indemnizaciones en los casos que el patrón pueda optar por
ello, como se establecen en el artículo 49 de la LFT.
En materia de
relaciones colectivas de trabajo, resulta relevante que se construya
un marco que respete la vida sindical, comenzando desde la libre
elección del trabajador de participar o no hacerlo en un sindicato.
Se debe sancionar con severidad, a quien provoque la suspensión de
actividades en una empresa por vías de hecho y fuera de un
procedimiento legal. Contener las acciones de extorsión por
pseudo-líderes, y evitar que un sindicato obtenga la constancia de
representatividad sin el apoyo mayoritario de los trabajadores.
Los Gobiernos
Federal y locales, debe de actuar siempre, velando por el respeto al
Estado de Derecho. Situaciones como las experimentadas recientemente
en Matamoros, y que han derivado en la pérdida de miles de empleos,
ponen de manifiesto los graves efectos de una acción insuficiente y
tardía de las autoridades en hacer respetar la ley.
IV.- Conclusión
México ha
evolucionado de forma consistente en los últimos años, para
modernizar su legislación laboral. No hay duda de ello.
La reforma a la LFT
que se procesa actualmente en la Cámara de Diputados del Congreso de
la Unión, tiene una trascendencia mayúscula para el futuro de
México.
Es producto de un
proceso evolutivo interno en el ámbito laboral, que converge con la
negociación comercial más importante de las últimas décadas.
Los términos de las
adecuaciones que se aprueben a la LFT, serán determinante para
lograr la aprobación del T-MEC. Pero también marcarán la
viabilidad de las relaciones de trabajo en México.
En Coparmex
sostenemos que a través de diálogo tripartita, de las
organizaciones de trabajadores, empleadores y el gobierno, y con el
concurso de todos los grupos parlamentarios, si es posible construir
una posición consensuada.
El cumplimiento de
los acuerdos internacionales, y la maduración de los derechos
laborales, no está reñido con la preservación de la competitividad
y la paz laboral de México.
Con altura de miras,
conciliando intereses legítimos y acercando posturas ideológicas,
es posible construir una legislación moderna, que sea el catalizador
de relaciones laborales justas, que detonen inversión, preserven
competitividad y que traigan a México mayores niveles de bienestar.
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