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Este 8 de marzo se
conmemora el “Día Internacional de la Mujer”
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Eduardo Orihuela,
presidente de la CNPR, rindió homenaje a las mujeres rurales mexicanas
En México cada vez más se reconoce no solamente el trabajo
de las mujeres como factor fundamental del desarrollo de la familia, sino como
ingrediente fundamental en la lucha contra la pobreza extrema, además de que su
desempeño en el medio rural se convierte en indispensable, frente al proceso de
emigración de adultos y jóvenes en busca de oportunidades de trabajo.
En víspera del “Día Internacional de la Mujer”, el
presidente de la Confederación Nacional de Propietarios Rurales (CNPR), Eduardo
Orihuela, destacó que la participación de las mujeres en el desarrollo rural de
México es creciente y aún representa un potencial importante en la vida social,
económica, política y cultural.
“Está demostrado que cuando las mujeres cuentan con
oportunidades, los rendimientos en sus explotaciones aumentan y también sus
ingresos, por lo que, si queremos poner fin a la pobreza y al hambre,
necesitamos ampliar todo nuestro apoyo a las mujeres de las zonas rurales”,
apuntó.
Destacó que, de acuerdo con estadísticas del INEGI, las
mujeres ya representan un poco más del 51 por ciento de la población nacional,
y de ellas alrededor de 15 millones viven y trabajan en el medio rural
mexicano, por lo que es necesario impulsar su organización en un marco de
igualdad e inclusión, “y no de marginación”.
En congruencia con expresiones de Naciones Unidas, el líder
de la CNPR consideró necesario poner énfasis en la importancia de erradicar la
desigualdad de género y empoderar a las mujeres con información, capacitación,
tenencia y acceso justo a los recursos y a los servicios de apoyo agrícola,
nutricional y a la salud.
Destacó que el 8 de marzo es conmemorado en muchos países
del mundo al recordar la tragedia de hace más de 100 años de 146 trabajadoras
textiles. “Hoy lo recordamos para eliminar la injusticia, para destacar la
lucha de las mujeres por sus derechos y para enaltecer la participación
histórica de mujeres como artífices del desarrollo de la sociedad, lo cual da
fe de la plena participación de la mujer en condiciones de igualdad en todos
los ámbitos de la actividad humana”.
La Organización de las Naciones Unidas señala que, en los
países en desarrollo, las mujeres rurales aportan el 43 por ciento de la mano
de obra agrícola y producen, procesan y preparan, gran parte de los alimentos
que consumen las familias de comunidades rurales, por lo que, sobre este
segmento de la población, recae la responsabilidad de la seguridad alimentaria.
Las mujeres rurales dependen en su mayoría de los recursos
naturales y la agricultura para subsistir, y representan una cuarta parte del
conjunto de la población mundial.
Así, si tomamos en cuenta que el 76 por ciento de la
población que vive en extrema pobreza se encuentra en zonas rurales, “garantizar
el acceso de las mujeres rurales a recursos agrícolas productivos, las empodera
y contribuye a reducir el hambre y la pobreza en el sector primario” apuntó.
Eduardo Orihuela subrayó que se requieren cambios
transformadores, enfoques integrados y nuevas soluciones, sobre todo en lo que
concierne a la defensa de la igualdad de género y el empoderamiento de todas
las mujeres y niñas del país.
Si se mantienen las tendencias actuales, las intervenciones
existentes no bastarán para conseguir un Planeta 50-50 para 2030. Es crucial
contar con planteamientos innovadores que rompan con la situación habitual, a
fin de eliminar las barreras estructurales y garantizar que ninguna mujer y
ninguna niña se quede atrás.
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