Conoce qué son las trampas mentales y ¿por qué cuesta dar el salto hacia una cultura de seguridad psicológica en las organizaciones?

 

Por Marco Sánchez, María Fernanda Montoya y Sergio Dosdá, directores de BTS*

 

Llevamos más de 10 años trabajando con empresas de Energía, Minera, Manufactura, Aeronáutica, entre otras y seguimos convencidos de que para lograr una cultura de seguridad es fundamental trabajar los mindsets. Ningún entrenamiento de cultura, de capacidades técnicas o procedimientos serán efectivos si las personas no son conscientes de las barreras mentales que no les dejan avanzar. Estas son las trampas mentales.

 

El concepto de trampas mentales surge de haber trabajado con más de 2,000 organizaciones alrededor del mundo, dentro de las cuales identificamos 7 principales creencias que funcionan como bloqueadores. Estas determinan la respuesta de las personas ante situaciones de seguridad, basados en su experiencia y aprendizajes pasados.¹

 

¿Por qué son relevantes las trampas mentales?

 

Más de 100.000 personas mueren cada año en las Américas por accidentes o enfermedades relacionadas con el trabajo, según la Organización Panamericana de Salud (OPS). La Organización Internacional del Trabajo (OIT), publicó un informe que ubica a México en el top 10 de países con más accidentes laborales mortales por año, y afirma que los costos por riesgos laborales alcanzan hasta el 4% del PIB.

 

La tensión en torno a los accidentes no para de crecer en el país. En concreto, son cinco las industrias con más accidentabilidad laboral: abastecimiento y servicio de alimentos, conducción vial, la industria eléctrica, la minería y la industria pesada. Entre los motivos principales se encuentran la desconcentración, el estrés psicológico y la falta de una mentalidad acorde a la seguridad, es decir, temas ligados al mindset de los colaboradores dentro de las organizaciones.

 

Hemos detectado que los bloqueadores más comunes para dar el salto hacia una cultura más segura, tienen conexión con las trampas mentales ¿Cuáles son estas? Hay muchas, pero a continuación detallaremos las 3 más recurrentes:

 

1. Complacencia, aparece cuando los números están en verde y hemos avanzado en temas de seguridad. Pensamos: “llevamos muchos años trabajando sobre la seguridad y hemos mejorado mucho; veo difícil poder avanzar.” “Yo ya hago todo lo necesario para buscar la seguridad”. Cómo consecuencia, se evidencia una sensación de comodidad y poca alerta.

 

2. Control, se da mucho en organizaciones donde la microgestión es parte de la cultura, y los mindsets instaurados son los siguientes: “La seguridad es, sobre todo, consecuencia de la supervisión y el control”; “las personas necesitamos que nos digan qué hacer y cómo hacerlo”. Como consecuencia, los colaboradores solo demuestran comportamientos seguros, si se les pide que lo hagan, o si hay una persona con autoridad presente.

 

3. Crítica, relacionado con la resistencia al cambio, con actitudes contrarias a la mejora y aprendizaje continuo. Se manifiesta en frases como “hay tantas cosas que cambiar que no sé ni por dónde empezar”, o “cómo voy a dar yo el ejemplo si mi jefe y los que están por encima de él no lo hacen”. Por lo tanto, las personas se centran en lo que hacen o no hacen los demás, en vez de concentrarse en lo que ellos pueden estar haciendo para crear y avanzar en temas de seguridad.

 

A estas trampas mentales se le suma, entre otras, la seguridad psicológica; factor clave para la consecución de objetivos y resultados de negocios, mediante el bienestar de las personas y su mejor performance. El fin último es impulsar la cultura de la seguridad, mediante la toma de conciencia y la utilización de herramientas que permitan superarlas.

 

Estas trampas se viven en momentos críticos de la operación, donde una acción de liderazgo puede ayudar a que se supere el bloqueo, o de lo contrario, se perpetúe.

 

Lamentablemente, estas trampas son inevitables. Pero la buena noticia es que mejorar la consciencia sobre las mismas, puede ayudar a crear mecanismos para salir prontamente y evitar que impacten en nuestro comportamiento ante situaciones de riesgo para la seguridad. La clave es entender qué las detona, desafiarlas y buscar retroalimentación entre áreas en busca de la mejora constante. Mejorar la cultura de seguridad, es un trabajo de todos dentro de las organizaciones.

 

*BTS es una firma de consultoría, transformación cultural y desarrollo de liderazgo que trabaja con líderes y empleados de todos los niveles de organizaciones alrededor del mundo; para ayudarles a implementar sus estrategias e iniciativas, tomar mejores decisiones, convertirlas en acciones relevantes y lograr mejores resultados de negocio, enfocándonos en aspectos de Cultura, Mentalidad y Capacidades. Tiene más de 30 años de experiencia, está presente en los 5 continentes y entre las compañías que han asesorado están Pan American Energy, Tecpetrol, Hochschild, Coca-Cola Femsa, Ternium, Repsol, AeroMexico, Rio Tinto, Enel, Sabic, Cepsa, Adif y Fedrigoni.

 

1.- Las trampas mentales son patrones de pensamiento y hábitos de conducta que repetimos inconscientemente día a día, y que no solo no nos reportan ninguna utilidad, sino que nos alejan de nuestros objetivos