El Instituto
Nacional Electoral vino a transformar a la democracia mexicana,
empoderando a los ciudadanos, con la emisión de un voto libre y
protegido.
Hoy más que nunca
es fundamental preservar su autonomía e independencia. También lo
es preservar su estructura organizacional, para que en México
prevalezcan las elecciones limpias, equitativas y confiables.
Por esa razón, en
Coparmex rechazamos toda iniciativa tendiente de debilitar al INE,
así como a otros organismos autónomos.
De manera especial,
lamentamos la decisión que adoptó mayoritariamente la Cámara de
Diputados para reducir –en el Presupuesto de Egresos de la
Federación 2020– el gasto operativo que tendrá el INE para el
siguiente año.
Con un presupuesto
1,072 millones de pesos menor, respecto del monto proyectado
originalmente en el Paquete Económico, su autonomía y funciones
primordiales se verán seriamente afectadas.
Ahora, con menores
recursos y capacidades, tendrá que afrontar proyectos prioritarios,
como la expedición de más de 16 millones de credenciales y la
operación del padrón, lo mismo que la organización de los comicios
que se llevarán a cabo en Coahuila e Hidalgo.
Pero lo más
preocupante de todo, es que este recorte presupuestal, dificultará
el inicio del proceso electoral más grande que nuestro país haya
vivido.
En septiembre de
2020, el INE tendrá que comenzar con los trabajos preparativos hacia
las elecciones intermedias de 2021, con la instalación de los 32
consejos locales y 300 consejos distritales.
Esta decisión
vulnerará los comicios más complejos de nuestra historia, en los
que un árbitro debilitado operativa y presupuestalmente, organizará
la inédita elección de casi 3 mil 200 cargos públicos, incluyendo
la Cámara de Diputados, 15 gubernaturas, 29 congresos locales y 30
entidades que renovarán sus ayuntamientos.
Sin la plena
autonomía financiera del INE no existirá la autonomía política
que requiere la democracia mexicana del siglo XXI. Un asunto que no
es menor, si recordamos que recientemente se han promovido otras
medidas que también pretenden debilitar a la máxima autoridad
electoral en México, desde el ámbito legislativo.
Como por ejemplo, la
iniciativa para reducir el periodo en la Presidencia del Consejo
General del INE, de nueve a tres años; una propuesta que, de
aprobarse, dañará la estabilidad del instituto y de todo el sistema
democrático mexicano.
Por sus aportaciones
para preservar el clima de paz y estabilidad política, el valor
social del INE es incalculable y, por ello, debemos proteger su
autonomía de funciones, como lo mandata nuestra Constitución. No
hacerlo, implicaría un serio retroceso de más de tres décadas,
reestableciendo un orden autoritario que ya dañó al país en el
pasado.
Lo que en Coparmex
proponemos, es todo lo contrario. Se trata de dotar de más
atribuciones al INE, para que sea plenamente autónomo e
independiente de las decisiones que se tomen en las esferas
gubernamentales y para que tenga mayores fortalezas de organización,
administración de recursos y fiscalización de los gastos de los
partidos.
La medida de un
margen de desempeño independiente, le permitirá garantizar –hacia
adelante– comicios confiables, equitativos y plurales; donde los
mexicanos puedan votar en libertad y los partidos puedan alternan en
los distintos cargos públicos, con plena normalidad democrática.
Con, ello se
garantizará un contrapeso institucional efectivo, en la materia
electoral.
El INE es la columna
vertebral que sostiene a la democracia mexicana y es deber de todos
los ciudadanos defender su historia y porvenir. En Coparmex así lo
haremos. Muchas gracias.
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