Cifras
de los últimos meses indican que del número de trabajadores afiliados
al IMSS –segmento de trabajadores que componen el grueso de lo que se
denomina
como “empleo formal”-, dan cuenta de una progresiva desaceleración en
el poder de generación de nuevos empleos, lo que no favorece la
perspectiva para este año.
El boom del empleo formal
Después
de la Gran Recesión del 2009, se observó un incremento importante de la
elasticidad de la generación empleo formal (trabajadores afiliados al
IMSS) respecto al crecimiento económico[1]. Es decir, antes de la
crisis, en el periodo 2000-08, en el promedio, por cada punto porcentual
que se incrementaba la producción, el empleo formal también se
incrementaba en un punto porcentual, esto es, una elasticidad
unitaria.
No
obstante, en el periodo posterior a la recesión, específicamente
después del año 2010, sorprendió un favorable repunte en el poder de
generación de empleos,
cuando de manera persistente, la elasticidad o la capacidad de
generación de empleos se incrementó notablemente, incluso hasta
duplicarse en algunos años: por cada punto porcentual de crecimiento del
PIB el empleo formal aumentó dos puntos porcentuales. La
gráfica 1 señala claramente estos dos periodos donde la generación de
empleos se incrementa.
Las
causas que dieron origen a este mayor poder de la economía para crear
empleos formales durante los últimos dos años se fincan en varios
factores, que
van desde un impacto favorable del de la reforma laboral hasta un
efecto de recomposición del crecimiento económico en favor de sectores
más intensivos en la mano de obra[2] .
¿Agotamiento del poder de generación de empleos?
Las
cifras del promedio anual del año pasado ya reflejan un deterioro en el
poder de generación de empleos. A pesar de que la elasticidad fue alta
durante
la primera mitad del año pasado, desafortunadamente, desde la segunda
mitad del año pasado viene disminuyendo la capacidad de generación de
empleos respecto al crecimiento económico (gráfica 2).
En
este sentido, cifras de febrero de este año registraron un letargo más
acentuado en la creación de empleo, con una tasa anual de 3.1%, se
crearon sólo
603.5 mil empleos respecto al mismo mes del año previo, la menor
generación de puestos de trabajo desde julio de 2014, y obviamente, muy
por debajo del clímax de mayo del año pasado.
Aunque
esta importante desaceleración de principios de este año va más en
línea con el menor crecimiento económico estimado, y supone incluso un
aumento
de la elasticidad, no necesariamente garantiza una recuperación de la
elasticidad a más largo plazo, en virtud de que la desaceleración de la
actividad económica respondió a factores extraordinarios que no están
ligados a la dinámica del empleo[3] .
Hacia
adelante, seguimos considerando que elasticidad continúe alta, pero con
persistente tendencia hacia la baja. Si atendemos a nuestra expectativa
de
crecimiento económico de 1.4% (1.5% el consenso de la última Encuesta
Citibanamex), nuestros cálculos señalan un crecimiento del empleo formal
de 2.7%. Ello supone todavía una elasticidad significativa (mayor a la
unidad), pero menor al promedio de los dos
años anteriores cuando se alcanzaron los niveles máximos.
Nuestro
pronóstico de actividad económica y el consiguiente de empleo formal,
indican que este último en el promedio del 2019 logrará una generación
promedio
de sólo 558 mil empleos, lo que, de nueva cuenta, está lejos del
objetivo de crear un millón de puestos de trabajo al año, cifra que
exige la dinámica poblacional.
Conclusiones
El
crecimiento del empleo se ha debilitado principalmente por la pérdida
de dinamismo de la actividad económica, pero también hay menor fortaleza
en la capacidad
generadora de empleo. Posiblemente, la fuerza para absorber o
incorporar mano de obra del mercado informal al formal esté
disminuyendo, a la vez que el retroceso productivo de algunas
actividades económicas con un uso más intensivo de mano de obra está
mermando
la elasticidad global.
Si
bien es previsible que algunas medidas gubernamentales como la
incorporación de trabajadoras domésticas a la seguridad social, una
expansión más acelerada
del gasto público en infraestructura impulsen una aceleración en la
generación de empleo formal, estas medidas no se verán reflejadas en
este año.
[1] En el presente trabajo, a menos de que se indique lo contrario, el término elasticidad hace referencia a la relación entre la generación de empleo formal y el crecimiento económico.
[2] Para un análisis más detallado ver “Empleo formal y crecimiento económico: un enfoque sectorial” en Examen de la Situación Económica de México, Citibanamex, SEGUNDO TRIMESTRE 2017 •NÚMERO 1065• VOLUMEN XCII.
[3] Según nuestros pronósticos, el avance anual de la economía mexicana será durante el primer bimestre del año cercano a cero (cálculo con base en cifras desestacionalizadas del IGAE), muy por debajo del crecimiento del empleo. No obstante, debe tenerse en cuenta que el mal desempeño productivo obedeció a factores extraordinarios como la falla en la distribución de gasolinas, las huelgas de las maquiladoras en la frontera norte y el estancamiento del gasto público entre otros factores.
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